¿Qué es y para qué sirve belladona?
Hoy vamos a hacer un pequeño recorrido sobre este
medicamento homeopático: belladona,
y a explorar juntos qué es la belladona
y para qué sirve en homeopatía.
Seguramente hayáis oído hablar de este medicamento e incluso lo hayáis utilizado en la familia porque su uso es muy habitual, especialmente en niños, casi tanto como árnica para los golpes y traumatismos. Como veremos la belladona puede ser muy útil en fiebres, congestiones, otitis, resfriados, faringitis…
La belladona es una planta de varios tallos muy largos y ramificados que llegan a alcanzar una altura de 1,50 metros. Tiene hojas grandes y otras más pequeñas, que se agrupan por parejas en la parte superior de los tallos. Entre ellas, brotan sus flores aisladas y colgantes, que por fuera son de color violeta parduzco y por dentro, amarillo sucio con venas rojas. Sus frutos maduros son del tamaño de una cereza y de color negro brillante.
La belladona se cultiva en terrenos calcáreos y claros de bosque, sobre todo donde fueron cortados los árboles y donde el suelo fue removido, especialmente en lugares donde no hay luz (fijémonos, después, que uno de los efectos de la sustancia es la midriasis, o sea, el aumento del diámetro de la pupila para “ver mejor”’). Se puede encontrar en algunas zonas del Pirineo, Navarra, Aragón… Europa y Asia.
Por lo que respecta al nombre, el genérico Atropa, se justifica por la toxicidad de estos vegetales en recuerdo de una de las parcas griegas, la inflexible, de cuyas manos pende el hilo de nuestra vida que corta inexorablemente a su antojo. Belladona (“mujer bella”) puede referirse al uso cosmético por parte de la mujer en el Renacimiento, porque con sus frutos, de zumo morado que pasa fácilmente a añil, tratarían de embellecer sus ojos, abrillantándolos y agrandando sus pupilas o pintando las comisuras palpebrales, para simularlos más rasgados. También podría derivar de bellonaria, nombre antiguo de esta planta, empleada para emponzoñar flechas.
Junto al estramonio, hyosciamus y mandrágora forma parte del denominado ungüento de las brujas, un compuesto que se supone estas se aplicaban en la cara y el cuerpo. Quizás, de ese modo, conseguían un estado alucinatorio (estas drogas tienen efecto psicotrópico) que incluía vuelos de grandes distancias (el conocido “vuelo con la escoba”).
Resumámoslos:
Así como en Silícea, Ignatia o Sulfur podemos encontrar una cierta tipología y rasgos de comportamiento o determinadas situaciones emocionales que nos ayudan a su prescripción, belladona, en homeopatía, se utiliza, sobre todo, en las afecciones de tipo agudo mencionadas. En todo caso, en una visión más general, estaría especialmente indicado para personas que reaccionan intensamente a los acontecimientos y situaciones, que son más bien alegres y divertidas cuando están bien, pero violentas y delirantes cuando están enfermas.
Desde mi experiencia, no se debería usar de forma automática para bajar la fiebre. Tengamos en cuenta que la fiebre es un mecanismo de defensa protector del organismo y que solo deberíamos tratarla con medicamentos en determinadas circunstancias, como cuando es muy elevada y/o persistente. Y no olvidemos nunca que es un síntoma, por lo que lo importante es averiguar qué es lo que la produce y tratar la causa. Esto vale tanto para medicamentos homeopáticos como convencionales. Por ello, también en el caso de belladona, en homeopatía, no deberíamos utilizarla alegremente para todo tipo de fiebres sino comprobando que los síntomas corresponden al medicamento y que no hay otro más adecuado para tratar la causa subyacente.
Utilizada de ese modo, la belladona es un medicamento excelente, que como todos los homeopáticos, es compatible con los convencionales, seguro y muy bien tolerado, de ahí que se pueda utilizar en bebés, embarazadas y personas mayores con total confianza. Su dispensación, como se sabe, es exclusiva en farmacias.
Belladona, en homeopatía, es, por todo lo expuesto, uno de esos medicamentos imprescindibles para tener en nuestro botiquín familiar.
Seguramente hayáis oído hablar de este medicamento e incluso lo hayáis utilizado en la familia porque su uso es muy habitual, especialmente en niños, casi tanto como árnica para los golpes y traumatismos. Como veremos la belladona puede ser muy útil en fiebres, congestiones, otitis, resfriados, faringitis…
¿Qué es la Belladona?
La planta de la belladona también es conocida como belladama, solano mayor, solano furioso o tabac bord. Pertenece a la familia de las solanáceas, a la que también pertenecen la patata, el pimiento, el tomate o la berenjena.La belladona es una planta de varios tallos muy largos y ramificados que llegan a alcanzar una altura de 1,50 metros. Tiene hojas grandes y otras más pequeñas, que se agrupan por parejas en la parte superior de los tallos. Entre ellas, brotan sus flores aisladas y colgantes, que por fuera son de color violeta parduzco y por dentro, amarillo sucio con venas rojas. Sus frutos maduros son del tamaño de una cereza y de color negro brillante.
La belladona se cultiva en terrenos calcáreos y claros de bosque, sobre todo donde fueron cortados los árboles y donde el suelo fue removido, especialmente en lugares donde no hay luz (fijémonos, después, que uno de los efectos de la sustancia es la midriasis, o sea, el aumento del diámetro de la pupila para “ver mejor”’). Se puede encontrar en algunas zonas del Pirineo, Navarra, Aragón… Europa y Asia.
