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El Tribunal Supremo reconoce computar el Servicio Social de la Mujer en el franquismo para la jubilación anticipada

El alto tribunal entiende que el recurso de la mujer debe ser estimado porque "el principio de integración de la dimensión de género vincula a todos los poderes del Estado. Lo mismo se hace con la "mili" de los hombres.

Sede del Tribunal Supremo | EFE

madrid

14/02/2020 17:25

efe

El Tribunal Supremo ha reconocido por primera vez el derecho de una mujer a computar el tiempo que realizó el llamado Servicio Social de la Mujer, vigente de 1937 a 1978, para alcanzar el mínimo de cotización de la jubilación anticipada, como se hace con la "mili" de los hombres.

La Sala de lo Social aplica en su sentencia la perspectiva de género al artículo 208.1b de la Ley General de la Seguridad Social (LGSS), que contempla que para acreditar un periodo mínimo de cotización a efectos de la jubilación anticipada, se podrá computar el periodo de prestación del servicio militar obligatorio o de la prestación social sustitutoria con un límite de año.

En su sentencia, la Sala extiende este derecho al Servicio Social de la Mujer -aunque no lo incluya explícitamente la ley- al considerar que una interpretación literal de este artículo conduciría a una violación del principio de igualdad de trato entre mujeres y hombres, y supondría un trato discriminatorio de las mujeres.

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La resolución atiende el recurso presentado por una mujer a la que el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) denegó la jubilación anticipada porque le faltaban siete días para cumplir el mínimo de cotización obligatoria.

En primera instancia, un juzgado de lo Social de Barcelona le dio la razón y reconoció su derecho a la jubilación anticipada, pero el INSS recurrió y el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya revocó esa primera sentencia, al considerar que las disposiciones que regulaban el Servicio Social de la Mujer no obligaban a las autoridades competentes "en orden a una supuesta afiliación, alta o cotización".

"El principio de integración de la dimensión de género vincula a todos los poderes del Estado"

Sin embargo, el Supremo entiende que el recurso de la mujer debe ser estimado porque "el principio de integración de la dimensión de género vincula a todos los poderes del Estado: legislativo, ejecutivo y judicial".

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La Sala admite que en nuestro ordenamiento no hay norma alguna que considere como periodo cotizado para la jubilación anticipada el tiempo en el Servicio Social, pero la Ley para la igualdad efectiva de mujeres y hombres persigue la igualdad de trato y de oportunidades y "es un principio informador del ordenamiento jurídico que debe integrarse y observarse en la interpretación y aplicación de las normas jurídicas".

"Como tal, ha de ser el faro a cuya luz se interpreten las normas", dice la sentencia, cuya ponente ha sido la magistrada María Luisa Segoviano. Recuerda que tanto la mili como el Servicio Social de la Mujer, fueron fijados en un decreto de octubre de 1937 como servicios obligatorios para hombres y mujeres.

Esa norma estableció el Servicio Social como "deber nacional de todas las mujeres españolas en edad de 17 a 35 años", y estuvo en vigor hasta 1978. "No cabe argüir que a las mujeres no se les podía reconocer dicho derecho (a computar para la jubilación anticipada) ya que no realizaban el servicio militar", ya que ellas estaban obligadas a cumplir el Servicio Social de la Mujer, concluyen los magistrados.

