lunes, 3 de febrero de 2014

El motín de Canals, entre Blasco Ibáñez, Berlanga y la justa indignación

Canals acorrala el president amb crits de 'Fabra a la foguera!'

Fabra se'n va sense encendre el foc, perseguit per centenars de veïns

Canals celebrava ahir la festa de Sant Antoni, amb l'espectacular foguera, que sempre retransmetia en directe Canal 9. Quan es va saber que el president de la Generalitat Alberto Fabra seria a la localitat de la Costera per a encendre el foc va córrer una convocatòria per xarxes socials cridant a mostrar-li el rebuig al tancament de RTVV i a la seua política. De manera que dues-centes persones el van rebre a l'ajuntament amb crits de 'Fabra a la foguera!'
Poc després de les vuit el president va eixir de la casa de la vila i es va traslladar a la plaça on havia d'encendre la gran foguera. L'hi va rebre una multitud cridant contra ell i reclamant-ne la dimissió. Fabra va optar per entrar a l'església i quedar-s'hi una bona estona, mentre els crits continuaven a la plaça. Finalment va decidir d'abandonar Canals eixint per una porta lateral i renunciant a encendre la foguera, com era previst.
Aquest vídeo també critica la retransmissió feta per la televisió comarcal de la Costera
 

 

Un escrache modélico. Sin violencia física pero con un cabreo del 100. No me alegro por el miedo y el acojone de Fabra y del alcalde, pero sí me alegra infinitamente que los valencianos se estén despertando por fin del inducido sueño hipnótico ppero que nos ha machacado sádicamente durante veinte años y nos ha hecho pasar un calvario doble: por un lado, las barrabasadas indecentes cometidas como si fuesen heroicos eventos patriótico-senyeros. Y por otro, la desesperación por la narcosis suicida que sufría la población más perjudicada, más inculta y más engañada y ahora recortada, vejada y arruinada, sobre todo rural, como la de este pueblo, o como Carcaixent, Alzira, Xátiva o Ribarroja de Tùria o cualquier otra, donde pp y Valencia habían adquirido idéntica categoría (in)moral y territorial. 
Denunciar las maldades de algún jerifalte, era atacar la esencia valenciana...hasta que los valencianos saturados y pisoteados por sus gestores desastrosos y rufianescos, han comprendido que eran esos jerifaltes los que están destrozando la esencia cívica y hermosa, libre y creativa que hizo de Valencia la  capital suplente de España en la II República, cuando Madrid sufría el cerco más cruel y atroz de su historia, mucho peor y largo que el de las tropas napoleónicas en 1808, por parte de los mismos pperos que ahora han arruinado la prosperidad y la riqueza valencianas. 
Las heridas sin curar de guerra civil y dictadura interminable, han dado lugar a una ignorancia y un miedo profundos, y a la continuidad "natural" de este caciquismo y de esta barbarie ebria de poder y dinero.

Gracias a Dios y a la buena pasta de la gente, la cosa se queda en abucheos hiperbólicos que expresan la rabia por el mal recibido tan injustamente mientras el president del cotarro se refugia en sagrado para encender velitas a todos los santos...en una escena digna de Berlanga, Alex de la Iglesia o  de Santiago Segura.  Pero es una rabia sana que enciende el despertar y el empoderamiento de los derechos que permiten asistir a plenos municipales y exigir como ciudadanos libres pagadores de impuestos, la dignidad y el decoro de un trabajo, de un medio de comunicación público, de unos servicios públicos suficientes y eficientes y no de una tele comprada y vendida de afinidad ppera, como la que estaba grabando el evento y censurándolo al mismo tiempo, una vez suprimido Canal Nou, previamente descuajaringado por la manipulación  y por el mismo Fabra que ahora, como Mª Antonieta con les gateaux au chocolat, pretendía celebrar con los vecinos de Canals la foguera de Sant Antoni del porquet  toda una provocación sabiendo que los valencianos al pp lo consideran una factoría charcutera de primera línea y la más productiva fábrica de chorizos listos para torrar... Buena lección al apardalado y extraterrestre president Fabra para que aterrice, dimita o cambie de registro político. ¡Qué apellido más...eso, recollins!

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