La Historia como escuela y como trampa

                                    

Con frecuencia magnificamos y nos confundimos con el poder de "la preparacion profesional", teorica y retorica, de nuestra formacion "para la vida". Sin darnos cuenta, y en paralelo a nuestra estupenda wikipedia cultural y particular, entramos en laberintos y enredos psicoemocionales que nos parecen naturales  y reconfortantes,en sus rutinas mentales, sin sospechar que tal vez los habitos perceptivos, heredados como posos residuales de memoria danyada y deformada por la imaginacion ilusoria, nos impiden caminar en la evolucion y nos dejan atascados en aquel "pantano de la tristeza" que describe Michael Ende en la "Historia Interminable" donde perece el caballo Artax, hundido en la depresion suicida que acaba por tragraselo, mientras Atreyu trataba de escapar al avance de una fiera devoradora de la realidad y del Reino de Fantasia, el monstruo depredador de la Nada. Del sin sentido, del vacio en la peor de sus acepciones. El vacio concebido como negacion de todo lo posible, de todo indicio de vida, de cambio, de movimiento regenerador de "algo"  de posible existencia que, por desgaste inconsciente y mecanico, ha derivado en "nada".

La Historia es una herramienta fundamental para reconcernos, para resituarnos y para seguir caminando en el tiempo con animo transformador y renovador; pero la Historia no deberia jamas suplir el valor de la experiencia, a la realidad temporal que nos ha tocado vivir en nuestra epoca, sino naturalmente ayudarnos a conocer las causas de nuestras viejas cuestiones sin resolver. Adjudicar al pasado la condicion de "modelo", de paradigma y de unico guia hacia el acierto, es atar una soga al cuello de la evolucion.

Reflexionemos por un instante en un detalle la mar de evidente: si los arquitectos e ingenieros romanos que pensaron grandes soluciones para la mejora de los servicios se hubiesen limitado a reproducir el pasado, que habria sucedido? Si Leonardo Da Vinci se hubiese conformado con lo que le ensenyaron, que habria inventado? Lo mismo vale para Aristoteles, Arquimedes, Lao Tse, Mikao Usui, Paracelso, Servet, Keppler, Galileo, Vives, Bach, Pasteur, Jenner, Hanneman, los Curie, Isaac Peral, Einstein, Edison o Tesla  o Montessori, Freud o Jung, Gandhi, Kropotkin, Proudhon, Luther King, Marx o Mandela...por nombrar solo unos cuantos ejemplos.
Habria habido un camino budista de conocimiento y praxis que ha ensenyado a cambiar a tantos seres humanos si Sidharta-Shakia Muni no se hubiese convertido en Buda abandonando el reino de la comodidad? Habria habido un Vicente Ferrer o un Damian de Veuster, un Ellacuria, una Maria Elena Moyano, una Hildegard von Bingen, un Ernesto Cardenal o un Martin Lutero un Enrique de Castro o un Oscar Romero, si un carpintero de Nazaret no se hubiese sublevado desde dentro de si mismo contra el desvario, la mentira social, el fanatismo meapilas del poder religioso, la estupidez y el egoismo hasta demostrar que ni el tiempo ni la muerte tienen poder sobre las conciencias que despiertan y se abren a la posiblidades del infinito en medio de la temporalidad solidaria, empatica, amorosa y creadora? 

La Historia y la memoria son un arma de dos filos. Pueden ayudarnos a encontrar y a construir nuestra liberacion, pero tambien pueden, y consiguen con frecuencia, atarnos al poste de la repeticion, de la reproduccion de causas y efectos. Al circulo vicioso de la comodidad. Al aburrimiento ontologico, por negacion del Ontos, del Ser. Una actitud castradora aprendida que nos lleva a  imitar en vez de animarnos a crear. Los seres que cambiaron tantas cosas en el mundo no estan en la memoria solo para ser evocados con nostalgia y decirnos en plan consuelo cutre: "claro, es que el era dios, es que ella era especial...era magico, era  un sabio, era un chaman...tenia "poderes"...asi cualquiera...", y asi adorarlos en plan rebanyo, y repetir sus obras y sus pensamientos como una maquina registradora. La cosa no va por esos derroteros. 

Nadie nace para ser adorado ni para ser un preboste, y en cambio todas nacemos para realizar una funcion personal, unica en su valor, aunque parezca lo de siempre, aunque no sea espectacular ni se anuncie a bombo y platillo, nunca es "lo de siempre" cuando en lo que hacemos, pensamos, decimos y compartimos, ponemos lo esencial de lo que somos, la sencilla verdad personal que nos da el SER. La modesta, transparente, asequible, bella  y luminosa Originalidad sustancial que es nuestra mas alta, simple y hermosa expresion. 

Todo lo mejor que hemos heredado del pasado no esta ahi solo  en plan museo, para ser comentado o fotocopiado y citado como teorica y cansina pedanteria desiderativa, sino interactivamente vivo; todos los seres mas admirables que han existido no estan ahi para frustrar y "picar" con su grandeza, en comparaciones  y remedos estupidos, la hegemonia de nuestro ego vanidoso e inmaduro, al contrario de lo que es frecuente, estan ahi para demostrarnos lo que se puede llegar a descubrir cuando uno honestamente es fiel a su conciencia, a la verdad que lleva dentro y que es una pieza mas en el puzle de la verdad de todos,  claro...y entonces se va reconociendo  la amorosa y sanisima necesidad de superar lo ilusorio y sustituirlo por lo tangible y realizable, en medio de la vida, al lado de los otros, no por debajo en plan gusano acomplejado por el victimismo de la inferioridad  o pasando a lo opuesto, en el plan pavo real soberbio, prepotente y obtuso del complejo de superioridad.  

Por algo sera, que sin la igualdad y la fraternidad no es posible la libertad real ni la realizacion autentica de los DDHH, ni el progreso verdadero, ni la democracia real. Ni el desarrollo de la inteligencia colectiva. Ni el bien comun. 

Es fundamental conocer el pasado, precisamente para poder superar la tentacion de repetirlo. Tanto en errores por repeticion mecanica, como en aciertos ortopedicos prestados por la misma inercia de la nostalgia inoculada de lo que en realidad no  conocemos nada mas que por el relato muy pocas veces objetivo de lo que ya paso' y dejo' estos posos que ahora pesan y enturbian mas que aclaran. La Historia, si, por supuesto, pero administrada en dosis terapeuticas asimilables, autorreguladas por la lucidez.