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¿Pero de qué va ese Tribunal Supremo? ¿Es posible que en serio se haya creído que el Servicio Social era equiparable al servicio militar de los hombres? Yo hice el Servicio Social obligatorio entre 1966-67 y de servicio no tenía nada. Era simplemente la obligación de ir a clase en un local de la Sección Femenina, allí mientras le daban la vuelta a la verdad histórica y social, nos 'instruían' lo primero en los Principios del Movimiento Nacional -doble ración para quienes los teníamos también como asignatura en la escuela, el instituto y la universidad- en recetas de cocina, labores de costura como la canastilla de los bebés y técnicas como los hilvanes, dobladillos, zurcidos y remiendos, "economía doméstica" que nunca supimos qué era en realidad, y de vez en cuando, bailes regionales castellano-manchegos y canciones populares del resto de España. Con una particularidad: si no se hacía ese servicio no se podía dar ni un paso en la sociedad ni en el estado. Te pedían el certificado para todo: trabajos, oposiciones, concesión del pasaporte, trámites en juzgados, ayuntamientos, para casarse o abrir una cuenta bancaria -además del permiso del padre o del marido-. 
Las únicas que hicieron un trabajo de 'servicio' fueron las especialistas militantes de Falange que daban las clases e iban por los pueblos con sus "cátedras ambulantes" enseñando higiene, cuidados y por encima de todo el pensamiento del régimen. Es decir adiestrando en la "filosofía" del franquismo a las mismas que ahora son las abuelas de los labradores que se tiran al monte para que un gobierno de izquierdas no vaya a instaurar una república en su maravillosa Eshpaña vacía pero subvencionada para los votos seguros del Señor Cayo...Esta decisión del Supremo solo tiene dos explicaciones posibles: o las señorías están en la parra absoluta o son la continuación del franquismo camuflada de Poder Judicial y quieren conceder a sus abuelas una jubilación compensatoria, como siempre, con pasta de por medio. 
Las instructoras de Falange eran cuatro gatos hijas de la clase en el ppoder, dirigidas y educadas por Pilar Primo de Rivera, la hermana de José Antonio, el fundador, tenían su "universidad" en el Castillo de La Mota, un colegio mayor en la Complutense, "La Almudena", en donde estuve un curso y salí a escape, porque aparte de la "formación  política" había espías infiltradas en todas las actividades, -desde el comedor a la lavandería, la piscina o la biblioteca-, ya licenciadas, que no pagaban la residencia mientras hacían la tesis doctoral a cargo del estado que así les pagaba el servicio, y eran verdaderas nazis selectas por su clase social y su glamour fascista. Unas privilegiadas que vivían del estado, que ya les dio bastante entonces, como para que ahora les vaya a seguir pagando el plus en pleno siglo XXI. Aun recuerdo que una compañera de Canarias, en tercero de Medicina y con un expediente académico fabuloso (allí no se admitían meros aprobados) fue la que me abrió los ojos para ver el tinglado.Me invitó a hacer una prueba: ir a su habitación para escuchar radio París en una radio de galena que ella misma se había fabricado con elementos comprados en El Rastro, y escuchar con las dos mitades separadas del auricular, lo que se decía en Europa de nuestra querida patria. Cuando llevábamos una media hora de escucha y quedándonos a cuadros siendo noticia en el mundo por nuestra dictadura y sus canalladas, unos golpes sonaron en la puerta acompañados por la voz de la directora: "Mercedes y Sol, abrid, sabemos que estáis ahí conspirando. ¡Abrid, es una orden!" Mercedes me hizo un gesto de silencio y de que esperásemos, hasta que la inquisidora se cansase y creyese que no había nadie en la habitación, y que "la felona" de turno, como llamábamos a las esbirras del régimen, seguramente se había equivocado al cotillear e informar. Y así fue, tras un cuarto de hora sin resultados, se fue por el pasillo, al ritmo sonoro de una bota ortopédica que hacía un ruido especial  y eso nos avisaba de su proximidad o lejanía. Ni que decir tiene que ni Mercedes no yo solicitamos la continuidad de la plaza para el curso siguiente. No nos la hubiesen concedido, seguro. Pero ni concedida la hubiésemos querido disfrutar viviendo el panorama, en las tremendas conmociones sociales del Mayo del 68 en nuestras conciencias,en la Facultad y en la calle. Los obreros y estudiantes en esos momentos éramos "la revolución francesa" del franquismo.
