Adaptarse al cambio climático más allá de la costa: Ontinyent devolverá al río su espacio derribando 40 viviendas
El Ayuntamiento y la Generalitat colaboran en un proyecto para habilitar un espacio inundable ante las crecidas del río Clariano
Especulación e incumplimiento de la normativa: cómo el urbanismo insostenible favorece las inundaciones
El cambio climático ha demostrado que
la naturaleza acaba reclamando lo que es su espacio vital, y no solo
pasa en la costa, también ocurre en el interior. A vora riu, no faces niu
(Cerca del río, no hagas nido); este dicho valenciano de la sabiduría
popular no siempre ha sido escuchado, como en el caso de Ontinyent
(València), donde los vecinos del barrio Cantereria viven con angustia
cada crecida del río Clariano, que pasa cerca de sus casas y que les
obliga a ser desalojados con frecuencia.
La última vez que se dio esta circunstancia fue en el capítulo de la DANA del pasado mes de septiembre, cuando el río tomó su espacio de crecida inundando sus casas y destrozando sus pertenencias.
Pero, además, también tuvieron que abandonar sus viviendas en diciembre
de 2018; y en enero con la borrasca 'Gloria' estuvieron muy cerca
de volver a repetir la evacuación.
No
obstante, tras la DANA, se tomó ya la decisión de evitar el riesgo de
los vecinos de Cantereria y se optó por la medida definitiva: desalojar
40 viviendas reubicando a sus inquilinos y habilitar un espacio
inundable. De momento, ya se ha llegado a un acuerdo con 35 propietarios
para que el Ayuntamiento adquiera los inmuebles.
El
alcalde de la ciudad, Jorge Rodríguez, ha avanzado que, tras la compra
de las casas, "se procederá a su demolición para convertir este espacio
en un modelo de regeneración urbana, con un parque inundable que sea
compatible con la realidad que desgraciadamente vivimos fruto del cambio
climático".
La intervención será similar a la ya
existente en el margen opuesto del río. El proyecto se realiza en
colaboración con la Vicepresidencia segunda y Conselleria de Vivienda y
Arquitectura bioclimática, y para ello se ha presupuestado una inversión
de 2,5 millones de euros.
Los fenómenos extremos, cada vez más comunes
Más
allá de València, son muchas las zonas de España que viven en vilo ante
las consecuencias de los fenómenos climatológicos extremos, que cada
vez son más comunes. El ejemplo más reciente es el temporal 'Gloria',
que ha golpeado la costa mediterránea,
dejando trece de muertos, un oleaje récord, vientos huracanados y
destrozos. Los temporales destructivos en las costas están aumentando y,
por ello, el Colegio de Geólogos cree necesario deconstruir el litoral español.
En
el caso de la crecida de los ríos, los episodios más dramáticos se
vivieron con la DANA de septiembre. En España hay cerca de 50.000
construcciones sobre cauces y zonas de riesgo de inundación que
incumplen la normativa. Los expertos apuntan al urbanismo depredador de las últimas décadas
como el factor principal que ha llevado a España a un estado de
vulnerabilidad ante los desastres naturales, aunque también existen
otros factores, como la dejadez de los cauces.
La DANA de septiembre causó seis víctimas mortales. De hecho, las inundaciones son el desastre natural que más muertes causa en España: han
causado 361 muertes desde 1995, más que el calor extremo, los incendios
o los temporales en el mar. Casi todas las víctimas y desplazados en la
DANA de septiembre se produjeron en lugares calificados oficialmente
como zonas inundables de alta probabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario