martes, 17 de marzo de 2015

Habermas habitualmente lúcido



Depuis la publication de son livre La Constitution de l'Europe (Gallimard, 2012), le philosophe Jürgen Habermas défend l'idée d'une Union renforcée entre les...
t.co 




Estoy de acuerdo con Habermas en cuanto a que la unión monetaria y económica no debería haber sido el primer vínculo, sino la unión política y cultural de los países europeos . Era de suponer que unirse por lo más frágil y cambiante como es el valor de la moneda no presentaba unas garantías sólidas como para renunciar a la soberanía de los estados miembros . Creo que esa unidad financiera que se firmó en Maastrich fue un error y no un paso sólido para la cohesión unitaria.
Es la idea capitalista la que ha gobernado y gobierna las decisiones del eurogrupo y no una visión real, social, humana, inteligente y completa, que contemple los derechos de la ciudadanía por encima de los valores bursátiles.Y al dinero en función del servicio a los ciudadanos y no al revés. Que es lo que el mismo MCE representaba y sigue representando en la UE. Europa no puede ahora seguir considerando el mercantilismo como el único vínculo constituyente básico de la europeidad. Y es lo que está haciendo, desafortunadamente.  
Es imprescindible un proceso político de revisión de todos los países miembros. No se puede ni se debe ser "europeos" a cualquier precio, sino valorando el bienestar y los derechos adquiridos a lo largo de dos siglos de lucha, esfuerzo y evolución y no sólo los de los países más avanzados, sino pre cisa mente, ten iendo en cuenta el nivel de los menos avanzados que son los más vulnerables. 
Me parece que el Sur de Europa debe presionar todo lo posible para que la unidad europea se base en la política social y en que la economía no se reduzca sólo a las finanzas y mercados como único objetivo primordial. Es una locura autodestructiva para el proyecto europeo. Una Europa, cuyos valores más importantes sean ganar pasta por encima de todo, aunque eso signifique la destrucción de la justicia social, del derecho al trabajo, a la cobertura social de necesidades básicas como la vivienda, el sustento, la educación, la sanidad y la atención a los dependientes, no es un proyecto que valga la pena ni puede ni debe exigir el precio de la miseria de los más desfavorecidos para enriquecimiento de los más poderosos. Eso nos devolverá al siglo XIX en estructuras sociales y aún peor, al imperio  de la mentalidad neoliberal de los años 30 del siglo XX, que nos condujo a la segunda guerra mundial. 
Los ciudadanos tenemos la obligación de informarnos, pero sobre todo de estudiar por nuestra cuenta la historia, la economía, la política y la sociedad. Aprovechemos internet y los pdfs de libros imprescindibles, usando el diccionario para comprender conceptos, buscando datos y aprendiendo métodos de análisis practicando, tomando notas y trabajando nuestras capacidades intelectuales, sin compararnos con los demás y creyendo que por no ser economistas o abogados o sociólogos y politólogos no tenemos responsabilidades y podemos abandonarnos a sus decisiones como si fuesen los antiguos caciques, lo mismo tenemos la responsabilidad de informarnos sobre el cuidado de nuestra salud y de los abusos de la medicina y las farmacéuticas, como de nuestros derechos y libertades, para que no nos timen bancos e instituciones corrompidas. Preguntando cuando no se sabe algo, buscando en las bibliotecas en vez de esperar a que las tertulias nos expliquen lo que nunca querrían que supiésemos.  Cuanto más despiertos e informados estemos, más libres somos y  más difícil se lo pondremos a los abusadores políticos y financieros. 
Y ¡Viva la ciudadanía! Salud y República.

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