Ah, debo añadir que el tiempo que se pasaba en el Colegio Mayor de la Almudena, se convalidaba como Servicio Social en el estado; eso significa que la esencia de ese "servicio" no era social exactamente,sino una aplicación ideológica y directa de los mecanismos políticos del régimen con el privilegio de que por ser alumnas de élite, estábamos exentas en la Universidad, de las "tres marías", que ya nos inyectaban en el Colegio Mayor: política, religión y deporte. Ya estaban aprobadas antemano y por decreto. Lástima que el Supremo y sus palmeros desconozcan tantos datos de su propia/nuestra historia, ¿o tal vez, sí los conocen y quieren que todo siga igual que entonces? Eso ya  nos pone los pelos como escarpias.
¿Alguien se imagina este remember pensionista reivindicador de un poder del estado como lo es el Judicial, con las Juventues Hitlerianas en la Alemania del siglo XXI? No sé hasta donde piensan llegar en la "normalización" de las aberraciones y en la falsificación de la Historia; Goebbels total. 1984 de Orwell. Intentar "lavar la cara" a un sistema atroz, por haber servido al fascismo encantadas de la vida y viviendo a cuerpo de reinonas todopoderosas durante cuatro décadas, siendo las peanas y cariátides de un régimen que debería avergonzarnos para siempre...Leyendo estas cosas me pregunto ¿cómo no se da cuanta la propia prensa y hasta Público se hace eco de esa "beneficencia" de facturación imposible en un estado de derecho, libertades y principios mínimamente éticos? Y la España "democrática" pagando, nuevamente, las facturas del marrón. Como ha hecho hasta ahora.
Qué poca vergüenza la de los ponentes y qué ignorancia la de quienes lo aceptan todo comulgando con ruedas de molino, sin tener ni idea de su propia historia, ni de las consecuencias de lo que intentan hacer ni de lo que pasó durante cuarenta años de mentiras y lavados de cara y de cerebro! Que al parecer y según noticias como ésta, se están multiplicando por dos: son ya ochenta años en el mismo limbo de carnaval y baile de disfraces fascista. 
¿Qué necesitamos para abrir los ojos, qué tienen que hacernos y qué tiene que pasar para que despertemos de una puñetera vez y no acabar comprándoles ad infintum la misma cabra ?
Conozcamos la realidad de nuestra verdadera historia y así conseguiremos que no se repita nunca más. En la carrera de Derecho debería ser obligatorio el estudio profundo en cada curso de la Historia de España y del mundo, claro. Dejar el poder de las leyes en manos analfabetas que falsifican notas y masteres, debería ser un delito de lesa civilización, de lesa política y de lesa sociedad.Y por ello motivo más que suficiente para reprobar políticos, gobernantes y jerifaltes adjuntos del Poder Judicial. Precisamente el que lleva especificada en su profesión la mayor exigencia de honestidad por el mismo contenido moral que requiere su ejercicio, para ser legítimo y lícito por el cimiento esencial, además del mecanismo "legal", que solo es la forma. La sustancia sola puede dar vida y cauce a la forma, pero la forma sin sustancia solo es una ratonera sin fuste, pensada solamente para hacer sufrir y manipular desde un poder inmundo e inhumano.
Los expertos en el tema deberían dejar muy claro por qué siempre se habla del 'defecto de forma' para descalificar cualquier demanda y no se tiene en cuenta el defecto garrafal de contenidos. Una injusticia no lo es por estar mal expresada formalmente, ni se convierte en justa por expresarse en un lenguaje impecable, sino sobre todo por el hecho de ser injusta per se y no per accidens al carecer de sustancia ética, de equilibrio antropológico, y tantas veces hasta de una mínima inteligencia humanizadora y lúcida que la haga asumible desde la razón y la lógica más elementales.
Es muy triste que la Justicia en España sea, ya sin recato alguno, el Caballo de Troya del franquismo.