La ley del embudo y los que no se meten con nadie
Los medios concertados, la política concertada, siguen
lavando al PP. Lo que sabemos de su corrupción hubieran tumbado a un
gobierno en cualquier país que no oliera a lo que huele este. El trabajo
esforzado de muchos periodistas se trunca en las líneas editoriales
En España se ha despertado la pasión por la ley y el orden. Y, a la vez, el encogerse de hombros ante las propias responsabilidades. Votar corrupto es meterse con las personas decentes. Inhibirse de las injusticias es echar una mano al agresor
En España se ha despertado la pasión por la ley y el orden. Y, a la vez, el encogerse de hombros ante las propias responsabilidades. Votar corrupto es meterse con las personas decentes. Inhibirse de las injusticias es echar una mano al agresor
Es difícil seguir la
trama que ha convertido al PP, a su caja B nutrida de la Gürtel, en “la
corrupción en estado puro”, como lo definió el ex inspector jefe de la UDEF,
Manuel Morocho, hace unos días en el parlamento. El investigador
policial confirmó la financiación en negro del PP y declaró que Rajoy y
la plana mayor del partido cobraron sueldos bajo mano.
Este martes le correspondía declarar en otro caso, 'Los papeles de
Bárcenas', y como imputado, al empresario Rafael Palencia al que hemos oído con todo detalle
en la Cadena SER contar que entregaba "periódicamente" dinero a los
extesoreros del partido a cambio de adjudicaciones. Unos 35.000 euros
cada vez. Con sus mordidas, tantos por ciento, y nombres relevantes a
colación como Zaplana o Ignacio González. Resulta que luego Palencia no
ha declarado porque, según su abogada, sufre un deterioro cognitivo.
Otra grabación -de La Vanguardia- nos remite a Zaplana en conversación con Ignacio González:
"Dice Aznar que hables con Catalá para asegurar el puesto de fiscal
jefe en la Audiencia". Gestión que dio el fruto apetecido. Y Catalá,
reprobrado como ministro de Justicia y en su puesto.
Son nuevas gotas en un tonel que hace tiempo se desborda. Otro ilustre
miembro del PP, Francisco Granados, número 2 del PP de Madrid en su día,
andaba en otro juzgado intentando que anularan su caso: La Púnica. Con
un Guardia Civil que ha declarado –oído en la SER también- que él “se
pagaba sus copas, no como otros”. Porque en este trama ha habido
cacerías, copas y hasta volquetes de putas, para mangar incluso de
adjudicaciones de colegios, según la acusación.
Viendo la marea judicial que se venía encima, el PP, con mayoría
absoluta en el Senado, propuso estudiar la financiación del resto de los
partidos. Paso previo a enchufar el ventilador de la basura.
Relativamente. Este martes ha comparecido durante escasos 20 minutos,
Luis María Linde, gobernador del Banco de España. A puerta cerrada y sin
periodistas, por decisión del PP. Debía haber explicado por qué los
bancos condonaron una serie de millones de euros -el PP los cifra en
unos 40- prestados a PSOE y PSC. Fueron La Caixa, Banco Santander, BBVA y
BBK.
El lunes fue requerido en el Senado Juan
Carlos Monedero, cofundador de Podemos, quien volvió a negar que estén
financiados por Venezuela, tal como acreditan 14 sentencias judiciales
en respuesta a demandas. La acusación de peso procedía del “prestigioso
y valiente periodista” – así fue presentado-
Eduardo Inda. Siguiendo la línea de otros medios, El País dedicaba
espacio preferente a Monedero. Una foto de un tercio de página, en
primera plana con el pie “sin novedad en la financiación de Podemos”. No
hay novedad, como noticia. Portada que contrasta con la que publicaron
tras las declaraciones en el Congreso del exjefe de la UDEF. Ni palabra
de sus graves conclusiones sobre el PP. La foto era para Lenin. TVE hizo
algo parecido.
Se está desarrollando una intensa
actividad judicial y de comparecencias parlamentarias, oculta bajo el
sustrato donde se asientan las banderas patrióticas. Pero es tal la
mugre, que aflora. Porque los medios concertados –en genial definición
que tomo prestada –, la política concertada,
siguen lavando al PP. Lo que sabemos de su corrupción hubieran tumbado a
un gobierno en cualquier país que no oliera a lo que huele este. El
trabajo esforzado de muchos periodistas –que ofrece resultados como vemos – se trunca en las lineas editoriales y en el seguidismo de otros profesionales.
