miércoles, 1 de febrero de 2017

Noticias buenas

 
Hola sol, 
Hoy solo te escribimos para contarte una historia bonita, la historia de Amal.
A Amal le gusta inventar. Con apenas 14 años, Amal busca soluciones sencillas a problemas complejos. Esta estudiante de nuestra escuela del campo de refugiados Al-Fawwar, en el municipio palestino de Hebrón, desarrolló la idea de un asfalto que previene la acumulación de escarcha en las carreteras durante el invierno. Hace apenas unos días, Hebrón, una de las zonas más frías del territorio Palestino ocupado, amanecía cubierta de nieve.
Gracias a su idea, Amal fue invitada hace unos meses a visitar la NASA para seguir aprendiendo.
La educación de las niñas y niños refugiados de Palestina ha sido nuestra máxima prioridad desde el comienzo de nuestro trabajo y, ya en 1960, fuimos los primeros en establecer en Oriente Medio la igualdad en la matriculación de niños y niñas. Cada día, cerca de 500.000 estudiantes acuden a los 711 centros educativos que tenemos repartidos entre Gaza, Cisjordania, Líbano y Jordania.
Además de gestionar las escuelas, proporcionamos formación profesional a los jóvenes para ayudarles a adquirir habilidades adicionales que favorezcan su entrada al mercado de trabajo. Trabajamos intensamente para que el nivel de educación que reciben los niños y niñas refugiados sea siempre, y bajo cualquier circunstancia, el más alto.
Desde UNRWA queremos darles un espacio de seguridad y normalidad en un contexto en el que están rodeados por la guerra y la violencia de la ocupación. Porque los niños y niñas refugiados de Palestina tienen derecho a soñar y a trabajar para que sus sueños se hagan realidad. Como Amal, que desde un campo de refugiados pudo entrar en Estados Unidos y llegar a la NASA.
 

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