miércoles, 12 de febrero de 2014

Y ahora, una duda

El fiscal va a pedir que la Infanta apoquine 600.000 euros por el amnésico curriculum del olvido...¿pero qué son 600.000 € si se han llevado millones? ¿Nos van a engañar otra vez más y dejar que el dinero público garantice sus gastos VIPS de por vida aunque no esté incluida en las "tareas" reales de representación? Menudo chollo! Primero se lleva cruda una millonada sin un sólo impuesto fiscal. Después los fiscales arropan la maniobra, pidiendo para ella una multa de poca monta comparada con el crudo sustraído, luego, la royal family la libera de las tareas de lo único que hacía: representar y saludar. Y ella "sufrirá" el castigo de vivir mejor que nunca, con el resto del botín piratesco-ducal, sin dar un palo al agua, en Suiza, que es la Isla de los Piratas del trinque. El paraíso.
Cristina Borbón ha chorizado una pasta con el agravante de su poder dinástico y debe devolverla completa. Y si no la quiere pagar, que se le aplique la Ley como a todos los defraudadores que pagan en prisión lo que no pueden o no quieren devolver en pastón. A Bárcenas se le ha aplicado la Ley, a Mario Conde también, a Ruiz Mateos se le aplicó en su momento, como a Roldán, que hizo lo mismo, forrarse a irse de viaje por ahí a vivir de las rentas...¿No somos todos iguales ante la Justicia?
Esa Justicia debería ser creativa y además de la devolución exacta de lo trincado, podría imponer más que cárcel, tanto a la Borbón, como a cualquier otro chorizo o choriza de cualquier extracción social, penas educativas, inteligentes, bajo custodia policial especializada, que puedan recuperar del extravío ético, por ejemplo, en el caso de Cristina podría ser vivir en una casa de Entrevías o del Perchel, Los Pajaritos, el Barrio del Cristo, La Coma o La Mina, con el salario mínimo interprofesional, trabajando como asistenta o de taxista o de pinche cocina, o de barrendera municipal, asistiendo obligatoriamente a cursos y clases prácticas de ética cívica, hasta que madure y su visión de la realidad le haya cambiado los esquemas rígidos e inhumanos que la han educado deformando su humanidad, su mente y sus emociones. Así se acabaría con el gasto inútil de las cárceles, que sólo quedarían para casos de graves patologías sociales que requieran aislamiento terapéutico.Y donde un día hubo delincuentes, irresponsables, vivales sin escrúpulos y parásitos sociales que viven chupando del Estado, o sea, de todos los que pagan impuestos, habría ciudadanos sanos, conscientes, responsables, honestos y agradecidos.

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