tras ser rescatados en tres pateras en el Mar de Alborán
(Lo importante está aquí,en lo que podemos solucionar y está en nuestras manos. No en la representación esperpéntica de unos teledirigidos ideo-ilógicos)
La asociación pro-nazi "Hogar social" representando este "auto sacramental" ayer en medio de la manifestación que reivindicaba en Madrid,la acogida a los refugiados. Hay imágenes que, a veces, valen más que el mejor discurso.
Ayer en Madrid, durante la manifestación en apoyo a los refugiados, hubo un episodio vergonzoso y provocador por parte de la ultraderecha racista, interfiriendo entre los manifestantes con una escenificación impresentable de su ideo-ilogía terminator, a la que no estaban invitados, obviamente, elementos de semejante altura moral. Y para lo que no tenían permiso de las autoridades competentes.
La asociación pro-nazi "Hogar social" representando este "auto sacramental" ayer en medio de la manifestación que reivindicaba en Madrid,la acogida a los refugiados. Hay imágenes que, a veces, valen más que el mejor discurso.
Ayer en Madrid, durante la manifestación en apoyo a los refugiados, hubo un episodio vergonzoso y provocador por parte de la ultraderecha racista, interfiriendo entre los manifestantes con una escenificación impresentable de su ideo-ilogía terminator, a la que no estaban invitados, obviamente, elementos de semejante altura moral. Y para lo que no tenían permiso de las autoridades competentes.
En realidad el fin no era expresar su posición sino provocar un enfrentamiento y un choque de "ideas" que dejase al descubierto el juego de las ideologías beligerantes que dividen y destrozan la convivencia social y el apoyo mutuo entre los seres humanos, reclamando para sí las razones mejores y los motivos más justos, cada uno a su manera, claro, con lo que quieren dejar en evidencia la imposibilidad de que se cumplan y se materialicen los DDHH y la dignidad individual de todos lo seres que constituimos la misma especie.
Por desgracia, aunque no consiguieron reventar la manifestación, sí lograron parte de su objetivo: que en vez de responderles la humanidad de hoy, regenerada, unida en libertad por la lucha en la igualdad fraterna, les respondiese la ideología con un grito del pasado, que tampoco es un aval de que se consiga nada positivo y que tampoco, debería hacernos caer en la trampa de nostalgias ya sin más sentido histórico que el emocional: "Madrid será la tumba del fascismo", nos retrotrae a un mundo de guerras perdidas, de vencidos y aplastados por la barbarie, puesto que Madrid, gritando esa consigna, acabó siendo la tumba de la democracia, de los derechos, de la justicia y de las libertades, machacada por ese fascismo al que amenazaba con exterminar. La tumba oficial de la vida española.
Y esa fue la pírrica victoria de aquel fascismo viejuno a cuya altura, la nueva conciencia del talante progresista y de izquierdas, no puede ni debe responder ni funcionar con la misma dinámica. No podemos ni debemos actuar ni pensar siempre a la defensiva, siempre de uñas, en el mismo registro en que funciona lo que rechazamos. Hay que hacer el gran esfuerzo de una resituación moral en la política y en la sociedad si es que de verdad pretendemos que las cosas cambien; puesta a la misma altura de vileza y violencia, la izquierda tiene las de perder porque si entra al trapo de la provocación fascista y responde mordiendo el anzuelo y en el mismo registro, deja en evidencia una confusión: que su objetivo es el rencor histórico más que los refugiados, así pierde la verdad de su función y la fuerza ética de su esencia; la respuesta adecuada está a más altura, o sea no respondiendo desde la ideología heredada ni desde el zasca material a los provocadores, sino desde la empatía humanizadora, que era en realidad el motivo de esa manifestación.
No defendemos a nuestros hermanos de humanidad damnificados por una Europa cruel y sociópata, usando su dolor como argumento y herramienta para combatir al fascismo, sino que reivindicando los DDHH y la vida digna para nuestros refugiados, sin violencia ni odio contra nadie, sino acogiendo y compartiendo lo que somos y tenemos, es la única manera de que el fascismo desaparezca por falta de afiliados y de base social y de motivos inteligentes para seguir en activo.
El fascismo no es una ideología, puesto que le falta la Idea inteligente (Platón dixit) como fundamento, es un mix de instintos de emociones, miedo, violencia, avidez, rapiña, poder opresor, odio, rabia, dominio y euforia o depresión. Pero nunca inteligencia social ni sabiduría práctica, que son la medicina universal, el genérico que cura los males sociales, políticos y económicos.
Hubiera sido un puntazo definitivo a favor de la mejor causa, o sea la justicia solidaria del amor universal, que la respuesta de los manifestantes hubiese sido actualizada en la nueva conciencia que estamos trabajando desde las bases sociales: "Ningún ser humano es ilegal", "Los DDHH no son negociables","Ni CIEs, ni rejas, ni presos ni presas", "Vuestras guerras, nuestros muertos", "Vuestros excesos, nuestra pobreza" "Vuestras inversiones, nuestro hambre", "Vuestro negocio armado, nuestras muertes", "Vuestro olvido, nuestro sufrimiento","Vuestra indiferencia, nuestro exterminio","Mujer refugiada, doblemente maltratada","Ningún menor sin protección","Recuerda, Europa, que tú también te refugiaste muchas veces y el mundo te acogió". "No somos una amenaza, sino una ayuda al bien común", "Vallas, redadas, disparos y fronteras, así no se construye la riqueza europea","Nativa o extranjera:la misma clase obrera","No más muertes en el Mediterráneo","La injusticia y el dolor no tienen patria, ni sexo ni color" etc, etc...en ese tono constructivo, reivindicador y, sobre todo, realista.Tocando el suelo, porfa. Y saliendo, de una vez por todas de la nube especulativa de la amenaza y la mutua hostilidad. Y de un infantilismo sin fuste ni objetivo con fundamento lúcido, a estas alturas de la historia.
A quienes nos ven como enemigos no hay que combatirlos, hay que dejarlos sin motivos ni razones ni argumentos sencillos en los que pueda asentarse su credibilidad y su caricatura ideológica. Fotocopia de un pasado sin presente ni futuro. La vida nunca va marcha atrás, y cuando parece que lo hace, hay que empezar a sospechar que no es la vida sino la muerte disfrazada de eso que se muestra tan rancio, estéril, cansino y repetitivo en sus formas sin fondo ni más sustancia ni programa electoral que la vuelta de la burra al trigo, que ya ni es trigo, ni es ná.
Ains, mare...quina penitència, Dèu n'hi do!
Ains, mare...quina penitència, Dèu n'hi do!
P.D.
Parafraseando a Montesquieu, deberíamos recordar cada día el hecho de que antes que españoles y europeos, de izquierda o derecha, creyentes o ateos, ricos o pobres, famosos o desconocidos,cultos o incultos, listos o tontos, hombres o mujeres, viejos o jóvenes: somos igualitariamente seres humanos.
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