miércoles, 21 de junio de 2017

El negocio de los incendios forestales


Quizás ya no nos sorprenda a estas alturas que los incendios forestales en España y desde hace unos años también en Portugal, se hayan convertido en normalidad. Dicen que es por el clima, pero el mismo tipo de clima tienen en el sur de Italia, sur de Francia, Croacia, Albania, Grecia, Marruecos, Argelia, Túnez, Turquía o Malta y resulta muy raro que el fuego se ensañe especialmente en las tierras ibéricas. Y que esto haya empezado, precisamente, a ser un verdadero problema desde que llegó la libertad y la democracia a nuestro país.

Estoy segura de que si pidiese a las personas mayores de  sesenta años que recuerden los incendios forestales en nuestras infancias y adolescencias, muy pocas podrían relatar episodios similares a los de ahora. Fue exactamente a finales de los 70 del pasado siglo cuando los incendios en la naturaleza, concretamente en España, comenzaron a ser tan frecuentes y destructivos que el Estado tuvo que poner en pie, en la base de Torrejón de Ardoz, el 43Grupo del Ejército del Aire especializado en la extinción de incendios, comprando una partida de aviones Canadair cl-215(nada de avionetas como estamos oyendo en las noticias), enormes, resistentes, nada ligeros, pero súper eficaces en su labor anfibia, capaces de cargar toneladas de agua y ayudando desde el aire con gran pericia y acierto a las brigadas de extinción en tierra. Aviones que en las campañas de verano se repartían por destacamentos en  las zonas con más riesgo de incendio: bases en Jerez, (Cádiz),en Manises (Valencia), Pollensa(Mallorca), Reus Tarragona) y Santiago (A Coruña), las comunidades más castigadas por el terrorismo ecológico.

Curiosamente, una vez apagados los fuegos y al cabo de un tiempo se producían, por parte de los gobiernos autonómicos de las comunidades incendiadas, las recalificaciones de los terrenos damnificados, que pasaban de ser patrimonio protegido a convertirse en terrenos disponibles para urbanizar. O de ser extensiones pobladas por especias autóctonas como ayas, castaños, robles, sabinas, algarrobos, etc, a grandes extensiones plantadas de eucaliptus y pinos, especies de crecimiento rápido, de masa mucho más ligera y mucho más vulnerables a la combustión, que arden  como la yesca y que en manos de los especuladores que negocian con celulosa y maderas, se convierten en especies parásitas que resecan, desertizan y dejan estériles las tierras en que crecen y luego se queman. Conozco muy bien esa historia. Mi entonces compañero y padre de mis hijos fue piloto en esa unidad durante nueve años. Amigos y vecinos compañeros de destino murieron apagando fuegos o en los entrenamientos que se realizaban constantemente a lo largo del año, entre ellos José Luis Herráiz (padre  de tres niños), José Cachofeiro y el mecánico José Pérez Belmonte  perdieron la vida hace justo, 41 años, tratando de apagar las llamas infernales del Monte Xiabre, con otros dos compañeros, Fernando Baturone en el pantano de Buendía dejaba una bebé de dos semanas, Óscar Sáenz de Santamaría, en Beniarrés,(Alicante), con otros dos compañeros de tripulación ( y alguno más de cuyos nombres me acordaré más tarde) más los mecánicos y personal de mantenimiento, que no conocía personalmente pero cuya pérdida sentí y sigo sintiendo como siento las demás; los seres humanos somos hermanos de especie y eso nos hace compartir los mismos sentimientos de pérdida y dolor en casos tan duros e injustos como es que padres e hijos de familia se maten apagando fuegos provocados como lo son la inmensa mayoría. Víctimas que no lloran las ideologías ni las asociaciones ni siquiera "la patria", porque no los han matado con armas sino con crímenes medioambientales y mucho de ellos con intención de lucro y negocio.

