EXCLUSIVA
Insultos y amenazas a Carmena en un chat de policías municipales: "Ojalá tenga una muerte lenta"
Marcos Pinheiro /José Precedo (eldiario.es) :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Está claro que los autores de estas maldiciones ignoran por completo que los malos deseos contra los demás, cuando los demás están y actúan desde un plano de conciencia más luminoso, benéfico y justo (como es el caso de Carmena), no les afectan, y por eso las ideas y palabras destructivas que nacen del odio y la miseria humana, como un boomerang, se quedan dentro del sujeto emisor, inscritos en la psicobiología de quienes los ponen en marcha e insertos en los tejidos corporales del interfecto, día a día se convierten en enfermedad letal para el autor o autores de los miserables augurios e intenciones y no digamos nada si además se llevan a la práctica..., sobre todo si no hay un cambio personal hacia estados psicoemocionales más sanos que puedan curar la patología que la ignorancia y la cretinez sin seso provocan en los seres que aún no son humanos completos en realidad, aunque tengan la apariencia física de lo que todavía no son e incluso lleven uniforme de policías con el que degradan la función del cuerpo profesional al que con una evaluación inteligente y ética jamás habrían accedido. Con su pan se lo comerán, sin duda.
Hay unos códigos en la misma naturaleza que, desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy la física cuántica está ayudando a revelar, y que explican muchas cosas en ese sentido. Según esos estudios e investigaciones científicas, nada está desconectado de la inteligencia cósmica y todo lo que nos sucede es causa y consecuencia de impulsos creadores humanos, de intenciones que hemos activado o hemos evitado activar. Acción y omisión son igualmente causas y efectos. Y sobre todo, cuánticamente, lo más importante y decisivo que marca el proceso es la intención, que determina y define la energía y disposición de los elementos desde las moléculas, partículas y átomos hasta las células, tejidos, aparatos y funciones fisiológicas, que poseen un grado de inteligencia y conexión insospechado.
El doctor Mikao Usui tiene, este sentido, estudios experimentales de laboratorio que tal vez deberían incluirse en la educación de las escuelas, en los cuarteles y academias de policía, lo mismo que en las facultades universitarias de ciencias y de letras, especialmente en las carreras más técnicas y funcionales, que son las que tienen un alumnado más con riesgo 'mecanizable', debido al tipo de trabajo que se practica y sobre todo a la vocación y tendencias innatas de quienes eligen esas especialidades como empeño profesional.
En una sociedad capaz de dinamizar el conocimiento con la experiencia y el aprendizaje mediante herramientas cognitivas que incluyen una visión global, además de detallada, más holística e inclusiva, más humanizada e inteligente que especializada de un modo sólo mecánico y contable, no estaría en el estado en que España se ahoga actualmente en su pobreza de miras y de conciencia. En una sociedad donde la inteligencia colectiva tiene la función de crear el bien común no se conciben ni hay sitio para manadas, ni para palizas, ni violaciones, ni para engaños, abusos y corrupción como modus vivendi et operandi. Las leyes en ese nivel son pedagogía que ayuda a responsabilizarse sin necesidad de ser crueles y vengantivas, sin resultados prácticos que mejoren nada ni a nadie.
Y la gente mejoraría en vez de empeorar y ser cada vez más impresentable e indecente por inercia, simplemente porque es lo que ha aprendido en casa, en la escuela, en las fiestas populares, en las noticias y programas de tv, en los comportamientos de los gobernantes y de los fanatismos religiosos que ya forman parte del plan "educativo" y modelan las conductas desde la hipocresía y la conveniencia, que acaba por formatear la "cultura" y las costumbres folklóricas "de lo nuestro", a lo que hasta se convierte en 'tendencia', se le pone música, deviene teatro o guión cinematográfico que luego hasta se premia y todo, como "obra de arte", ya que ese concepto justifica y eleva a categoría de arquetipo toda barbaridad con pedigrí heredado de generación en de-generación.
¿Es normal que en un estado democrático los policías obedezcan las órdenes de maltratar ciudadanos o se dediquen a maldecir en sus chats, hasta a desear la muerte ignominiosa y más cruel a las alcaldesas que intentan mejorar las condiciones de las ciudades sin hacer daño a nadie, sin robar, sin estafar, sin malvender las viviendas municipales previamente desahuciadas a los compradores o inquilinos por la empresa de sus hijos, sin desentenderse de las necesidades de los más desfavorecidos y pretendiendo humanizar y hacer menos tóxico el municipio, colocando la salud y a las personas por delante de los coches y del dinero y encima reduciendo el déficit que dejó cualquier "relaxing people cafeconleche in Plaza Mayor"?
Qué democracia más extraña, ¿no? A ver si va a resultar que esto no es lo que intentan que parezca, y en realidad es una dictadura encubierta mantenida por quienes en el 78, en plan lobos con piel de oveja, pillaron la sartén por el mango y aún no la han soltado. Se les ha debido pegar a las manos (¡larguísimas, ay!)con superglú, por lo menos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario