Coca-Cola es la marca que más contamina el planeta con sus plásticos, y lo lleva siendo durante varios años.
Sus botellas de plástico tienen la culpa: alrededor de
300.000 botellas de plástico salen de esta fábrica en Austria
cada hora, de las cuales muchas acabarán en el medio ambiente poniendo en peligro a
tortugas,
ballenas y
aves marinas en todo el mundo.
A modo de protesta por esta invasión plástica,
una treintena de activistas de Greenpeace ha instalado una “cascada de plástico” con miles de botellas de plástico
de Coca-Cola en esta planta de embotellado, exigiendo que reduzcan su
producción de envases de un solo uso y se pasen a un nuevo modelo basado
en la reutilización.
Una botella retornable de vidrio podría reemplazar hasta 50
botellas de plástico de un solo uso. Pero Coca-Cola sigue haciendo oídos
sordos: prefieren seguir con su “lavado de imagen verde” para
distraernos del problema y continuar echando la culpa al consumidor.
Hace poco han anunciado que
seguirán fabricando botellas de plástico de un solo uso porque afirman que sus consumidores aún quieren usarlas.
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