Francisco contraataca a sus 'enemigos' y fulmina al secretario de Ratzinger poco después de la polémica por su falso libro
En otro episodio del 'culebrón' vaticano con dos papas, sus asistentes y poderosos cardenales, Bergoglio sorprende con una 'licencia indefinida' para Georg Gäenswein
El libro 'de Ratzinger' contra Francisco no es de Ratzinger y acaba por beneficiar al papa Bergoglio
Las elegantes e inaccesibles estancias vaticanas son el escenario de una batalla no tan secreta y mucho menos elegante. El pulso que poderosos cardenales de la Curia
–dispuestos a cualquier cosa por mantener el status quo en la Iglesia
católica– mantienen con el papa Francisco ha dado un nuevo vuelco este
miércoles, en un episodio más de una trama con tintes de culebrón.
Bergoglio ha fulminado al secretario personal de Benedicto XVI,
implicado en la polémica por el 'no-libro' supuestamente escrito por el
cardenal Sarah y el papa emérito presionando a Francisco para que no permita curas casados en la Iglesia.
Dos
semanas después de ese escándalo, el secretario personal de Ratzinger
–y a la vez, secretario de la Casa Pontificia–, Georg Gäenswein, está
oficialmente desaparecido.
¿Dónde está el arzobispo alemán, responsable de las
agendas de los dos papas y a quien muchos señalan como máximo
responsable del escándalo de la publicación del libro sobre el celibato
de Sarah-Benedicto? Desde hace días, Gäenswein no aparece junto a
Francisco en las audiencias públicas de los miércoles, ni en las
recepciones oficiales. No se le vio, por ejemplo, durante el encuentro
con el presidente de Argentina, Alberto Fernández; o con el
vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence.
La respuesta la han dado los medios alemanes, citando
fuentes vaticanas, que aseguran que Francisco ha concedido una "licencia
indefinida" a su secretario, después de su no aclarada intervención en
el affaire Sarah-Ratzinger. Unas "vacaciones sine die" que se achacan a
su "desafortunada" participación en la elaboración del libro del
cardenal Sarah, la inclusión de Benedicto como coautor del volumen y la
posterior marcha atrás, tras el escándalo.
Al parecer,
Francisco se habría hartado de la condición de 'espía doble' de
Gäenswein, y le habría concedido licencia para desaparecer de los actos
públicos, y pasar más tiempo con Benedicto XVI. De hecho, otras fuentes
apuntan a que todo obedece al deseo de Gäenswein de dedicar más tiempo a
Benedicto XVI en la última etapa de su vida, mientras que otros
informes apuntan a que el secretario alemán simplemente estaría enfermo.
Sea
como fuere, lo cierto es que el omnipresente Gäenswein ha desaparecido
y, aunque permanece como prefecto de la Casa Pontificia, su puesto ha
sido ocupado en la práctica por Leonardo Sapienza, de 67 años, y que
trabaja como regente de la Prefectura de la Casa Pontificia.
La publicación, a mediados de enero, del libro Desde el fondo de nuestros corazones,
del cardenal Sarah (uno de los principales opositores, junto al
cardenal Müller, en el interior de la Curia a las reformas de
Francisco), con la coautoría (que después se demostró falsa)
de Benedicto XVI, hizo saltar todas las alarmas, por lo que sugería de
presión a Francisco para que no aprobara la presencia de sacerdotes
casados en la inminente exhortación pastoral post Sínodo de la Amazonía.
Después
de que estallara el escándalo, y de que Sarah mostrara cartas firmadas
por Ratzinger que venían a demostrar su participación en el libro, el
propio Gäenswein tuvo que salir a la palestra para negar cualquier
participación del Papa emérito en la elaboración del texto –excepto unos
folios compartidos con Sarah meses atrás– y para exigir al purpurado
guineano que retirara el nombre de Ratzinger de los títulos de crédito y
las tapas de la publicación.
Pese a ello, su
participación en el escándalo –y, en el fondo, su doble vinculación como
secretario personal del Papa emérito y secretario de la Casa Pontificia
del Papa reinante– terminó por congelar aún más las ya difíciles
relaciones entre Ratzinger y Bergoglio. Desde entonces, Benedicto XVI ha
cancelado sus ya contadas intervenciones públicas y, ahora, también ha
desaparecido Gäenswein. Mientras tanto, el cardenal Sarah continúa con
la promoción de su libro, y asegura, contra viento y marea, que pese al
desmentido oficial Ratzinger escribió junto a él la publicación contra
cualquier revisión del celibato en la Iglesia.
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