El diputado de ERC Gabriel Rufián saca unas esposas en el pleno del Congreso durante la sesión de control al Gobierno.
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Y sin embargo, más allá del impulso indignado y un poco,
comprensiblemente, 'justiciero' que padecemos quienes nos sentimos
afectados por la injusticia y el cinismo de preclaros inútiles y
descarados prebostes delincuentes, estoy convencida de que el
encarcelamiento no sirve para nada a la hora de solucionar problemas
sociales y de convivencia. No regenera a nadie, no aporta nada más que
motivos para ser cada vez peores personas y encima con el agravante de
que pasan del rol de verdugos sociales al victimismo autocompasivo añadiendo a la condición miserable de delincuente un
rencor antisocial 'justificado'.
La delincuencia institucional, como la delincuencia común, debería
erradicarse y "castigarse" con un sistema pedagógico forzoso en las
condiciones de vida del reo, para que pudiera experimentar
cognitivamente su responsabilidad como miembro patológico de la sociedad, pero haciendo
del error un aprendizaje positivo y sanador de deficiencias educativas,
que a ojos vistas subyacen en tales conductas social, ética y
humanamente reprobables y penalmente delictivas.
Cuando, por cualquier motivo, no se ha desarrollado una capacidad
suficiente para discernir, ni una sensibilidad racional-emotiva adecuada
para convivir y asimilar lo que eso significa, cuando no hay referentes
sanos en el entorno y la única moralidad que se conoce desde chicos es
la religión católica con sus hipocresías irresponsables que desaguan en el confesionario sin dar la cara ante los damnificados, sin pedir perdón cara a cara ni devolver el bien que se debe por el mal perpetrado, sin sanearse jamás y con el rebufo ideológico del Movimiento Nacional en
plan fermento y levadura social y política -como es el caso generalizado
del pp- , es prácticamente imposible que la conciencia de ese nivel social se desarrolle
más allá de subvenciones de rico a pobre y limosnas para "los pobres
buenos, limpitos y obedientes", premio para los iguales (no los de la ONCE, desde luego) y castigo para los diferentes que ocupan el status de oveja negra por la gracia de dios, de ese dios tan ocurrente y gracioso , que exige amor al prójimo sin saber lo que dice...cómo si todos fuesen lo mismo, pero permitiendo que haya ricos y pobres, tontos y listos, débiles y fuertes, guapo y feos... menos mal que para arreglar tanto despropósito divino ya está la iglesia en ello poniendo sensatez en tanta boutade.
¿Cómo no comprender la desorientación ppera, católica, apostólica y franquista bajopalio con un dios supremo tan poco serio como caciquilmente inestable? Es lo que esas criaturas que ahora nos gobiernan han visto en casa, en el
colegio religioso y en la universidad de la santa madre iglesia, en esos sacramentos que arreglan todo por que sí, sin que ellos tengan arte ni parte, sino que la providencia, mediante el cura adecuado ya se encarga de la salvación de la peña en el último momento, cuando con la absolución los óleos aunque se haya sido un cabrón con pintas, se entra en el cielo con calzador, aunque para ello, se haga lo que se haga al prójimo, es imprescindible ser un rebaño dócil en las creencias y bien educado en ritos y oraciones para regalar el oído del altísimo y evitar que en un momento de bajón se le crucen los cables y los mande al infierno por no haber rezado bastantes rosarios y jaculatorias; la lección práctica en ese nivelazo de conciencia y que nunca se olvida es evidente: a Dios se le reza pero no se le puede hacer caso ni tomar demasiado en serio en el día a día, con ese despropósito de que es incognoscible por eso de que es infinito, de que sus caminos son insondables y de que su espíritu sopla cuando quiere y donde quiere.
Pues menudo plan negligente para tenerlo todo bajo control comodioshmanda...y luego se queja en la Biblia de que no le entienden. Parece mentira que sea el dios omnisciente y no comprenda una cosa tan sencilla.
