Valorando esta jornada y media parlamentaria, me pregunto si no sería útil que los debates del Estado de la Nación tuviesen la atribución al mismo tiempo de poder revocar y echar a un gobierno que no cumpla objetivos y se revele como perjudicial para la ciudadanía sin tener que esperar cuatro años si lo hacen fatal y con el recochineo de la mayoría absoluta.
Estaría muy bien que existiese y no como caso excepcional un debate contundente y con capacidad revocatoria, en el que incluso los mismos diputados del partido ganador pudieran desvincularse con su voto, de barbaridades que jamás aprobaría su conciencia y que se ven en la necesidad de soportar por una especie de rito juramentado y vinculante forzoso. Pienso en las buenas personas que apoyan, militan y hasta llegan a tener actas de diputados y concejales en partidos cuyos entresijos corruptos no están a la vista y cuando los descubren ya están maniatados por la disciplina de un voto indeleble e inanulable. No tengo muy claro que todo un grupo de 170 personas del pp estén de acuerdo con la corrupción y los trapicheos de su cúpula mandamás. Ni que noventa diputados del ppsoe tengan la misma concepción política de la ejecutiva. No me puedo creer que Robles, Cantera y los demás diputados/as que dijeron no a Rajoy en su investidura ahora les dé lo mismo que siga gobernando viendo lo que han visto y sufriendo lo que han sufrido. No es creíble y mucho menos recomendable, que un partido por interés interno de los líderes y grupos de poder anulen la libertad de conciencia e obliguen a lo que es injusto desde la antigua Roma: de sententia sua discedere, a renegar de sus principios.
¿Cómo podremos confiar en la gestión decente de personas y partidos que pasan por encima de la conciencia y el libre albedrío responsable de reconocer y trabajar desde la verdad, para adaptarla a intereses, estrategias y logísticas de las que la verdad y la justicia se exilian y se sepultan entre manejos y apaños que "convienen" y justifican cualquier abuso e indecencia por conseguir un poder que conseguido en ese plan ya deviene indecencia en sí mismo?
Política y justicia sin ética son tiranía propia de los más bárbaros, más crueles y con menos escrúpulos. Un ejemplo: ¿qué habría ocurrido hoy en las Cortes si el abuso machista de Rafael Hernando tratando de humillar a Irene Montero y a Pablo Iglesias lo hubiese cometido el portavoz de Unidos Podemos contra Rajoy y Soraya, en plan bromita estúpida solo porque mantienen entre ellos una estrecha relación política que, seguramente, une tanto o más que la romántica y sentimental y que desde luego da muchísimo juego para el pitorreo si es que no se respeta a las personas per se aunque no se lo merezcan? Porque una sí se merece ser respetuosa, sana y digna, y no colocarse a la misma altura intelectiva del betún ¿Qué estaría diciendo a estas horas en las redes el ppepperío ante semejante suceso?
Unidos Podemos no solo ha ganado por goleada en dignidad e inteligencia emocional, es que también ha conseguido dejar en el alma social unas cuantas preguntas para el análisis, como estas:
¿Sabemos lo que estamos desencadenando cuando votamos una sigla política solo por costumbre, rutina y tradición cultural o familiar?
¿Se puede ser un campesino, como Cañamero, respetuoso, despierto e inteligente que atiende y está pendiente de un debate parlamentario sin perder una coma y se puede ser también un ministro de Cultura estudiadísimo y muy simpático con títulos universitarios y desconectar irresponsablemente del mismo debate para leerse un libro, comodamente instalado en su escaño de primera fila? ¿Dónde habrán estudiado ambos, verdad, quién los habrá educado? Pues, fíjate, que Cañamero, hijo de un jornalero, casi no pudo ir a la escuela hasta que de bien mayor pudo hacerlo en la enseñanza pública, claro. Y aun así ha demostrado de maravilla durante años y sin darse aires de nada, cómo se gestionan ayuntamiento y sindicatos desde la eficacia, la empatía social, la honestidad y la inteligencia, que no solo no están reñidas, sino que son inseparables para ser útiles, eficaces y justos en el gobierno de cualquier cosa.Y luego está el ministro Don Íñigo Méndez de Vigo, un barón educado en los institutos alemán e inglés y con el título de licenciado en Derecho, pariente de la hermosa Icaza y de la hija natural de Serrano Súñer, el "cuñao" más cuñao del franquismo. Dos educaciones en las antípodas, ¿verdad? y sin embargo en el mismo parlamento, el uno siendo portavoz de los problemas y necesidades de la ciudadanía, el otro siendo lo mismo de las inquietudes culturales y educativas de los bancos y de las offshores de Panamá, de Suiza y de Andorra, como mínimo. Los dos trabajan por España. Qué cosas, ¿verdad? Quién lo diría.
