lunes, 29 de julio de 2013

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El Ejecutivo de Patxi López concedió a dedo subvenciones por nueve millones de euros

El Tribunal Vasco de Cuentas censura que las ayudas, desde materias universitarias hasta educativas y del sector rural, debieron tramitarse con una convocatoria pública.
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Pero ¿cuántos sobres en "B" cobró Patxi López por conceder a dedo esas ayudas? ¿Cuántos socialistas se "pringaron" en el asunto? ¿Dónde está el tesorero del PSOE que pagaba desde la laca del tupé, los peluquines y los tintes capilares del Presidente hasta sus trajes, camisas, corbatas, bufandas, gemelos y lencería íntima kalvinklein y puros por Manhattan? ¿Quienes son losh miembrosh del "tribunal-ajushte- de cuentash" vashco? ¿En qué y dónde militan o han militado?
Este pitorreo inmundo pertenece a la inovildable escuela de Montoro: "¿Quién no paga impuestos, eh, y no miro a nadie...?"

Qué país más cutre es el que tiene ministros que afirman, convencidos de su sabiduría y conocimiento de causa, que "gobernar es repartir dolor" -Gallardonophis I dixit-. O que compatibilizan la fabricación y venta de armas con el cargo de Ministro de Defensa. O que pueden dar un master de portero cotilla, como Montoro. O de Ministro de Economía precavido, que se compra un ático antes de que entre en vigencia la ley que encarece la transacción, como De Guindos. O del Don Tancredo plasmócrata que nunca sabe nada, ni tiene tiempo para gobernar, porque toda su actividad consiste en tapar agujeros para que no huela a podrido lo que se cuece bajo su mandato y en promulgar leyes que hagan compatible el culo con las témporas, para que él, su familia y sus amigos, se lo lleven crudo sí o sí. Para que se cobren sueldos triples y cuádruples en plena crisis recortadora de salarios mínimos y servicios públicos, como Rajoy; de presidentas de comunidades cuyos maridos son empresarios privados que se apoderan de los servicios públicos privatizados y, sí, miro a alguien: miro a los Cospedales, por ejemplo.
Me gustaría ver escrito y publicado y no desmentido por ningún medio oficial, los cargos contra personas concretas del gobierno vasco. Porque las cosas no se hacen solas. Y las calumnias no tienen billete de vuelta. Cuando no se tienen datos y se lanzan acusaciones con el fin de salpicar fango sobre personas que no se conocen, sólo por hipótesis venenosas, se comete un acto delictivo moral, que más que al hipotético culpable, define y embarra al emisor del mensaje. En este caso todo un Tribunal de Cuentas. Hablen cuando tengan nombres, números, facturas, pagarés, documentos y evidencias. Mientras sigan así, soltando bilis podrida, sólo conseguirán hundirse del todo y no ser merecedores de resepto institucional. Ni creíbles ni fiables. 

Qué país más cutre es el que tiene periodistas que publican lo primero que les llega a la redacción sin comprobar su fuente, sin confirmar nombres, apellidos, cargos y funciones de los "informadores", o escupidores, para ser más precisos.

Qué país más cutre. Qué ambientazo más vomitivo. Qué asco.

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