Este panorama es el que está oculto en el inconsciente colectivo del ppepperío, se deduce de sus conductas erráticas, que hacen a los comunistas, a los de Podemos y a los ecologistas mucho más evangélicos y bienaventurados que la derecha nacional-católica, puesto que ellos sí cumplen las recomendaciones de Jesús: aman al prójimo como a sí mismos, trabajan por la justicia y la paz, no tienen doble cara, tienden a la limpieza de corazón más que a la máscara y el paripé, aman la verdad y les importan más sus hermanos de especie que las riquezas de este mundo, por eso no hay comunistas ricos, no por obligación ni por miedo al infierno, sino por fraternidad y solidaridad con el prójimo más apaleado y doliente. Y con algo magnífico a su favor: no lo hacen como transacción para ganarse el cielo, sino como un acto de conciencia gratuita y coherente que da sentido a la vida. Por eso es tan difícil encontrar un comunista corrupto como un pepero capaz de distinguir la corrupción de la legalidad.
Teniendo en cuenta la inexistencia total de empatía en las relaciones humanas de que adolecen las castas sociales encerradas
en sí mismas desde que se nace hasta que se peta se comprende que no comprendan nada que escape al área del aquí te pillo aquí te pulverizo. Menos mal que nunca falta un eficaz Gran Inquisidor de Dostojewsky siempre a la que salta para poner las cosas y a cada uno en su sitio. Qué papelón, ¿verdad?
Por eso es una necesidad y una urgencia, que la sociedad española de
base consciente, reclame cuanto antes una legislación que contemple y
revise la educación de esa casta caciquil tan falta de principios- y, por eso mismo, tan pródiga en finales contundentes-, para evitar el déficit de
moralidad social y la ruptura de la convivencia normal entre los seres
de la misma especie y con la Naturaleza en la que nacen, se nutren y crecen, un modo de enfocar la vida que va directamente
contra los DDHH, como son la libertad, el respeto a las diferencias cooperando sin competir y mucho menos combatir unos contra otros, el
aprendizaje y práctica del diálogo y la transparencia y el compromiso
común por un mundo mejor para todas, sin pasarse ni por arriba ni por
abajo, la igualdad ecuánime, la justicia sin excepciones amiguistas y
negociantes, cuya falta favorece privilegios, prebendas y aberraciones
de todo tipo, que se consideran legítimas sólo porque están escritas en
unos códigos que, precisamente, se ha inventado esa casta encapsulada
exclusivamente en su mundo, y que legisla, como para ella es normal, a
favor de sus intereses que es lo que ella entiende por normalidad,
justicia y buen gobierno.
Precisamente el fenómeno endémico de la corrupción en serie que nos hace
sufrir el pp, debería servirnos para proponer cambios decisivos en las
penas que se aplican tanto a este tipo de delincuencia de "élite" como a
los delincuentes comunes.
El sistema penitenciario actual es una inutilidad para la verdadera
reinserción y el cambio de conciencia que es necesario para que esa
reinserción sea real y factible. Reprimir y quitar la libertad sin
enfocar el problema personal de los individuos sólo sirve para que los
delincuentes acaben sintiéndose más víctimas que sus víctimas, a las que
consideran que se han salido con la suya enchironándoles.
Sólo hay que ver las reacciones del pp en el Parlamento o en los
juzgados para entender de qué estamos hablando. Aunque tengan delante todas las pruebas e indicios que demuestran su culpa, aunque testigos que no se han dejado comprar desvelen sus maniobras más infames, ellos ni se coscan de la
gravedad de sus delitos, que no consideran como tales sino como lo más
natural, sólo se enfurecen y buscan revanchas contra sus "enemigos" para
chafarles y desautorizar sus acusaciones. Es evidente que no tienen conciencia desarrollada, y por ello no pueden salir de la maraña
en que su educación deficitaria en humanidad y en conciencia ética les
tiene aprisionados y convencidos al mismo tiempo de que lo único
importante es aferrarse al poder que da el dinero y viceversa, al precio
que sea, y no soltarlo jamás.
Una vez desposeídos de ese status,
están convencidos de que no valen nada. De ahí que cuando lo pierden se
quieran morir y hasta se suiciden, como ya hemos visto en algunos casos.
Hay algunos que tal vez se suicidan en un arrebato de culpabilidad y de
desesperación por haber cometido tantas barbaridades y haber hecho daño a
tanta gente, pero son los menos en la filas del trinke españolón, aquí
lo que más avergüenza y desespera es quedar reducidos públicamente a
mindundis, a escoria sin pasta, después de haber sido los reyes y reinas del mambo y haber
gobernado vidas y haciendas a su puta bola.