Esta moción de censura ha sido un estudio de laboratorio perfecto, una investigación sociológica in situ más que necesaria para acercar los entresijos de las castas a la población damnificada por ellas. Nada que ver con el estado de la nación, allí sólo se va a mentir o a ser choteados por los mentirosos, sin que el hecho tenga especial trascendencia; pero en las censuras a saco cambia todo, porque se pone en peligro a los gobiernos que cuanto más puercos son más interés se toman en ellas, más que nada para taponar con el aguaplast de todas las trampas, indignidades y sobreactuaciones las vergüenzas cotidianas que sobre todo gobiernos podridos como el pp ya no saben como camuflar de lagarterana e incluso de abucheo y humillación hiperventilada (debe ser lo único que se ventila en el antro de Génova 13, como el martes, o sea ayer, ya lo apuntó la sutileza feminista de Irene Montero) Es cierto que 170 votos siguen manteniendo en pie los despojos morales de la ppepperez, pero también lo es que desde ayer a muchos españoles y españolas se nos han aclarado muchas ideas manoseadas por los medios mediocres, turbiedades confusas, dimes y diretes enredados a la cebriana y demás entidades del reino de Mordor.
Lo cierto es que esta moción ha superado con creces la de González en los años de la transición, que constaba como un hito para la desacostumbrada ciudadanía ya residual de aquellos tiempos del cuplé donde todo lo bueno se esperaba del socialismo-pegatina recién estrenado en el Parlamento y lo malo de Suárez era mucho mejor de lo que ahora tenemos en el gobierno. Aquí y ahora, en cambio, ya no esperamos nada que nos dé ningún grupo politicante, ni que venga otro Felipe marrullero atando perros con longanizas; no sólo le hemos visto las orejas al lobo sino que hasta descubrimos que el lobo también podía ser 'soasialihta', llamarse Susana y ser costurera de gestoras, igual que la derecha si se terciaban los hados y había que pactar reformas nocturnas de la pobre constitución; hemos crecido y despertado a la realidad y ésta nos ha mostrado lo que hay: o el cambio lo hacemos nosotras y nosotros sin creer ni esperar en soluciones o no habrá tutía que nos saque de ésta. De momento contamos con Unidos Podemos, que ha nacido de nuestra presión y de nuestra desesperación organizativa sobre la marcha y hasta el moño de todo el conjunto de desvergüenzas de unos y otros. Mientras esa herramienta parlamentaria nos funcione y no se pase al enemigo del cuento chino que vive como un asanguijuela de los problemas del personal y no quiere arreglarlos porque se le acabaría el chollo, aguantaremos juntas el temporal y seguramente lo acabaremos despejando.
De momento la luz ha brillado en las tinieblas como dice el evangelio de Juan de Patmos (no de Éfeso, como dicen por ahí) y nos ha dejado ver por un momento que el Verbo y su verdad cuando se hace carne habita entre nosotros, a pesar de todos los pesares viene a los suyos, y aunque la mayoría no le reconoce, a los que le reconocen en su interior como en los otros, les da la capacidad de ser hijos de dios en medio de las cosas y los asuntos, sin vivir con los ojos en blanco esperando ir al cielo mientras se hacen cómplices y tapaderas de los que montan el infierno en este mundo. Y a participar de su esencia. Aunque sean ateos, comunistas, rojos y antisistema (o precisamente gracias a ello), como lo es el espíritu, aunque las iglesias y el beaterío en que se apoyan, lo nieguen escandalizadas.
Seguramente con una moción de censura al año estaríamos salvados de todo abuso gerifaltesco. Sería una pedida de cuentas con consecuencias bien contundentes que enderezaría a los políticos torcidos y quitaría las ganas de presentarse en listas electorales a los sinvergüenzas de profesión que encuentran en esa fonda del Postigo que es ahora la política, un verdadero maná milagroso. Y no habría corrupto que aguantase la amenaza del desnudo con listado público de fechorías y delitos, desde la tribuna de los portavoces, con el apoyo de los jueces y la UCO. Una pedagogía sin fisuras y eficacísima.
Ah, por cierto, se me olvidaba un último e importante detalle: en un sistema podrido ser antisistema es una terapia preventiva e imprescindible. Y una obligación moral en vez de un quasi delito. Ser antisistema es imposible porque hasta la negación es sistémica. A ver si te enteras,pp, que a tu Jesucristo el de las procesiones y las sagradas hostias se lo cargaron porque también era antisistema.
