'El destino de las armas españolas': la investigación de eldiario.es que desvela el lado más oscuro de una pujante industria
Desde el 25 de noviembre eldiario.es inicia una serie de reportajes que documenta cómo varias compañías españolas se enriquecen con la venta de armamento a dictaduras y países que vulneran los derechos humanos
En repetidas ocasiones, la pujanza de este sector ocurre a costa de vulnerar la legislación española y europea de exportaciones de armas
¿En qué países y en qué
guerras acaban las armas que se fabrican en España? El armamento español
en muchos casos se utiliza para atacar posiciones civiles, para apoyar a
regímenes que vulneran los derechos humanos o para reprimir protestas
pacíficas.
En una serie de cinco reportajes de
investigación, llamada 'El destino de las armas españolas' eldiario.es
documenta cómo varias empresas españolas (algunas muy conocidas) se
enriquecen a costa de vender material y de ofrecer servicios de
mantenimiento a dictaduras, países que vulneran los derechos humanos o
que están inmersos en guerras que han desembocado en graves crisis
humanitarias. En la investigación, realizada en colaboración con Lighthouse Reports, también se demuestra en qué conflictos acaban estas armas y para qué se utilizan exactamente.
La industria armamentística española exporta cada año más
material que el anterior. Desde 2004, las autorizaciones para enviar
material bélico a otros países se han multiplicado por 10 y el sector
gana cada vez más peso en la economía del país. Solo en 2017, último año
con datos completos disponibles, se exportaron armas por valor de 4.346
millones de euros. 10 años antes, en 2007, no llegaban a los 933
millones.
En repetidas ocasiones, la pujanza de este
sector ocurre a costa de vulnerar tanto la legislación española como la
normativa europea de exportaciones de armamento. Las leyes prohíben
exportar armas a países que están en guerra, que tratan de imponer por
la fuerza reivindicaciones territoriales o que llevan a cabo
vulneraciones de los derechos humanos. La realidad, no obstante,
demuestra que pocas veces se cumple la ley cuando se trata de comerciar
con armamento.
Estos negocios se hacen con la
connivencia del Gobierno español, que autoriza prácticamente todas las
peticiones de exportaciones. Al contrario de lo que establece la ley,
las autoridades casi nunca tienen en cuenta el destino ni el tipo de
Gobierno al que se permite comprar armas españolas. Estas decisiones,
además, se toman en reuniones a puerta cerrada y cuyas actas son
secretas e inaccesibles.
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