George Orwell: «En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario».
viernes, 6 de marzo de 2015
Obradoiro
¿Qué fueron tantos años sino brasas de nunca,
húmedo soportal y piedras verdes,
grada a grada,
subiendo hasta el vacío de un dolor
con sabor a costumbre?
Vuelves a estar allí, sirena en el exilio
y tierra adentro. Vieja de treinta y pocos,
silente como el musgo que lloraba
en el cuerpo olvidado del granito,
apagada y tan triste,
que la pena era seda y la rara nostalgia
de un mañana imposible
llenaban de repente aquel jardín secreto, florecido
de lágrimas ocultas y su caligrafía
y sus borrones. Su tinta de suspiros
y cansancio.
Repasas los olvidos:
El pórtico remoto
con más pena que gloria
donde llovió la sombra impenitente
de aquel peregrinaje y su tortura
herida malherida, crónica de un camino
sin sustancia,
amargo apocalipsis perpetrado
con premeditación y apostasía.
Veinticinco de Julio, y por arte de magia
primavera y sereno al cabo de los años,
clausura de tineblas, memoria insustancial
que ni siquiera fue, porque no supo
descifrar el lenguaje de la hierba
ni el canto bendecido de las rosas.
(Geografías de interior. 1998)
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