Reflexiones tras una jornada gloriosa
¿El 8M ha beneficiado
a los partidos de izquierda? Puede que sí, pero sólo el 28 de abril se
sabrá en qué medida. Porque bastantes de las mujeres que han salido a la
calle no creen que la izquierda esté dando pasos decisivos para atender
a sus reivindicaciones
1) El movimiento
feminista sigue siendo muy potente en España. Seguramente está incluso
creciendo y es muy posible que sea el más fuerte de Europa. Si a ese
auge del feminismo se añade el de las movilizaciones LGTB, que son punto
de referencia en todo el mundo, se podría concluir que España está a la
vanguardia de las luchas que más caracterizan el nuevo tiempo de la
inquietud social, la auténtica modernidad.
2) La
fuerza y la extensión de las protestas de este jueves va a trascender
inevitablemente a ese día. Porque animará a luchar contra la desigualdad
y las injusticias de las que son víctimas las mujeres allí donde éstas
se producen. Esa dinámica de extensión se ha registrado en todos los
movimientos sociales que se han sucedido desde bastante más de un siglo.
El alto grado de militancia y coordinación que hay detrás del éxito de
este 8M, hace pensar que la lucha feminista reforzará su acción en los
terrenos más difíciles, aquellos en los que la postergación de las
mujeres es más intensa y sale menos a la luz.
3) La alta presencia de mujeres jóvenes en las
movilizaciones es un dato alentador. Porque históricamente los grandes
cambios impulsados desde abajo han sido protagonizados mayoritariamente
por esas generaciones. Hay quien despectivamente dice que el carácter
muy juvenil del movimiento confirma que éste es una moda. Si así fuera,
bienvenida sea esa moda. Sobre todo porque más que moda es una
corriente. También porque sumarse a ella no es un acto gratuito y en
muchos casos habrá costado no poco esfuerzo hacerlo. Y asimismo porque
junto a esas jóvenes en las calles también han estado muchas mujeres de
generaciones superiores, incluso gente muy madura. Y el encuentro entre
unas y otras se ha producido sin chirrido alguno y habrá sido
enriquecedor de cara al futuro. Lo importante es que la moda dure.
4)
Las ideas de fondo que empujan a esta marea proponen cambios sociales
importantes. Está claro que los muchos episodios de violencia de género
que se registran casi cotidianamente, así como la constante y
contundente manifestación de las injusticias laborales y profesionales
de las que son víctimas las mujeres han sido los factores más inmediatos
de toma de conciencia y de movilización del feminismo. Pero detrás de
esas reacciones hay una voluntad, todavía formalmente confusa o en
debate, de eliminar o cambiar algunos de los pilares en los que se basa
la sociedad tradicional que aún sigue siendo la dominante. En las leyes,
en las instituciones y en el comportamiento de la mayoría.
5)
Algunas de las reacciones que la convocatoria del 8M ha provocado en
los últimos días confirman que quienes se verían afectados por esos
cambios valoran su importancia y están decididos a impedirlos. La más
clamorosa es el informe que PWC, una asesora multinacional de mucho
fuste, ha hecho para la CEOE y que este diario ha revelado. Lo de que
“los rasgos psicológicos y las habilidades no cognitivas de las mujeres
explican la brecha salarial” que figura en ese texto solo puede haberse
puesto negro sobre blanco porque sus autores han percibido que ese tipo
de ideas coinciden con las de muchos dirigentes de la patronal. Lo de
menos es que les hayan pillado. Lo peor es que la resistencia a acabar
con las injusticias laborales está apoyada en bases muy sólidas. Por
otro lado, cabe sospechar que una parte significativa del poder judicial
no está por la labor de que se produzcan cambios significativos en la
legislación y en la práctica jurisprudencial para luchar contra la
violencia de género.
6) El rechazo político de Vox al
feminismo es otra expresión de esa resistencia. El que el PP no se haya
atrevido a disentir en la cuestión con su rival de ultraderecha indica
que la postura anti-8M cuenta con significativos apoyos sociales. Porque
Pablo Casado y los suyos han debido concluir que electoralmente les es
más rentable quedar como machistas que jugarse las elecciones
distanciándose de la postura de Vox. Ellos sabrán. Pero parece que el
juego no está en unos pocos votos, sino que son muchos los españoles que
siguen siendo muy reaccionarios en este terreno. La postura de la
Iglesia Católica, que se conoce aunque se oculte, ha debido de influir
bastante.
7) Aunque Ciudadanos ha jugado a ser
distinto, y es de subrayar este distanciamiento, el primero en mucho
tiempo, parece claro que la mayoría de la derecha política y social está
en contra de lo que representa la movilización de este jueves. ¿Quiere
eso decir que el 8M ha beneficiado a la izquierda? Puede que sí, pero
sólo el 28 de abril se sabrá en qué medida. Porque bastantes de las
mujeres que han salido a la calle no creen que la izquierda esté dando
pasos decisivos para atender a sus reivindicaciones y muchas de ellas
ven tanto en el PSOE como en Podemos actitudes y comportamientos tan
machistas como los que se dan en la derecha. Pedro Sánchez ha perdido
una oportunidad para demostrar lo contrario, al no cambiar ninguno de
los extremos de la reforma laboral que son más lesivos para las
trabajadoras más precarias. Durante la campaña electoral tendrá que
esforzarse porque se olvide.
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