sábado, 25 de noviembre de 2017

Estos son los frutos de una maravillosa transición que no quiso cambiar nada en serio

Policías hitlerianos y dicharacheros

Aníbal Malvar (Público)




Lo que es terrible es que ella [Manuela Carmena] no estuviera en el despacho de Atocha cuando mataron a sus compañeros.
–Qué vejestorio más despreciable.
–Que se muera la zorra vieja ya.
–Hija de la grandísima puta roja de mierda mal parida.
–La verdad es que yo me alegraría si sufriera un accidente y tuviera una muerte agónica.
–Ojalá explote La Sexta con todos ellos dentro y que ese día esté[n] también Pablo Iglesias y [Gabriel] Rufián.
–Matar es nuestro lema.
–Hitler sí era un señor, con él ya estarían las chimeneas echando humo, el fascismo es alegría.
–Hay que comenzar con las cazerías [sic] de guarros. Hijos de puta, los moros, yo los tiraba al mar, comida para peces.
–Ahí hay que entrar con lanzallamas y bayonetas. Y electrificar la valla de Ceuta y Melilla. Que se mueran de hambre, no me dan ninguna lástima.
–Esto con Franco no pasaba. Ya traía él a la Guardia Mora con contrato y lisensia `pa matá´.
–Los españoles estamos siempre con ESPAÑA, su unidad y, quien está en contra de ella, está en contra de nosotros, todo aquel que ose insultar a España, los españoles y su bandera, o intentar destruir su integridad deberá enfrentarse con la fuerza.
–Así es como se habla, coño, tanta Constitución… Más patriotismo y amor fanático a la nación.
–Hijo de perra, hay que matar al cerdo ese del coletas.
–Conozco gente… que conoce gente. Por 3.000 [euros] nos lo quitamos de encima, un rojo chillón menos.



Como todos sabréis, estos edificantes epigramas y reflexiones están extraídos de un chat que compartían 200 policías municipales de Madrid, y que fueron difundidos por eldiario.es provocando que a tres agentes del cuerpo les retiraran la placa y la pistola. Los líricos contenidos del chat fueron denunciados por otro agente, que a su vez recibió amenazas de muerte. Pero algunos de estos sagaces policías no sabían quién había sido el delator –chatean bajo seudónimo–, y ofrecieron un salchichón al compañero que lo desenmascarara. Querían ajustar cuentas: como se leyó arriba, estos policías conocen a profesionales muy cualificados que matan por 3.000 euros. Ahora, han tenido que ponerle escolta al denunciante y al delegado sindical de CCOO. Yo creo que se exagera. No pienso que amenazar de muerte a la alcaldesa de Madrid –a su edad– ni a un policía a punto de jubilarse sean delitos comparables al imperdonable chiste de Guillermo Zapata en las redes antes de acceder a su concejalía. A Zapata lo indultaron de recontar el antiquísimo chiste de los judíos en el cenicero, impeliéndolo solo a abandonar el cargo. Lo de los policías es venial al lado de aquello. Un juego. Una disquisición sobre Schopenhauer sacada de contexto. O eso piensan nuestros siempre equilibrados y circunspectos periódicos de papel. Ni una sola portada, y apenas algunas columnillas cojas sobre el tema escondidas en las páginas pares de la sección de Madrid.

 

La Razón ni siquiera ha tocado el asunto. Se conoce que, al ser Paco Marhuenda comisario honorífico, el corporativismo puede sobre la deontología profesional. El Mundo estos martes y miércoles le dedicó al asunto dos medias columnitas en su sección de Madrid. El País, en la misma sección local, desplegó un faldoncillo en su página 50. ABC sí que entró al trapo este jueves: Suspendidos tres policías por criticar a Carmena en un chat privado., titula el torcuatiano e imparcial diario. El resto del relato es estremecedor: “La Policía Municipal de Madrid suspendió ayer de manera fulminante a tres agentes que, presuntamente, habrían insultado a la alcaldesa, Manuela Carmena, en un chat privado en el que participan alrededor de 150 agentes […]. Se da la circunstancia de que dos de los investigados tuvieron que ser asistidos por sus propios compañeros después de que, al oír las acusaciones que vertió sobre ellos el concejal Barbero a las once de la mañana, sufrieran tremendas crisis de ansiedad. Tras ser ayudados por sus colegas, entregaron voluntariamente sus armas reglamentarias, antes de que les llegara el requerimiento. Uno de ellos estaba de baja desde el lunes, cuando saltó la noticia”.



Disculpad si mis lágrimas empañan vuestra pantalla tras transcribir tan flagrante e inopinada injusticia. ABC, siempre del lado de los oprimidos, desgrana el dolor de estas víctimas del terrorismo informativo que ejerce sin piedad el rasputínico y robesperriano Ignacio Escolar. No cita el periódico católico ni uno solo de los alegres y despreocupados wasp de los jóvenes policías neonazionales. Por suerte ellos conocen a gente que, por 3.000 euros, reconducirá el error (Ignacio, si necesitas escolta, yo te soy muy gallego, muy filibustero y muy macarra).
Por cierto. Todos estos medios que tanto han silenciado el affaire, dedican páginas y páginas esta semana a contarnos que nuestra democracia está amenazada porque, cerca de la residencia del juez Juan Antonio Ramírez, han aparecido pintadas del estilo Fora j. 13. Tremendo. Ramírez es el titular del juzgado de instrucción número 13 de Barcelona, responsable de la investigación que llevó al Govern a la cárcel. Fora j. 13. Eso sí que es una amenaza mortal. Y no los piropitos del wasp sobre Carmena. ¿No?

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