Composición de la belladona
Los principales alcaloides que vemos en la composición de la belladona son la atropina, la hiosciamina, la escopolamina y otros alcaloides accesorios.Mecanismo de acción de la belladona
La atropina produce excitación, delirio, alucinación y accesos de furor a nivel del sistema nervioso central. También taquicardia, midriasis y aumento de la tensión arterial. En mucosas genera disminución de las secreciones (salival, faríngea, urinaria, etc.) y en la piel, un eritema de tipo escarlatiniforme.Intoxicación con belladona
En caso de intoxicación, se producegran sequedad de garganta con intensa sed, enrojecimiento cutáneo, incapacidad de deglutir, dilatación de las pupilas, enturbiamiento de la vista… y los ojos se abrillantan. También vértigos, desvanecimientos, taquicardias, inconsciencia, alucinaciones, delirio, coma y muerte por parálisis respiratoria.Por lo que respecta al nombre, el genérico Atropa, se justifica por la toxicidad de estos vegetales en recuerdo de una de las parcas griegas, la inflexible, de cuyas manos pende el hilo de nuestra vida que corta inexorablemente a su antojo. Belladona (“mujer bella”) puede referirse al uso cosmético por parte de la mujer en el Renacimiento, porque con sus frutos, de zumo morado que pasa fácilmente a añil, tratarían de embellecer sus ojos, abrillantándolos y agrandando sus pupilas o pintando las comisuras palpebrales, para simularlos más rasgados. También podría derivar de bellonaria, nombre antiguo de esta planta, empleada para emponzoñar flechas.
Junto al estramonio, hyosciamus y mandrágora forma parte del denominado ungüento de las brujas, un compuesto que se supone estas se aplicaban en la cara y el cuerpo. Quizás, de ese modo, conseguían un estado alucinatorio (estas drogas tienen efecto psicotrópico) que incluía vuelos de grandes distancias (el conocido “vuelo con la escoba”).
¿Para qué sirve la belladona? Acción general y efectos de belladona
¿Cuáles son, entonces, las propiedades y los efectos de belladona?Resumámoslos:
- Afecciones inflamatorias y febriles: Congestión local con tumor, rubor, calor, dolor. La fiebre es rápida, brusca, con el rostro rojo caliente y húmedo, con sudores profusos y midriasis. Solo con acercar la mano a la cara o al cuerpo del niño (recordemos que es un medicamento muy utilizado en niños) podemos sentir el calor, como si quemara.
- Mucosas: en las mucosas habrá sequedad, ya sea en las digestivas, las respiratorias, las oculares, etc.
- Síntomas cardiovasculares: se presenta enrojecimiento de la piel, incluso con erupciones, dolor de cabeza, vértigos, sofocos…
- Síntomas del comportamiento: en los estados febriles puede haber delirio con alucinaciones, convulsiones febriles y mucha sensibilidad a la luz y al ruido.
Así como en Silícea, Ignatia o Sulfur podemos encontrar una cierta tipología y rasgos de comportamiento o determinadas situaciones emocionales que nos ayudan a su prescripción, belladona, en homeopatía, se utiliza, sobre todo, en las afecciones de tipo agudo mencionadas. En todo caso, en una visión más general, estaría especialmente indicado para personas que reaccionan intensamente a los acontecimientos y situaciones, que son más bien alegres y divertidas cuando están bien, pero violentas y delirantes cuando están enfermas.
Para que se utiliza la belladona en homeopatía – Enfermedades
¿Para qué afecciones, pues, podría ser útil este medicamento?- Enfermedades infecciosas, siempre que vayan acompañadas de los síntomas característicos comentados y esa manera particular de reacción del enfermo, que es lo fundamental en homeopatía. Por eso, cuando algún lego pregunta, con más malicia que desconocimiento, el porqué los medicamentos homeopáticos no tienen indicación terapéutica, es justo porque cada persona sufre la enfermedad de una manera propia e individual y, por eso, las indicaciones están en nuestros libros de materia médica y las damos los médicos de acuerdo con la entrevista clínica y una escucha atenta de los síntomas del paciente.
- Rinofaringitis, anginas.
- Otitis.
- Erupciones de tipo escarlatiniforme.
- Insolaciones (golpe de calor), eritema solar.
- Sofocos de la menopausia.
- Sequedad ocular, síndrome del ojo seco.
- Espasmos de la musculatura lisa.
Desde mi experiencia, no se debería usar de forma automática para bajar la fiebre. Tengamos en cuenta que la fiebre es un mecanismo de defensa protector del organismo y que solo deberíamos tratarla con medicamentos en determinadas circunstancias, como cuando es muy elevada y/o persistente. Y no olvidemos nunca que es un síntoma, por lo que lo importante es averiguar qué es lo que la produce y tratar la causa. Esto vale tanto para medicamentos homeopáticos como convencionales. Por ello, también en el caso de belladona, en homeopatía, no deberíamos utilizarla alegremente para todo tipo de fiebres sino comprobando que los síntomas corresponden al medicamento y que no hay otro más adecuado para tratar la causa subyacente.
Utilizada de ese modo, la belladona es un medicamento excelente, que como todos los homeopáticos, es compatible con los convencionales, seguro y muy bien tolerado, de ahí que se pueda utilizar en bebés, embarazadas y personas mayores con total confianza. Su dispensación, como se sabe, es exclusiva en farmacias.
Belladona, en homeopatía, es, por todo lo expuesto, uno de esos medicamentos imprescindibles para tener en nuestro botiquín familiar.
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