Cada año se diagnostica cáncer a unas 1.500 personas en Gaza.
La falta de medios hace que las cifras de supervivencia de los enfermos
sean cada vez más bajas. Para salir fuera de la franja a recibir
tratamiento, necesitan un permiso de Israel que muchas veces no llega o, cuando llega, ya es demasiado tarde.
En 2017, 56 personas murieron en Gaza esperando un permiso de Israel que nunca llegó.
Nuestra compañera Huda es enfermera en nuestro centro de salud Al Saftawi, al norte de Gaza. En 2016, le diagnosticaron cáncer de mama,
tuvo suerte y pudieron operarla a tiempo. Recibió ocho sesiones de
quimioterapia en el Hospital al Rantisi de Gaza y, al finalizar,
necesitaba 35 sesiones de radioterapia. En Gaza no hay servicios de
radioterapia, por lo que las personas enfermas necesitan salir a
hospitales de Cisjordania o Jerusalén Este.
Huda solicitó el permiso a Israel pero, más de dos meses después, no había obtenido ninguna respuesta. Por razones laborales, tuvo la oportunidad de viajar a Amán, donde los médicos le confirmaron que tenía los nódulos linfáticos afectados y más tumores en la zona donde la habían operado. Ya no podía recibir radioterapia porque había pasado demasiado tiempo desde que recibió las últimas sesiones de quimio.
El caso de nuestra compañera Huda ejemplifica la injusta situación por la que pasan miles de personas enfermas de cáncer y otras dolencias graves en Gaza.
También su actitud: Huda no solo no se ha rendido, no solo no pierde la
esperanza, si no que apoya a otras personas que están pasando por la
enfermedad.
No nos cansamos de insistir en denunciar que el
bloqueo que sufre la población palestina en Gaza es inhumano y es
ilegal: cualquier persona enferma debería tener acceso al tratamiento
que necesita. Trabajamos para cambiar esta realidad y no
dejaremos de dar acceso a derechos fundamentales a las personas
refugiadas que de otra forma los perderían, tu ayuda es imprescindible, hazte socio de UNRWA >>>
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