domingo, 19 de febrero de 2017

Lo de la Infanta



En este estado social de saturación, pública y privada, reconozco que lo de la Infanta y su entorno, es decir, su familia al completo, me importa un rábano, por decir algo, porque creo que ni siquiera me importa eso.

Lo que sí me preocupa y ocupa de verdad es nuestro nivel sociopolítico de conciencia y de implicación en nuestra responsabilidad ciudadana. Es determinar si, como país y estado "democrático" sui generis,  vamos a seguir permitiendo por más tiempo aún, que nuestras privaciones, recortes y dolor social, sigan manteniendo con nuestros impuestos resignados este estado de cosas. Mientras seguimos esperando que la democracia real (de realidad, no de realeza) llegue por su cuenta, como las estaciones del año, las golondrinas, el carnaval, el curso escolar, las ferias, la navidad, los EREs o la suspensión de pagos de esa empresa ejemplar que explota sin escrúpulos y se lleva los beneficios de tourné paradisíaca por esos mundos con el aplauso del Gobierno y las palmaditas en la espalda del mismo Montoro que nos flagela. 

Me preocupa que la misma familia que educó a la Infanta en estilo pedagógico éticamente incalificable, esté presidiendo y mangoneando el Estado, -aunque sea de un mentirijillas "constitucional" que en realidad es una aberración legalizada y un atropello antidemocrático- y que ella misma, la Infanta, y su descendencia a medias con Urdangarín, tengan derecho a afincarse en el chollo zarzuelero si por una de esas, petasen los miembros de la estirpe que la/les  preceden en el chollo mamandurrio-dinástico. 
Me preocupa que sea tan bestia nuestra indefensión y que la ley, la Consti, los DDHH, o lo que sea, no tengan ni mijita de poder disponible para anular ese privilegio, más que inmerecido, ya tan insultante, moralmente ilícito y anacrónico, como lo es el hecho de tener un modelo de Estado impuesto por un dictador e incluido, ladina e ilegitímamente, colado a traición en la misma Carta Magna que nos 'proporciona' la libertad y el derecho de elección (¡¡¡¡¡!!!!!!). Un documento que se hizo a su aire, en cuyo diseño sólo participaron las élites caciquiles del momento bajo el visto bueno de los herederos políticos del dictador. Y que de eso han pasado ya treinta nueve añazos, en los que otras  generaciones han nacido y se están endosando esta barbaridad con todas sus consecuencias, sin comerlo ni beberlo ni haberlo votado. 

Es la monda tener que oír los argumentos fachoides, tontusos y acomodaticios del ppijerío tales como: "No se puede estar reformando la Constitución porque no le guste a la gente de ahora. Ningún país democrático como Alemania o EEUU, va cambiando sus principios constitucionales." Olvidan dos detalles: 1) que no fueron Hitler ni Mussolini ni Franco, quienes inspiraron sottovoce y casi manu militari esas constituciones que tanto admiran los mismos que  niegan que ambos estados son repúblicas federales, -así como suena, y completamente en serio, te sueltan que no es posible que unos países tan avanzados puedan ser repúblicas, si todo el mundo sabe que las 'repúblicas' son un desastre- ni les colocaron un rey hecho a medida de la ética política de un dictador y de sus aspiraciones a perpetuarse atado y bien atado a la debacle constante que impide a España ser un verdadera democracia, gracias a la herencia. Y 2) que cuando a la UE le convino, el Gobierno de Zapatero con la complicidad del pp, modificó el artículo 135 de la Consti, no sólo sin consultar a la ciudadanía, sino a traición pura y dura y no pasó nada; sólo la pérdida de nuestra soberanía.  Pero eso, al fin y al cabo, da lo mismo, si va ganando el Real Madrid o el Barça, ¿verdad?

Aunque, si en realidad, y aterrizando en ella -en la realidad- ¿para qué nos sirvió esa soberanía mientras la tuvimos si ni siquiera la hemos estrenado para elegir algo tan básico como el modelo de Estado, más allá de la imposición que se nos encasquetó entre 1976-78, por unos políticos franquistas estructurales acorralados entre la historia, el miedo, el papanatismo propio del habitual ordeno y mando desde El Pardo y la ausencia de ética social y política más absoluta y analfabeta, tras cuarenta años de secuestro y dictadura como única posibilidad de gobierno y sumisión incontestable? Tú tiraniza, manipula y humilla que algo queda, era el mantra práctico más aplicado por el dictador.

¿Acaso sin todo ese tejemaneje de cobayas acojonadas y de pueblo en Babia durante décadas, habría habido un caso Nóos, que por cierto en griego, el idioma original de la reina emérita, significa nada menos que inteligencia y conocimiento, proyecto, designio..., en fin...? 

