Muere el fiscal general del Estado, José Manuel Maza

Gonzalo Cortizo (eldiario.es)     

 

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Una vez más voy a romper el tabú de los buenos modales sociales y el paripé de una pena postiza y obligatoria, en estos casos, que no siento -como en el de Barberá y en el de Blesa-. Confieso que no es la muerte de este Fiscal General lo que me entristece, sino su vida dedicada a los malos tratos arbitrarios a seres inocentes que no hicieron daño a nadie, como por ejemplo el Juez Garzón  por el caso Gürtel, que él llevó a la expulsión de la carrera judicial o como los políticos catalanes actualmente en la cárcel y en el exilio, usando la justicia como escopeta sin seguro contra ellos y ejerciendo la ley donde debería haberse ejercido la responsabilidad política por parte del Gobierno tan injusto e irresponsable como cruel. Su vínculo con el corrupto Moix fiscal anti-corrupción, avalado por él que debió dimitir por evasor de capitales, define su concepto de la ética y de la misma justicia a la que no servía, sino de la que se servía para hacer el juego sucio a los políticos corrompidos del partido popular. 

No, no siento su muerte ¿qué sentido tendría mentir mientras repruebo la mentira como normalidad en las liturgias sociales que tanto cuentan en la Ejpaña del oé, oé? Sólo siento que haya tenido que ser la muerte y no la madurez de su conciencia y arrepentimiento, la que haya puesto fin a las tropelías que llevaron a Maza (qué apellido tan acertado, ¿verdad?) a ser reprobado por el Congreso y por una gran mayoría de españoles hastiados, escandalizados e indignados por su conducta vergonzosa, aunque siempre "legal", no desde el  iustus ius, sino desde la summa injuria. 

Elijo guardar la compasión para sus víctimas. A él simplemente le deseo que el cambio de dimensión y de plano le sirva para encontrarse con su conciencia y reconocer en el más allá no que no pudo o no quiso ver en el más acá. Y que encuentre al otro lado de la vida la luz que en este plano no tuvo para ver la trascendencia y los efectos secundarios de sus acciones y la misericordia y la verdadera justicia, que aquí no llegó a conocer ni a practicar. 

 

Cuando la "justicia" humana no da la talla y causa tantos males, la justicia cósmica se encarga de aplicar las sentencias con su código bioético sin erratas. No se maltrata ni se daña en vano, aunque parezca lo contrario por las prisas que nuestro rumbo temporal exige a las situaciones según nuestros prejuicios culturales. Cada cosa a su tiempo y a su ritmo, pero de aquí no se va nadie sin pagar sus facturas. Y esas facturas son las heridas y las desgracias que se perpetran contra nuestros semejantes, sobre todo cuando son inocentes, están desamparados, solos en la picota y no hay compasión para ellos en las instituciones que deberían ser más humanas que mecanismos sin alma ni ética.

 

 

Ojalá este desfile de prebostes injustos que la muerte se está llevando en el ámbito del pp y sus mafias (que ya está pareciendo "Los diez negritos" de Agatha Christie), sirva para que ese ppartido y sus adeptos se empiecen a plantear lo que hacen o lo que no hacen y por qué lo hacen o lo dejan de hacer, y qué deberían estar haciendo si de verdad fuesen tan cristianos como piensan que son o como prometen ser cuando rezan el acto de contricción al confesarse y se arrodillan delante de los altares, en vez arrodillarse delante de los pobres, cuidarles y besarles los pies por el don de su compañía y por poder luchar a su lado por un mundo mejor. 

 

Como dice Jesús de Nazaret en el evangelio, no todos los que dicen 'Señor, Señor', entran en el reino, sino sobre todo los que no dicen nada y viven en la luz de la fraternidad y de la justicia verdadera que es el amor. Al final nadie se lleva al otro lado del olvido la carrera ni los éxitos ni los ligues ni las estrategias ni el dinero ni el caché. Al final nadie se lleva lo que tiene, acapara y acumula, ni siquiera se lleva el cuerpo ni el ego prepotente y 'heautontimoroumenos' (atormentador de sí mismo, como lo califica Terencio en su parodia), sino el gozo, ese patrimonio inmaterial de lo que se  ha dado sin pedir nada a cambio, de lo que se ha compartido y comprendido de verdad, lo que se ha amado limpiamente, con la frescura y la belleza del lastre  que se va soltando y transmutando por el camino para ser libre y poder realizarse como SER mientras se ayuda a que nuestros hermanos de especie también SEAN. En realidad la muerte sólo existe para los apegos y la avidez, para el miedo y los deseos emocionales más ciegos, torpes y complicados. Si ya podemos y nos decidimos a aprender a vivir simplificando como la naturaleza, los miedos, los tabúes que nos atan, nos esclavizan, confunden y asustan, desparecen poco a poco sin esfuerzo. 

 

Todo es vida para los vivos de verdad y hasta la vida se vuelve muerte para los que sólo fingen vivir. Y como también dice Jesús,el carpintero galileo, "¿acaso las zarzas producen uvas y los cardos dan higos?, pues así sucede que los árboles sanos dan frutos sanos y los árboles enfermos dan frutos malos y todo árbol que no da frutos sanos se corta y se echa al fuego como leña. Total, que por sus frutos los conoceréis." (Mat 7, 15-17) 

Pues eso mismo. Más claro agua. Blanco es, gallina lo pone.