LA MIRADA DE SOLEDAD
El discurso que asombró a los alemanes
No debe haber muchos militantes socialistas europeos que a estas
alturas no hayan leído o, al menos, oído hablar del increíble discurso
que pronunció un profesor escocés de Economía de la Universidad de Brown
llamado Mark Blyth
ante seiscientos dirigentes del partido socialdemócrata alemán. Blyth
habló en un acto en el que le entregaban un premio por su último libro,
titulado “La austeridad, una idea peligrosa”.
El profesor se asombró de que le hubieran premiado en Berlín por “pensar de manera diferente” sobre la economía. “Tengo ahora diez minutos”, dijo, “para decirles algo útil. No quiero hablar del libro. Quiero recordar al SPD quienes se supone que son y a quienes se supone que defienden”. Y a continuación le dio a los socialdemócratas alemanes un formidable rapapolvo por la política que han venido desarrollando, o consintiendo, en su propio país y por la política que están imponiendo, o permitiendo que se imponga, en la Unión Europea.
Entre otras cosas, Blyth se refirió a una expresión que no se cae de la boca de los dirigentes alemanes y europeos desde hace mucho tiempo: son necesarias reformas estructurales. “Pero no tenemos realmente ni idea de qué es lo que significa eso de las reformas estructurales”. Parece que se suele utilizar en lugar de “ajustes estructurales”, que es lo que realmente se hace: bajar impuestos, desregular todo, privatizar lo que se pueda… y cruzar los dedos a ver qué pasa… ¿Reformas? ¿Qué reformas?, tronó.
El profesor se asombró de que le hubieran premiado en Berlín por “pensar de manera diferente” sobre la economía. “Tengo ahora diez minutos”, dijo, “para decirles algo útil. No quiero hablar del libro. Quiero recordar al SPD quienes se supone que son y a quienes se supone que defienden”. Y a continuación le dio a los socialdemócratas alemanes un formidable rapapolvo por la política que han venido desarrollando, o consintiendo, en su propio país y por la política que están imponiendo, o permitiendo que se imponga, en la Unión Europea.
Entre otras cosas, Blyth se refirió a una expresión que no se cae de la boca de los dirigentes alemanes y europeos desde hace mucho tiempo: son necesarias reformas estructurales. “Pero no tenemos realmente ni idea de qué es lo que significa eso de las reformas estructurales”. Parece que se suele utilizar en lugar de “ajustes estructurales”, que es lo que realmente se hace: bajar impuestos, desregular todo, privatizar lo que se pueda… y cruzar los dedos a ver qué pasa… ¿Reformas? ¿Qué reformas?, tronó.
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