domingo, 2 de febrero de 2014

El pp y las mordazas inútiles

Reconozco que no me atrae leer El Mundo desde hace mucho tiempo. Hace años lo compraba al menos una vez por semana, porque no me gusta cerrarme a una sola banda de opinión.  Un periódico, El Mundo, para mi gusto, demasiado blando y permisivo con la clase opresora que le cae bien y poco sensible a las honduras de la solidaridad a la que mira con desconfianza y excesiva cautela. Más centrado en el impacto de la noticia convulsa y en la intriga que en la serena reflexión, quizás porque Pedro J. imprimía excesivamente en el diario su sello personal incisivo y veloz, epidérmico, tan decantado hacia su terreno ideológico, como Ansón o Maruhenda han hecho en La Razón y los directores del ABC siguen haciendo.
Reconozco que me atrae la prensa capaz de ser veraz y ecuánime, que se indigna cuando los perjudicados son los más desvalidos y es capaz de defenderlos sin miedo ni complejos y de denunciar al poder sea del color que sea, coincida o no con la ideología de la dirección, cuando el poder traspasa los límites del derecho y de la dignidad. Yo hubiera preferido que a Pedro J. lo hubiesen cesado por defender a los ciudadanos frente a un poder devorador y no a causa de optar por Aznar y Aguirre frente a Rajoy y Soraya.  Me entristece la miseria de los políticos metidos a Torquemada. Me entristece la mediocridad de los comunicadores metidos a turiferarios de sus amiguetes poderosos y a flageladores de los rivales de sus amiguetes. Por eso dejé poco a poco de comprar El Mundo; no porque lo rechazase, sino porque dejó de interesarme, como han dejado de interesarme los telediarios de la 1ª cadena de tve desde que la misma mano que ha cesado a Pedro J. con la miseria del acoso y derribo, se cargó la ecuanimidad, la transparencia informativa y la verdad de la noticia sin filtros 'canalnou fashion', tal cual se presenta, en el estilo limpio a que nos habíamos acostumbrado en la etapa de gobierno socialista. Un logro democrático indiscutible que honra al gobierno Zapatero.

También reconozco que ahora mismo es muy difícil ser periodista y mantener intacto el código deontológico y el análisis sereno y ecuánime, cuando hay que complacer a los señores de los anillos que controlan en nombre de Mordor la libertad de los medios para informar con imparcialidad y justeza y al mismo tiempo ayudar a reflexionar al lector sin hacer propaganda a nadie y sin hundir la flota enemiga del lado opuesto a cambio de dinero y prebendas. Sobre todo porque se depende de la publicidad para subsistir y esa publicidad siempre la pagan las grandes empresas y ya sabemos el vínculo que hay entre los sobres que mantienen la publicidad y los shobresh que mantienen el caché de las contabilidades en B de los partidos políticos. Ayer mismo, sin ir más lejos, en El País habían 'escondido' la viñeta de Forges porque había convertido en supositorios las privatizaciones de la Sanidad madrileña. Hay días en que en ese mismo diario digital se camuflan los videos  de Iñaki Gabilondo si el tema es demasiado punzante contra los desatinos del poder. O se relega una noticia importante a la letra pequeña al final de la página, casi desaparecida, si la cosa puede resultar incómoda para el negocio. O simplemente ni se menciona y te acabas enterando en Infolibre, en eldiario.com de Nacho Escolar (cuyos cuadernos monográficos recomiendo encarecidamente a los interesados en profundizar información y reflexión) o en algún rincón camuflado de Público. Hemos llegado a un estado insoportable de presión del dinero sobre la libertad de criterio y de información. Y está claro que es el dinero el que compra el poder cuando la conciencia cívica y personal está missing o en plena siesta ininterrumpida y eso se suma a una crisis generalizada y agudizada por un Estado deficitario especialmente en decencia, que a su vez facilita el declive y el estado de precariedad en todos los sentidos, y que trata de eliminar el clásico "pobres, pero honrados", por "pobres y corruptos a la fuerza".

Es de lo más cutre creer, como en el caso del pp con Pedro J., que por silenciar y cesar a un periodista nadie va comprobar en sus sueldos y recortes, escaseces y miserias, injusticias, arbitrariedades, chanchullos y depauperación social en vivo y en directo, las marranadas que este desafortunado accidente que llamamos gobierno por puro eufemismo y costumbre, está perpetrando constantemente contra la ciudadanía que no es millonetis ni católica del Opus Dei. El pp parece ignorar que tapando la mierda no sólo no se evita su hedor, sino que se multiplica porque fermenta y se pudre. Y pringa el entorno. Lo mismo da que esa mierda venga con bigote que con barba, que la proclamen Cospedal o Saénz d Santa Mª. No deja de ser detritus por mucho que cambie el canal que la transmite y transporta.

