sábado, 2 de marzo de 2019

¡Hále, a practicar con el monitor Xavier Sardá! ¡Gracies,Xavi, bonic-bonico!,( según a que lado del Ebro te encuentres hoy...)



Al contrataque
Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, en una reunión del Govern el 2 de octubre del 2017.
FERRAN SENDRA

Sánchez, Iglesias, Puigdemont y Junqueras

Xavier Sardà

Si el socialista García-Page le dice a Sánchez que "bajo ningún concepto" aceptará una negociación entre el Estado y la Generalitat sobre financiación, es que algo falla. Si Junqueras y Puigdemont se detestan, es que algo falla


Giner de los Rios, el creador y director de la memorable Institución Libre de Enseñanza, aprendió de un campesino esta frase: “Don Francisco, todo lo sabemos entre todos”. Así de sencillo y de cierto.
Antes en la tele y por la radio, daban clases de gimnasia. El público imitaba lo que la monitora hacia frente a las cámaras: brazos en cruz, brazos en alto, intentar tocarse la punta de los pies con los dedos sin doblar las rodillas… Era muy temprano y la gente, en pijama o ropa interior, seguía al pie de la letra las instrucciones de la señorita instructora. Creo que ya no se da gimnasia por la tele. No sé.
Lo que si dan todavía es la Santa Misa en varias televisiones. Gimnasia espiritual. La gente mira la tele y practica las oraciones y piensa que su dios es el único verdadero. Luego tienen que seguir unas reglas de comportamiento para llegar a la vida eterna.
Entretodos

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Me interesa la idea de que alguien nos diga por la tele o por la radio lo que debemos hacer, decir, pensar y sentir. Imagino al público ejercitando su criterio: “uno, dos, uno, dos, arriba, abajo y 'procés'”.  Imagino al oyente y los telespectadores, vigorizando sus opiniones: “Giro a la derecha y brazos en cruz”.
A otros les veo en calzoncillos y bragas: “Flexión de rodillas y puño izquierdo en alto… si se puede”, o “pies juntos y brazos sociatas, en posición de la flor del voto”. Necesitamos que nos den la pauta y luego ya cada cual decide cuál es su criterio arrendado. Una vez acomodados a la creencia, simulamos que es la propia. Después nuestra libertad queda pertinente y cómodamente limitada por nuestras supuestas preferencias. Don Francisco: “Todo lo sabemos entre todos”.
Imagino a aquella señorita gimnasta, ejercitándonos cada mañana: “A ver si podemos hoy, durante diez minutos, no sentir animadversión alguna contra nadie. Venga… imaginen que los que piensan lo contrario que ustedes tienen una mínima parte de razón. Uno, dos, uno dos… así. Ya sé que es difícil. Sigan intentándolo. Ahora imaginen a los que sienten lo contrario que usted. Piensen que también están en su derecho. Tres, cuatro, tres cuatro. Venga”.
No estaría mal ponerse en el lugar de los otros. Pero si Rufián le niega el saludo a Santi Vila en el juicio del 'procés', es que algo falla. Si el socialista Emiliano García-Page le dice a Sánchez que “bajo ningún concepto” aceptará una negociación entre el Estado y la Generalitat sobre financiación, es que algo falla. Si Junqueras y Puigdemont se detestan, es que algo falla. Si Iglesias y Errejón no se hablan, es que algo falla.
En definitiva, que, para comprender a los otros, los otros deberían llevarse mejor. ¿Quién empieza? Don Francisco, entre todos quizá no sabemos practicamente nada.

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