Cuando veo y escucho a los partidos emergentes, Podemos y C's, con sus peroratas habituales, marear la perdiz política sin nombrar el principal origen del problema: no disponer de la libertad suficiente para, por lo menos, elegir el modelo de un Estado que nos está arruinando la vida, los DDHH, la economía y la dignidad, me voy convenciendo, de que no habrá forma de cambiar nada, salvo el tono del maquillaje, el color del rimmel y de la barra de labios,-en este caso morros es mucho más adecuado a la descripción-. Y que mientras el pueblo desunido esté siempre jodido, estará también vencido por su propia resignación y su borreguil acatamiento de disparates y deglución voluntaria de sapos moralmente inconstitucionales e ilegítimos, por más que nos insistan en que todo es "legal". También eran igualmente 'legales' las penas de muerte en época franquista, los trabajos forzados hasta morir, de los presos por "delitos de opinión" que, como la ley mordaza actual, condenaban por pensar y decir lo que se piensa. Al parecer la Transición hizo un lavado de gato sobre la mugre mientras nos colaba, usando la Consti como caballo de Troya, el legado monárquico de una dictadura que ya se ocupó en su día de tomar como rehén al heredero monárquico, futuro J.C 1º, para educarle en unos contra-valores y principios estáticos y mayestáticos del "movimiento" inmóvil, que a través de la dinastía, siguen vigentes desde la misma base de su imposición fraudulenta y perversa inoculada en la misma Carta Magna. 

Ante una situación de tal laya, la mascarada del caso Infanta es una consecuencia dramáticamente lógica de la corrupción ya existente, y no la causa. Con tal paradigma nacional reproduciéndose constantemente en holograma, es natural que exista la red impresionante de corrupciones interconectadas que oprime al Estado opresor  a su vez por la misma inercia que concede vivir entre Babia y las Batuecas, que ha descompuesto y podrido las leyes desde su inicio, dejándolas sin contenido real, sólo en liturgia y cháchara leguleya con las que se juega según los intereses, chanchullos y prebendas que se pueden obtener. La semilla letal para la democracia está sembrada ex illo tempore y ya se reproduce sola, ni siquiera tienen que cultivarla aposta. No hay más solución que una vez arrancada la mala hierba por una voluntad compartida de despertar  la conciencia social, se limpie la tierra desde la raíz de la conciencia colectiva e individual, por medio de una pedagogía práctica, activista en valores decentes y a la vez informativa sobre la realidad que nos oprime y asfixia cualquier proyecto político por bueno que parezca.
Por más excelente que sea un cocinero, si los ingredientes que utiliza son pésimos, el menú estará incomestible y hará daño a quien se lo coma. 

Más que el caso Infanta y demás indecencias, lo que de verdad debe preocuparnos es aprender a ocuparnos de nuestra realidad diaria, personal y colectiva, escarmentar, y no delegar ni abandonarla en las manos de nadie, de ningún chamán o grupo de chamanes parlanchines y juguetones, superficiales e irresponsables, que hagan de la democracia su negocio político. Todo lo que no hagamos juntas y cooperando por el bien común y libre decisión de cada uno, sin obedecer credos impuestos ni consignas comecocos, sino a la sensatez de la conciencia colectiva e individual, significará a corto, medio y largo plazo, la imposibilidad del cambio que tanto necesitamos, más allá de la rabia, de la indignación y de la desconfianza.
Tenemos todo por hacer. Y eso es un motivo extraordinario: convertirnos en las primeras generaciones de españoles capaces de levantarse de la inercia, de la teledirección y del dolor social ya cronificado con nuestra propia complicidad de ignorantes, cómodos e irresponsables, volcados ante todo en no complicarse la vida para dejar manos libres a que nos la compliquen los depredadores que nosotros mismos sostenemos, escuchamos y dejamos al cargo de nuestras responsabilidades sin pedirles cuentas hasta que pasa una catástrofe como la del Yak, la del tren gallego o la del metro de Valencia. Y hasta se les admira y aplaude, que ya es el colmo del masoquismo inducido y asumido como lo más natural. Hasta el punto de que un ministro como Gallardón, nada menos que de "justicia", afirmase que "gobernar es provocar dolor" sin que le hiciesen dimitir ipso facto por sádico y cruel. 

Así que ánimo a todas y a todos, que a más de 40 millones de seres humanos normales, si despiertan en el camino del bien común, no hay quien los pare.
El 15M dio muchas pistas y sigue vivo y pudiendo hacer muchas cosas, que ningún Podemos ha conseguido hacer todavía, tan ocupado en sus asuntos íntimos. Hagamos que cambien de orientación poniéndoselo difícil con un listón ético bien alto. Y todas/os saldremos ganando de verdad.



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