Para acompañar a Maza en su viaje sin retorno, elijo el Requiem de Giuseppe Verdi y no por casualidad, sino porque su música viene del mismo país, Italia, en el que vivieron y murieron, entre otros, dos jueces extraordinarios asesinados por no ceder a los poderes mafiosos y corruptos: Falcone y Borsellino, los Sacco e Vanzetti de la decencia judicial, y como ellos, asesinados por el poder y sus connivencias mafiosas. Ejemplos inolvidables sin duda para todo magistrado decente y para la ciudadanía en general. Y en el polo opuesto de lo que el pp y sus togas consideran "justicia".
Ojalá al otro lado de esta realidad infame, el fiscal Maza, nuestro hermano de especie, encuentre esa otra escuela de la integridad, de la coherencia lúcida y del valor ético para afrontar su camino hacia lo desconocido. Que la luz para ver no le falte, una vez libre de las ataduras y limitaciones naturales en nuestro periplo terrestre. Y que a nosotros también nos ayude esta experiencia social, a ser mejores y más humanos que robots autoprogramados por un sistema agónico y al límite soportable de sí mismo. Requiescat in pace et lux perpetua luceat sibi.
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