La ley del embudo que se aplica es brutal, un inconmensurable escándalo. “Hacienda cambió el criterio
con el que evaluó las cuentas del Ayuntamiento de Madrid”, informa
Fátima Caballero en eldiario.es. "El criterio que han adoptado parece
estar pensado únicamente para que aparezca un incumplimiento", declaran
desde el Consistorio. Cualquiera diría que fue una sucia maniobra
política, pero la mayoría no lo dice. Se calla o da la versión del
gobierno.
Vivimos momentos preocupantes en España
ante el desinterés de quienes podrían operar cambios, y “restablecer la
normalidad”. La ley Mordaza y la Reforma del Código Penal producen los
efectos buscados por quien las impulsó –el PP –
y los que se comieron el resto de los partidos, con mayor o menor
rechazo. Aún recuerdo a un famoso político de una izquierda desunida,
decir espera, espera, que ya se arreglará. Hasta
en el banquillo, se espera. Más de 200.000 sanciones se han aplicado en
los dos primeros años en vigor de la ley, según datos de Amnistía
internacional. Y en ellas, aunque no son mayoría, se encuentra un grueso
número de penas que afectan a los derechos de reunión, información y
expresión, y cargos por desobediencia o faltas de respeto a las fuerzas
de seguridad. Dos años y medio de cárcel
pide la fiscalía para una activista que intentaba parar un desahucio y
fue sacada a la fuerza por la policía. Leyes de derecha autoritaria.
Finalmente la han condenado por delito "de atentado",
según las leyes vigentes, a 6 meses de los que se libra por no tener
hasta ahora antecedentes penales y a pagar una cuantiosa -para sus
medios- multa.
Vuelvo a insistir en que se censura
ya hasta el humor, se persiguen judicialmente tuits, mientras, por
ejemplo, el expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González -
del PP naturalmente- lleva el rastro de sus operaciones por medio mundo.
Desde Irak a Jamaica. Un juez le acusa también de tapar los delitos del Canal de Isabel II en la etapa de Gallardón. De ese otro prohombre del PP,
Alberto Ruíz Gallardón, que fuera ministro de Justicia y alcalde de Madrid, se han perdido otros 3 informes fundamentales del expediente Lezo. Y no pasa nada. Pasa que algunos fiscales se van por asuntos personales, como el que llevó el caso González, contaba el periodista Ernesto Ekaizer. Todo esto no ocurriría sin el concurso de otros, por acción u omisión.
Alberto Ruíz Gallardón, que fuera ministro de Justicia y alcalde de Madrid, se han perdido otros 3 informes fundamentales del expediente Lezo. Y no pasa nada. Pasa que algunos fiscales se van por asuntos personales, como el que llevó el caso González, contaba el periodista Ernesto Ekaizer. Todo esto no ocurriría sin el concurso de otros, por acción u omisión.
Es peligroso informar, hablar y
pronunciarse. Sobre todo cuando, por la ley natural de la derechización,
corresponde el lado estrecho del embudo. Y se hace a pesar de todo,
aunque con el lastre de constatar cómo cualquier cosa se diluye en aguas
turbulentas.
En España se ha despertado la pasión
por la ley y el orden. Por colocar el carrito en su sitio tras depositar
la compra en la cinta de la cajera y apartar con desdén el de la
persona que no lo ha hecho aún. Y, a la vez, el encogerse de hombros
ante las propias responsabilidades. Yo no me meto con nadie,
he oído. Obviando que nuestras acciones en sociedad repercuten sobre
otros. Influye sobre otros lo que hacemos y no hacemos. Votar corrupto
es meterse con las personas decentes. Apoyar
complicidades, es dañar al conjunto. Inhibirse de las injusticias es
echar una mano al agresor.
No puede ser cierto que no
lo sepan quienes contribuyen a esta situación. Salvo que pensemos que
existen personas que no enteran de nada o que no saben a qué atenerse
ante el mareante bombardeo de opiniones opuestas. No puede ser cierto
que ignoren las repercusiones los que desinforman amparados en quién
sabe qué autoexcusas. Quienes establecen paralelismos entre hechos que
no están en el mismo plano. Aquí sí que no suman peras y manzanas. Pero
es característica de nuestro tiempo la facilidad con la que muchas
personas se evaden de sus responsabilidades, no viendo ni la viga en sus
ojos.
España crea y mantiene el secreto a voces de nuestra realidad. No es Macartismo, no es Turquía –aún –, es la España peor, clasista, censora y tramposa.
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