Marinaleda como referente es uno de los logros más hermosos y justos de nuestra historia. Cuando sea mayor, quiero ser como Sánchez Gordillo.

Sánchez Gordillo: “Me siento y me sentiré de IU hasta el día que me muera”

Ana Isabel Cerro / 4 mar 2015

El alcalde de Marinaleda y dirigente histórico de Izquierda Unida, Juan Manuel Sánchez Gordillo, despeja dudas en torno a su supuesta relación con Podemos. “Me siento y me sentiré de Izquierda Unida hasta el día que me muera”, ha dicho Gordillo en el acto de entrega de los Premios García Caparrós, que distinguen el compromiso con los trabajadores y que en su edición de este año han recaído en el propio Sánchez Gordillo, Felipe Alcaraz, Paqui Maqueta y Conchi Hidalgo.
Con el apasionado estilo oratorio que le ha hecho célebre, el legendario alcalde lazó una encendida arenga ante los asistentes al acto, celebrado en Casares, gobernado por Izquierda Unida. A quienes lo acusaban de estar coqueteando con Podemos Gordillo les aclaró que la formación que lidera Pablo Iglesias “parece que es la nueva cara que defiende” lo mismo que estarían defendiendo PP y PSOE: un estado de cosas que no considera que “Andalucía es una nación como la que más dentro del Estado español”.
Como se sabe, la Candidatura Unitaria de Trabajadores (CUT) que ha venido liderando desde hace años Gordillo abandonó recientemente Izquierda Unida, aunque no se integró en Podemos. No obstante, líderes histórico del partido, como Diego Camañero, sí han pedido públicamente el voto para Podemos. De hecho, Cañamero tenía previsto integrarse en las listas andaluzas de Podemos para el 22-M, pero finalmente se quedó fuera por la oposición de la dirección nacional del partido, temerosa de que la imagen ‘radical’ del histórico sindicalista perjudicara sus expectativas electorales.
El líder jornalero y alcalde de Marinaleda, que parece haber recuperado la salud después de unos meses difíciles, auguró que “las nuevas fuerzas como Ciudadanos o Podemos se van a cargar” a las fuerzas nacionalistas de izquierdas del País Vasco y Cataluña, poniendo así en riesgo la posibilidad de que conquisten su soberanía y logren de esa forma cambiar el Estado español.
“El nacionalismo –dijo– tiene que ser de izquierdas, nunca habrá nacionalistas de derechas porque para la derecha su patria es el capitalismo y es el bolsillo”. Gordillo está convencido de que “una forma de lucha de clases es la lucha nacional de Andalucía. Sin nombrar directamente a Podemos.


                   



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Y en la otra cara de la realidad queda este otro panorama surrealista: pueblos abandonados y arruinados que se ponen en venta en Galicia, Cáceres, Asturias o Guadalajara. Por 70.000 euros se puede comprar un pueblo. Seguramente con un Sánchez Gordillo como alcalde o como presidente autonómico o de diputación, estas noticias devastadoras se cambiarían por realidades como Marinaleda. Hay que acabar con la devastación de la cutrez como filosofía del vegetar, no del vivir. Y eso depende más de los ciudadanos que eligen mal o se abstienen del bien, que de los gerifaltes que se eligen o no, para gestionar situaciones como éstas. Nadie soluciona en un país lo que sus ciudadanos no se atrevan a solucionar. Basta de dejadez, de quejío y de indiferencia a la hora del compromiso. Menos rabietas resignadas y cómodas, y más remangarse.