viernes, 8 de marzo de 2019

Contradictio in purititis terminis...coshash de la marca Eshpaña, mucho Eshpaña. Ains!


Humor gráfico
Juan Carlos Ortega-El Periódico
El humor gráfico de Juan Carlos Ortega del 8 de Marzo del 2019 

Un poquillo raros sí que somos...Mucho feminismo, pero ni una sola mujer a la cabeza de los partidos políticos. Todas dedicadas a sus bonitas labores, eso sí, a las manis, en tropel.Que gobiernen ellos que a nosotras nos da la risa mientras nos hacen puré las manadas y demás basuras patriarcales.

Esta tarde acudí a la manifestación de les dones valencianes. No cabía un alfiler, Valencia entera estaba en la calle vestida de violeta, con batucadas, gritos, carteles, banderas y un ninot enorme de Carmen Alborch, rodeado de carteles con frases tan obvias y repetitivas como su autora, q.e.p.d. tan especialista en acudir a las convocatorias callejeras acompañada por un equipo de prensa, hacerse las fotos sonriendo ante la pancarta de cabecera y a continuación hacer mutis por el foro ante la concurrencia y saludando a los fans de la fotografía sin siquiera preguntar cuál era el motivo reivindicado en el evento, ni perder su precioso tiempo en charlar un rato con los manifestantes. Claro que estas cosas no se cuentan a muerto pasado, se silencian y se camuflan en el olvido, porque en este país, de tan frágil memoria y emociones como espuma de cañas cerveceras,  la muerte es la mejor maquilladora de cualquier biografía glamurosa. A Rita Barberá la quieren canonizar y no es broma, que hay una propuesta muy en serio...No hay que ensañarse con nadie ni muerto ni vivo, pero tampoco es de recibo canonizar a alguien  y sacarlo en procesión, por el hecho normalísimo de ser conocido y morirse. Ser conocido  por haber vivido años y años de la política sin que se haya hecho algo más que pasearse sonriendo por el mundo, o tirando petardos de inauguración en mascletá o festín de banderas al viento y coche descapotable para vender la Fórmula 1 de la apoteosis a la ruina para el Ayuntamiento y el forring office para las amistades, cuando Alborch era concejala en la supuesta oposición virtual y tragaba sapos barberísticos sin abrir la boca nada más que para sonreir, por muy bonita y relumbrante que se tenga la dentadura y por mucho cariño que le tengan sus allegados, la verdad es que sale un poco caro de sostener a base de impuestos de los paganinis currantes de verdad y no de exhibición.Pero qué más da...si total lo pasado pasado está y para qué vamos a removerlo y aprender de los errores ¿verdad? 

Por muy emotivas y animadas que resulten las protestas, hay que empeñarse en que no se queden en la jarana y en el mero cabreo contagioso de unas ocurrencias tan miserables como las del patriarcado que tanto nos cabrea. Que no se trata de folklore y pachanga simpática en una fecha como el 8 de marzo. Y en que las reivindicaciones no se hagan en los mismos términos y modales sexistas que emplean los agresores de las mujeres contra nosotras sin siquiera caer en la cuenta de su anomalía deplorable heredada por tradición y contagio soccial y familiar en tantas ocasiones. Si la mujer está tan oprimida y machacada por el sexismo de los tíos, ¿cómo es posible que no se dé cuenta de que nunca cambiará nada si sigue los mismos derroteros que sus verdugos proclamando a voz en cuello estar hasta el coño de los malos tratos y que, literalmente, "nuestros ovarios no obedecen lo que mandan vuestros cojones"? Hay que salir cuanto antes de ese bucle zafio, asqueroso y mortal, que acude como un imán al hierro que luego aplasta las vidas de tantas de nosotras. De esta situación insostenible no nos van a sacar los estrógenos, los gestagenos, ni la adrenalina más agresiva, sino las neuronas, la lucidez y la inteligencia bien empleadas. La primera estrategia para liberarse del horror es salir de su área de fijaciones y empezar a funcionar por libres y responsables de lo que pensamos, decimos y hacemos. No basta con ser mujer para poder sobrevivir al horror de los abusos, agresiones y discriminaciones. Además hay que desarrollar conciencia y reeducarnos, porque el machismo nos ha educado durante siglos también a nosotras, no hemos salido indemnes del contagio,  y debemos afinar al máximo las capacidades de nuestra libertad para sacudirnos la misma mugre que tanto nos disgusta y asquea en cierto tipo de hombre y su bajo nivel de sensibilidad en la convivencia social, familiar y profesional.
No podemos permitirnos la irresponsabilidad de la inercia y acabar como ellos, disculpando nuestras meteduras de pata y evitando la autocrítica con un alto nivel de autocompasión y rozando los peligrosos bordes del victimismo. Ponernos a la altura de los agresores, usar el mismo lenguaje y el mismo talante no nos ayudará a cambiar nada decisivo, solo nos aturdirá más aún y nos atará inevitablemente al mismo pesebre del mismo establo borreguil en que llevamos siglos adaptados a la misma penuria degradante. Acoplados a la misma barbarie, convencidas unas y otros de que en el fondo "las cosas son así". Pero no es cierto, las cosas no son nada sin nosotras y nosotros, somos los seres humanos quienes decidimos si queremos ser libres o no para seguir lo mismo o cambiar de rumbo. Libres, en primer lugar, de nuestras programaciones culturales, ligüisticas, mentales y conductuales, si tanto nos molesta la grosería y las basteces que nos ofenden a veces hasta en modo piropo zafio y garrulo, sexista e impresentable, ¿por qué usamos el mismo lenguaje y el mismo código cuando podríamos estar a mucha más altura que los acosadores y enseñarles a elevarse un poco sobre sus bajezas conceptuales?

Esperemos que el próximo 8M, hayamos podido conseguir un nivel de conciencia suficiente para que las juventudes feministas no vuelvan a manifestarse en un plan más propio de las cavernas que del siglo XXI. Sobre todo se escuchaban a voz en cuello reivindicaciones sobre el sexo, nada de igualdad profesional ni familiar, ni de derechos, en fin...bastante desalentador. De poco sirve salir a miles a la calle si la visión reivindicativa está por los suelos éticos. Y quienes tienen que mejorar el mundo y la sociedad ni siquiera son conscientes de lo despistadas que están en cuestión de conciencia y autoconcepto. No se tiene más razón por tener más poder, al contrario el poder es un arma de dos filos si en vez de razón solo tenemos tripas y emociones que nos manejan la inteligencia y la voluntad. Y si en vez de orientar a la juventud hacia el descubrimiento en el interior de cada una, de un imperativo categórico propio y compartido, se les hace adoradores procesionales de Carmen Alborch. Para eso ya tienen la cabalgata del ninot y a la Xeperudeta.

Ah, he dejado la manifestación cuando he visto el panorama. He preferido pasear por la Ciutat Vella y reconciliarme con mi propio género en un ejercicio de liberación, mientras los gritos y florituras se alejaban en dirección contraria a la mía.

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