La música celta es un legado cultural que enriquece el sonido y el sentido musical de la humanidad. Un patrimonio inigualable y digno de ser respetado con veneración. Los celtas fueron aplastados por la brutalidad del imperio romano, que jamás comprendió la grandeza y el conocimiento profundo de la cultura celta. Les quemaron sus aldeas, sus bosques, les encadenaron y convirtieron en esclavos, les impusieron el latín, pero nunca consiguieron que desapareciese el gaélico. La meta-historia acaba haciendo justicia y hoy el imperio invasor del pasado es pura ruina arqueológica para turistas y consumo. Los celtas, en cambio, se han perpetuado en algo que la vieja Roma nunca tuvo ni captó e intentó destruir: espíritu, sutileza, y una belleza superior que trasciende las formas rudas del apego material. La poesía del alma. La melodía de voces e instrumentos, las danzas de la tierra y del cielo...El mundo celta sigue vivísimo sin necesidad de monumentos y piedras comidas por el musgo y el orín. Hay quien cree que es cosa de magia y ritos raros ancestrales y no es así. Es evolución bendita que no está en venta ni en las manos de cualquier aprendiz de brujo. Otra vibración muy distinta al mercadillo de la brujería que solo entiende de dinero, poder, intrigas, bajezas, abusos, mentiras, máscaras y glamour, a cambio de lo que vende su alma.Y la pierde. El mundo celta es élfico. Los intentos de manipularlo, cosa de Mordor. La Tierra Media es la humanidad que debe elegir entre lo uno y lo otro. Tolkien sabía lo que decía en sus relatos "infantiles". Vida en el todo o extinción en la nada. Sólo la evolución de la conciencia puede conseguir el cambio de nivel, no lo harán las drogas ni el vértigo, ni las emociones desatadas, ni los deseos, ni el rencor, ni el odio, ni la estupidez que obedece lo que no entiende. Bondad. Generosidad. Olvido de las propias manías. Amor incondicional a nuestros semejantes y a la naturaleza. Mirar más allá de los instintos y las obsesiones. Y ver. Y descubrir que libertad significa en primer lugar no ser esclavos de nuestro ego. El peor enemigo.
La música celta procede de esa inteligencia sublime y natural al mismo tiempo. Un regalo del Universo inteligente.
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