Al pp le va la marcha de matar al mensajero, pero no puede acabar con el mensaje que el mismo pp envía constantemente, es más, se diría que  el mismo pp es su propio mensaje cuando vas a comprar y el IVA no ha vuelto, sigue en la estratosfera de los precios. Cuando las calles de tu ciudad son un mausoleo de tiendas y locales cerrados que un día fueron papelerías, mercerías, ferreterías, librerías, tiendas de ropa, de electricidad, de juguetes, de electrónica, talleres y zapaterías, cines y teatros, clínicas veterinarias, academias de idiomas o panaderías como L'Horno ya en vías de extinción a pesar de que vendía muy bien y a bastante. Cuando te hacen una faena monumental eres un asalariado o pensionista bajo mínimos o estás en el paro y en el juzgado te piden 600 euros, que es el doble de tu sueldo,  por la demanda contra el abusador. O eres una mujer embarazada con problemas serios, y te dicen que en vez de abortar recesh el roshario para que te ampare mariashantíshma, porque a ellosh lesh importash un rábano y eso que cobran gracias a tus impuestos. O te desahucian sin compasión pasándose por el forro los dictados éticos de la UE, de la Constitución española y del propio cristianismo del que presumen tanto, para enriquecer el parque de viviendas de la banca amiga que se venderán a mafiosos rusos o chinos protegidos por la española ley del chanchullo indenunciable.
El pp ignora que esas cerdadas son la verdadera noticia que nos cambia la percepción acerca de la "ideología" que nos des-gobierna y que por mucha mordaza que pongan en la información, mientras ellos nos sigan "informando" con sus actos aberrantes, es inútil que chafen periodistas. La realidad no necesita voceros, sobre todo cuando es una realidad incontinente y desbordada que corre por internet y por las telefonías, casi casi, a la velocidad de un suspiro.
Lo más llamativo y moralmente devastador, lo más triste del caso, es que precisamente no han defenestrado a Pedro J. porque denunciase los desmanes pperos, sino porque apoyaba los desmanes de la banda del capo saliente, el perdedor, y daba de lado y criticaba a  la banda del actual capo que ahora parte el bacalao con el permiso de su lugarteniente pitufilla que es quien lo corta de verdad, dos bandas que según parece se están matando vivas, como en los mejores días de Chicago en los años 20 y 30 del pasado siglo, con cercos asfixiantes al dinero, ninguneo de publicidad y acoso en todos los sentidos hasta eliminar al mensajero molesto en cualquier sanvalentín, no porque los denuncia, sino porque sólo compadrea con el lado rival.

A mí, personalmente, cuando se cierra la boca pública a un escritor, a un periodista o a cualquier persona que tenga algo que decir, me entristece, aunque no me interese o no me guste lo que dice ni como lo dice, ni porqué lo dice.  Como para mí era el caso de Pedro J. Lo mismo que me entristecen y me aburren los discursos gritones que sólo agreden al interlocutor sin aportar razones lógicas y contrastables con la realidad sólo ancladas en el subjetivismo visceral, que no tienen argumentos sino rugidos incoherentes y una contundencia agresiva sin más contenido que la descalificación de todo lo que no es del gusto o la opinión del energúmeno a-dialógico. Hoy mismo, el discurso del pp en su convención, no ha sido exponer su proyecto de reconstrucción ética ni de un giro normalizador en el gobierno hacia la justicia, la transparencia y la recuperación o la escucha social, sino poner como un trapo a Rubalcaba al que han convertido en el verdadero protagonista de la sesión final, poniendo en evidencia su falta de contenido argumental y el miedo que tienen a la caída en intención de voto frente a la modesta ascención del psoe, que no ha subido porque lo haga bien, sino porque el pp lo está haciendo peor que fatal. 

No hay voluntad de diálogo para llegar a los acuerdos necesarios que permitan soluciones prácticas. Sólo se gobierna "contra" algo o "contra" alguien. Fueron contra Zapatero hasta que lo mandaron a casa y ahora no saben gobernar sin aliciente agresor. Y cuando discursean es para denigrar a Rubalcaba mientras machacan a los españoles por los cuatro costados de la Península. 
Una sociedad que se permite comportamientos tan sucios en el partido más votado en las urnas sin que todo el País diga basta, como en Ucrania o en Gamonal, me entristece y me preocupa aún más que el pp, que es más una consecuencia,  que el pecado original y mortal causante del desastre.

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