Un hito importante en esta saga de horrores destroyers es la coincidencia del primer verano, 2012, de Mariano Rajoy como jefe del gobierno con uno de los peores incendios que se recuerdan en España: la cremá del Corredor Mediterráneo completo, de Norte a Sur, que poco tuvo que envidiar al incendio actual de nuestros vecinos portugueses. Comenzó en la provincia de Valencia y no paró hasta convertir en cenizas toda la superficie calculada para el negocio del futuro pasillo de marras. Alberto Fabra como fallero mayor, estrenaba presidencia y se lucía sobrevolando las hogueras desde los cielos para confirmar que todo era un espanto contra el que no se podía hacer nada, al mismo tiempo que los vecinos de la zona alucinaban porque durante el primer día del incendio nadie atendió sus llamadas de socorro y se tuvieron que apañar ellos solos con las llamas, perdiendo sus casas y sus trabajos, para salvar la vida. Allí no acudía nadie. Mientras el recién nombrado Presidente Rajoy, que se negó a mandar un solo Canadair a la zona incendiada alegando que salía muy caro mover aviones de ese calibre y pagar dietas a los pilotos, y aprovechando de paso la ocasión para viajar por Europa a ver partidos de fútbol, que son, como todo el mundo sabe, los verdaderos asuntos de estado fetén. Mucho mejor y menos caro era contratar empresas privadas de recursos suficientes para el caso, con helicópteros tratando de regar amablemente los incendios cubito a cubito de agua. Se estrelló uno de ellos y murió el piloto, contratado seguramente por cuatro perras por alguna empresa de linces que saben de incendios tanto como el pp sabe de ética, y que seguramente el único incendio forestal que había visto de cerca debían haber  sido las hogueras de San Juan. Nadie experimentado en ese sector se pone a apagar tal infierno con un heli-juguetillo y a cubitos de agua, como si estuviese en la playa. Nunca se aclaró nada sobre la provocación de aquel desastre que comenzó en varios puntos, como siempre. Las pérdidas fueron descomunales. Y la cosa se volvió a repetir en 2015, recién inaugurada la libertad y la decencia en la Comunidad Valenciana, achicharrando del mismo modo -provocado- los parques naturales de La Ribera. La Casella y toda la sierra de Alzira. Con la diferencia de que en esa ocasión en vez de Fabra estaba Puig en la Generalitat y presente en los incendios y haciendo todo lo posible por salvar personas, pueblos y naturaleza y por nada del mundo recalificando terrenos a posteriori para empresas amigas a cambio del tres por ciento habitual en los trapicheos pperos de los que nadie sabe nada, seguramente, porque ya ni se fijan en los detalles, en algo tan connatural a su talante mangui.

Tras el enjuague constante de negocios indecentes ahora se pone en marcha uno nuevo, para estar a la altura de los tiempos: los drones avisadores que no son del estado, como los Canadair, sino de empresas privadas de alquiler, como la tal Aeromedia instalada en Oleiros, Galicia, una zona de lo más prometedor en el tema del forring office incendiario y que prometen ser un pedazo de negocio espectacular, al que le están haciendo coros y palmas desde los medios de comunicación, aprovechando como los buitres la ocasión del incendio de Portugal, que según las últimas investigaciones del Gobierno de Lisboa, no ha sido a causa de ningún rayo; se ha comprobado que antes de la tormenta ya había comenzado en  puntos muy concretos, y que no ha tenido un solo foco, sino varios simultáneos. 

Si se sigue en las Batuecas, como hasta ahora, con un gobierno incapaz de enterarse ni responsabilizarse de nada como estamos viendo, tanto en el Congreso como en los Juzgados, habrá que afinar y pensar que los drones son multiusos y nadie puede asegurarnos que lo mismo que se programan para avisar de los fuegos, podrían programarse para provocarlos, con lo cual el negocio les sale redondo y sin tener que pagar extras a los pirómanos especialistas que además una vez pillados con las manos en la masa, podrían irse de la lengua y cantar La Traviata. Es la mar de chocante en un momento de horror en medio de los incendios portugueses que se aproveche la situación por parte de la empresa de los drones, pata hacer propaganda del producto y sus virtudes. La UCO va a tener que hacer el pino puente: Galicia, Portugal, incendios, drones milagrosamente socorristas, Gobierno que ayuda a Portugal tan generosamente cuando la Comunidad de Madrid gobernada por el pp dejó morir al lado de casa a 11 personas en el incendio de Guadalajara, alegando que no los ayudaba porque en Castilla La Mancha gobernaba el Psoe y salvar vidas no era competencia de Aguirre sino de Zapatero. No sé, no sé...pero estando en las manos que estamos y en las tesituras que soportamos, si yo fuese la UCO o un fiscal decente, me pondría las pilas ya mismo para evitar sorpresas intempestivas y que se pagan con el destrozo irrecuperable del Planeta y con vidas humanas, animales y vegetales, que son el único patrimonio imprescindible para la vida. 

P.D. 
Viajando desde Colonia a Valencia, hace seis años, y cuando aun no sabía lo que era un dron vis a vis, pude ver sobrevolando Francia de Noreste a Suroeste, cómo dos drones, que salieron de repente a toda velocidad desde el suelo como si los hubiesen disparado -yo en ese momento no sabía lo que eran-, expulsando una nube densísima y negra, eran capaces de montar en menos de 15 minutos una tormenta seca. Parecía la Guerra de las Galaxias, rayos y relámpagos a su alrededor, en medio de una negrura artificial porque las nubes naturales por muy densas y oscuras que sean no parecen humo como aquello, era impresionante verlos allí abajo y no saber qué utilidad tenía aquel ejercicio. Creo que hoy lo he comprendido del todo. Posiblemente ensayaban o experimentaban con ellos de cara a quién sabe qué burrada. El caso es que un cielo azulísimo y calmado se convirtió en un infierno en cuestión de instantes. Lo cuento por si sirve de algo. Y para que no nos creamos las cosas según lo que aparentan, porque quizás muchos percances que parecen imprevistos no lo sean tanto y sean negocios a costa de todos menos de las mafias industriales que son capaces de cualquier cosa con tal de pillar pasta y poder. pp. Nada es casual. ¿Quién nos dice que quien es capaz de hacer un cesto no es capaz de hacer doscientos? Pues eso.


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