Los conversos de cada 8 de marzo
La derecha ha olvidado sus reparos y se ha lanzado a toda velocidad a llenar sus programas electorales con propuestas sobre la mujer, las más avanzadas posibles aunque estén crudas, tratando de pasar de la cola a la cabeza del pelotón en 15 días
Pero llegó Vox con su reconquista, y Casado con su contrarreforma, y Ciudadanos con su pánico a quedar atrás, y se reabrieron las catacumbas. Las políticas de género volvían a ser herejías, la violencia machista debía transmutarse en violencia doméstica y así todo, porque aunque yo no me había fijado, la horda feminazi al parecer se había apoderado del país.
Así estaban las cosas hasta la llamada a urnas. La cita electoral, junto a la previsión de otro 8 de marzo con gran seguimiento, han vuelto a obrar el milagro del año pasado. La derecha ha olvidado sus reparos y se ha lanzado a toda velocidad a llenar sus programas electorales con propuestas sobre la mujer, las más avanzadas posibles aunque estén crudas, tratando de pasar de la cola a la cabeza del pelotón en 15 días. Y así, Vox y el autobús de HazteOír se han quedado solos defendiendo las esencias. Veremos si es por un ratito hasta después de las elecciones.
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