Esta moción de censura ha sido un estudio de laboratorio perfecto, una investigación sociológica in situ más que necesaria para acercar los entresijos de las castas a la población damnificada por ellas. Nada que ver con el estado de la nación, allí sólo se va a mentir o a ser choteados por los mentirosos, sin que el hecho tenga especial trascendencia; pero en las censuras a saco cambia todo, porque se pone en peligro a los gobiernos que cuanto más puercos son más interés se toman en ellas, más que nada para taponar con el aguaplast de todas las trampas, indignidades y sobreactuaciones las vergüenzas cotidianas que sobre todo gobiernos podridos como el pp ya no saben como camuflar de lagarterana e incluso de abucheo y humillación hiperventilada (debe ser lo único que se ventila en el antro de Génova 13, como el martes, o sea ayer, ya lo apuntó la sutileza feminista de Irene Montero) Es cierto que 170 votos siguen manteniendo en pie los despojos morales de la ppepperez, pero también lo es que desde ayer a muchos españoles y españolas se nos han aclarado muchas ideas manoseadas por los medios mediocres, turbiedades confusas, dimes y diretes enredados a la cebriana y demás entidades del reino de Mordor.
Lo cierto es que esta moción ha superado con creces la de González en los años de la transición, que constaba como un hito para la desacostumbrada ciudadanía ya residual de aquellos tiempos del cuplé donde todo lo bueno se esperaba del socialismo-pegatina recién estrenado en el Parlamento y lo malo de Suárez era mucho mejor de lo que ahora tenemos en el gobierno. Aquí y ahora, en cambio, ya no esperamos nada que nos dé ningún grupo politicante, ni que venga otro Felipe marrullero atando perros con longanizas; no sólo le hemos visto las orejas al lobo sino que hasta descubrimos que el lobo también podía ser 'soasialihta', llamarse Susana y ser costurera de gestoras, igual que la derecha si se terciaban los hados y había que pactar reformas nocturnas de la pobre constitución; hemos crecido y despertado a la realidad y ésta nos ha mostrado lo que hay: o el cambio lo hacemos nosotras y nosotros sin creer ni esperar en soluciones o no habrá tutía que nos saque de ésta. De momento contamos con Unidos Podemos, que ha nacido de nuestra presión y de nuestra desesperación organizativa sobre la marcha y hasta el moño de todo el conjunto de desvergüenzas de unos y otros. Mientras esa herramienta parlamentaria nos funcione y no se pase al enemigo del cuento chino que vive como un asanguijuela de los problemas del personal y no quiere arreglarlos porque se le acabaría el chollo, aguantaremos juntas el temporal y seguramente lo acabaremos despejando.
De momento la luz ha brillado en las tinieblas como dice el evangelio de Juan de Patmos (no de Éfeso, como dicen por ahí) y nos ha dejado ver por un momento que el Verbo y su verdad cuando se hace carne habita entre nosotros, a pesar de todos los pesares viene a los suyos, y aunque la mayoría no le reconoce, a los que le reconocen en su interior como en los otros, les da la capacidad de ser hijos de dios en medio de las cosas y los asuntos, sin vivir con los ojos en blanco esperando ir al cielo mientras se hacen cómplices y tapaderas de los que montan el infierno en este mundo. Y a participar de su esencia. Aunque sean ateos, comunistas, rojos y antisistema (o precisamente gracias a ello), como lo es el espíritu, aunque las iglesias y el beaterío en que se apoyan, lo nieguen escandalizadas.
Seguramente con una moción de censura al año estaríamos salvados de todo abuso gerifaltesco. Sería una pedida de cuentas con consecuencias bien contundentes que enderezaría a los políticos torcidos y quitaría las ganas de presentarse en listas electorales a los sinvergüenzas de profesión que encuentran en esa fonda del Postigo que es ahora la política, un verdadero maná milagroso. Y no habría corrupto que aguantase la amenaza del desnudo con listado público de fechorías y delitos, desde la tribuna de los portavoces, con el apoyo de los jueces y la UCO. Una pedagogía sin fisuras y eficacísima.
Ah, por cierto, se me olvidaba un último e importante detalle: en un sistema podrido ser antisistema es una terapia preventiva e imprescindible. Y una obligación moral en vez de un quasi delito. Ser antisistema es imposible porque hasta la negación es sistémica. A ver si te enteras,pp, que a tu Jesucristo el de las procesiones y las sagradas hostias se lo cargaron porque también era antisistema.
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