Pues bien, el mejor tratamiento para ellos no es la cárcel -donde
seguirían siendo prebostes y privilegiados que se sienten maltratados y
hasta traicionados, afectados por el síndrome de la rana aguirresca- , sino
"condenarles" a vivir como viven sus víctimas, hasta que se rehabiliten
moral y socialmente de verdad y no de postureo. Por ejemplo: que el
estado incaute sus bienes y los de sus familiares más próximos si se
demuestra tras una investigación seria, que éstos se han enriquecido y
adquirido bienes y pastón, mientras el chorizo preboste ejercía
cargos públicos. O sea, que sus familiares vivan de sus trabajos o
pensiones, como todo el mundo, mientras el dinero acumulado demás
'milagrosamente' sobre su IRPF anual, será incautado por el estado e
invertido en proyectos que mejoren las condiciones de vida de las
víctimas sociales del cacique mangante en cuestión. A la vez que éste, deberá vivir en
un barrio humilde, y lo hará buscando trabajo en lo que sea, cobrando
el salario mínimo, con contratos basura y yéndose al paro cuando la
empresa lo considere oportuno. Vivirá en un piso que pueda pagarse con
el sueldo mínimo. Y cuando tenga problemas de insuficiencias materiales
tendrá que ir a los bancos de alimentos, comedores y albergues
sociales, o a pedir bonos de beneficencia en el Ayuntamiento -que no
sea del pp, porque si no, irá de cráneo- para que le paguen la luz , el
agua y el gas.Y no digamos nada cuando necesite medicamentos que no
pueda pagarse porque están recortados por un co-pago que no se puede
permitir y en la farmacia ya no le fían como hubieran hecho antes sin
ningún problema...Lo mismo que cuando tenga frío, necesite ropa de abrigo
y tenga que acudir a Cruz Roja o al ropero de la parroquia, en la que
ya habrá pasado de ser un señor/ra de ppostín y ppoderío que dejaba euros en el cepillo de las limosnas , a ser el
mendigo/a receptor de óbolos que ayer fue un millonario/a todopoderoso/a, como el rico
Epulón en la parábola del Evangelio.
Todo este proceso iría acompañado de un seguimiento de la Junta de
Tratamiento del centro penitenciario, donde psicólogos, educadores y
asistentes sociales le irían acompañando y valorando el proceso de
sanación e integración social. Y su condena terminaría cuando el cambio
personal del reo dé señales de que no es un cuento chino para salir del
paso.
Además de todo el beneficio que esas rehabilitaciones depararían a
la sociedad, se crearían un montón de puestos de trabajo para
personal rehabilitador.
Para los presos comunes se podría aplicar la misma terapia-condena,
considerando cada caso en particular y haciendo trabajos constructivos
en comunidades terapéuticas localizadas en pueblos abandonados que se
pueden reconstruir con la cooperación de los educandos, que además
asistirían a clases vespertinas y podrían estudiar, titularse y aprender oficios
varios, mientras también aprenden a cooperar y a convivir, limpiando
bosques, repoblando árboles, trabajando en agricultura ecológica,
cuidando animales, cosechando en cada temporada, asistiendo a las
personas mayores que se quedan aisladas lejos de las ciudades, limpiando, cooperando al bien común, siempre
acompañados por los orientadores y funcionarios, mientras en clase
aprenden a conocer mejor la naturaleza, a sí mismos y a los demás.
Un estado capaz de llevar a cabo una labor así, en unos pocos años sería
otro completamente distinto a la ruina que tenemos ahora. Un ejemplo para un mundo en cambio urgentísimo. El turismo sería
muy distinto: no es lo mismo visitar la marca España de hoy que ir a un emporio de humanidad,
al que todos querrían viajar y conocer y hasta quedarse a vivir en él.
Sería la Suiza de la decencia, de la belleza de verdad y de la igualdad
en las diferencias. Y lo mejor de todo: no lo reconocerían ni de coña
sus "fundadores" ni sus fans de siempre, aunque habría que admitir que
la calidad de vida no tendría color con la del vetusto pp-soe ni con c's ni con la
Ejpaña de Gila, Tip y Coll, Manolo Escobar o Chiquito de la Calzada, que
en paz descansen. Sería más tirando a los Polònia. ¡Ojalá!
Ya lo decía John Lennon en Imagine...todo es posible en esta vida si le echas imaginación...¿Por qué no, si además eso de to by a dreammer sale gratis... y no paga el IVA?
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