La ley de la máxima puñeta
Todos los poderes tienden a expandirse, como los gases nobles, y a invadir los espacios de los otros. Pero no hay expansión más peligrosa que la del Tercer Poder, dado que está construido para ser el único que no tiene controles ajenos a él mismo
Más información | Las trabas a la identificación de las víctimas del Tarajal y a la personación de sus familias han permitido el archivo a través de la doctrina Botín
"Todo
estaría perdido, si el mismo cuerpo (...) ejerciese estos tres poderes:
el de hacer las leyes, el de ejecutar las resoluciones públicas, y el
de juzgar los crímenes o las diferencias entre los particulares".
Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de Montesquieu
Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de Montesquieu
Yo
tuve una casa desde cuyas ventanas divisaba la frontera de El Tarajal y
la ensenada de Ceuta y, sobre ellas, la puesta de sol descendiendo en
una amorosa curva hacia la zona de Tetuán. Yo no soy la baronesa Blixen,
pero también tuve una casa en África, cuando las fronteras no tenían
alambradas y hasta se podía pasar a pie por García Aldave si te
descuidabas, en las zonas en las que la demarcación había desaparecido.
Eran unos tiempos difíciles de resoñar ahora que gritan cosas sobre
muros inexpugnables. Nada hay más inexpugnable que la estulticia y la
inhumanidad.
Quizá por eso
no me haya pasado desapercibida esa noticia semisepultada esta semana,
entre los temas que parecen serios, en la que se nos decía que, de
nuevo, la magistrada instructora de Ceuta ha decidido sobreseer y archivar las actuaciones contra los 16 guardias civiles
procesados por la actuación que produjo la muerte de 15 seres humanos
en 2014. Cuando yo miraba hacia el sur desde mi azotea, no había
cadáveres flotando en el agua. Pero no iba a contarles mi vida, sino
todo lo sangrante que se esconde tras la decisión de una magistrada,
María de la Luz Lozano, de archivar la causa contra los 16 guardias
civiles, a los que ella misma había procesado un mes antes, a pesar de
que considera, ella misma lo escribe, que "estamos en presencia de
indicios de delito de homicidio imprudente y de delitos de denegación de
auxilio".
Que debe ser duro
irte a dormir archivando algo que tú misma dices que es indiciariamente
delictivo y que le ha costado la vida a personas inocentes. No sé yo si
la conciencia se puede adormecer por efecto de una llamada doctrina que
no es sino una legislación hecha "por puñetas" para restringir, ni más
ni menos, que una institución de rango constitucional como es la
acusación popular. En su día, solo se pensó estar legislando "ad hoc"
para salvar al hombre más poderoso de España, Emilio Botin, pero la
"creatividad" siempre se dispara y se ha revelado como un potente Mr Proper para limpiar y ocultar todo aquello que al poder no gusta.
Lo
de la magistrada Lozano debe ser duro de roer por las noches. Podía
haberle echado valor y haberlos enviado a la Audiencia para ser juzgados
y que hubiera sido el tribunal el que se encargara de perpetrar la
infamia, pero esa cobardía no deja de ser una postura provocada por la
insólita e inaudita posición de la Fiscalía, ejecutora de la política
criminal de Pedro Sánchez, y de la Abogacía del Estado que tiene por
cliente a ese mismo Gobierno. Que es muy duro ser progresista y aceptar
que arropar y exculpar a unos guardias civiles esté por encima de la
depuración de responsabilidades por la muerte de 15 seres humanos,
algunos de los cuales lo fueron porque desde una patrullera no se les
socorrió, y no quiero ni escribir de qué color tenían la piel porque
entiendo que a ninguna de estas instancias, ni a ningún ser decente,
debería importarle.
Esta
impunidad que se está esparciendo sobre las muertes de El Tarajal, sobre
los cadáveres que flotaban en esa frontera sobre la que la propia
magistrada ha escrito que no hace decaer los derechos humanos, procede
en primer lugar de la inacción de la Fiscalía y de la dejación de su
obligada defensa de la legalidad pero, y muy importante, de la
"legislación" emanada de un órgano que no está llamado a legislar sino a
aplicar la ley, cual es el Tribunal Supremo. La doctrina Botín, que
nunca ha sido ni siquiera visada por el Tribunal Constitucional, no es
sino la ley de la máxima puñeta pergeñada y diseñada para exculpar a un
banquero, recortando el alcance de una institución constitucional cual
es la acusación popular, sin ninguna participación del Poder
Legislativo. Lo que consigue la ley de las puñetas con la misma –siempre
aplicada pro reo de cuello blanco y próximo al poder, repasen los
casos– es que los protegidos por ella no sean ni siquiera juzgados. No
se trata de si son culpables o inocentes, tanto Botín como los guardias
civiles, sino simplemente de que no sean ni siquiera sometidos al
arbitrio de un tribunal.
La
doctrina Botín no es sino uno de los ejemplos que existen de la amplitud
con la que el Tribunal Supremo ha ido adoptando decisiones que suponen,
en realidad, modificaciones o disposiciones que por su alcance o crean
ley o la modifican y que deberían haber sido adoptadas por el
Parlamento, dado que al Poder Judicial solo le es dado aplicar las leyes
juzgando y ejecutar sus sentencias. En los últimos tiempos, la Sala
Segunda del Tribunal Supremo ha entrado en una verdadera vereda
legislativa que está supliendo, superando o alterando los designios que
el legislador, la voz del pueblo, ha tenido para las cosas. Los acuerdos
de pleno NO jurisdiccional han creado unas normas que alteran leyes o
las crean y, por cierto, ¿qué narices es una reunión de magistrados no
jurisdiccional? ¿Para alterar las leyes? ¿Por qué han podido variar los
casos en los que un delito es juzgado por el tribunal del jurado más
allá de lo que la Ley del Jurado aprobado por las Cortes recoge? ¿Por
qué se alteró la LOPJ para ampararlos en esta y tantas modificaciones?
Esta
legislación de las puñetas, que no les corresponde; esta creación de
derecho que no es propia de un diseño como el español, lo cierto es que
casi siempre obra y apunta en la misma dirección, que no es sino la de
beneficiar al poderoso. No hay muchos ejemplos de la creatividad
jurídica pro reo que no beneficien a los de siempre. ¿Han oído hablar de
la atenuante analógica de cuasiprescripción? O sea que no está
prescrito pero le falta poquito así que... ¿ustedes creen que se le ha
aplicado a los robagallinas?
Todos
los poderes tienden a expandirse, como los gases nobles, y a invadir
los espacios de los otros. Pero no hay expansión más peligrosa que la
del Tercer Poder, dado que está construido para ser el único que no
tiene controles ajenos a él mismo, excepto los gestos y las denuncias de
los pobres escribidores a los que, como ustedes saben, nadie nos hace
ni caso.
Yo, como les he
dicho, tenía una casa desde la que veía El Tarajal y ahora una en la
Villa y Corte desde la que veo las injusticias y los excesos. Era tan
ingenua que nunca pensé que tendría que llorar la pérdida de la decencia
de las instituciones desde ninguna de ellas.
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