Las cinco claves del éxito de la Marea Blanca
Portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública
La paralización en Madrid de la privatización de seis hospitales y de los centros de salud, acompañada de la dimisión de Lasquetty, se debe fundamentalmente a las movilizaciones de la Marea Blanca, y a que hay un retroceso de las iniciativas privatizadoras, no solo en Madrid (Castilla-La Mancha, Aragón y Extremadura han renunciado a algunas de sus propuestas privatizadoras). ¿Por qué se consiguió? Hay varios motivos:
El primero tiene que ver con la cercanía de las elecciones, que ha sido fundamental a la hora del abandono de la Comunidad de Madrid, porque ningún gobierno quiere afrontar un proceso electoral con uno de los servicios públicos básicos movilizado.
El segundo es el carácter unitario de las movilizaciones. Se han conseguido movilizaciones con participación de profesionales de todas las categorías y ciudadanos, de toda la red sanitaria (centros de salud, hospitales, etc) y con el apoyo de todas las organizaciones presentes.
El tercero es la espontaneidad y diversidad. Se produjo una gran diversidad de formas de movilización que han ido desde las huelgas y manifestaciones, hasta los encierros en los centros de trabajo, recogidas de firmas, referéndum ciudadano, recitales de música y poesía, flashmob, dramatizaciones, etc.
El cuarto es el impacto mediático. Se logró una gran repercusión mediática, que superó la barrera del silencio que rodeaba los conflictos, y muy pronto el apoyo de la opinión pública y de la publicada, lo que fue muy importante para el mantenimiento del conflicto. Como suele ser habitual, los medios se centraron en el protagonismo de los médicos cuando la realidad es que ha sido una lucha de todos los trabajadores sanitarios.
El trabajo de documentación y evaluación sobre las propuestas privatizadoras ha sido también un esfuerzo muy importante y efectivo. Se demostró que éstas no mejoraban la atención sanitaria, sino que la empeorarían y sobre todo que eran más caras y suponían recortes en los centros públicos hipotecando al sistema sanitario.
En el trasfondo de la gran repercusión de la Marea Blanca está el papel de la Sanidad y de los médicos en la sociedad. La Sanidad es uno de los servicios públicos básicos que afecta de manera directa a toda la población. Durante toda la vida se acude a los centros sanitarios por múltiples motivos (enfermedades agudas o crónicas, actividades de prevención, acompañamiento, etc) y todo el mundo tiene una vivencia de la Sanidad de manera permanente (como usuario, como acompañante o a través de algún familiar cercano), por eso es un tema transversal de continuo interés y en el que todos se sienten concernidos.
Además, muchas personas tienen aún la experiencia del antiguo y desastroso sistema sanitario y por eso aprecian el sistema actual. Por otro lado, los que viajan al extranjero han podido ver las ventajas de nuestro sistema sanitario, no olvidemos que hay una amplia bibliografía internacional que considera al sistema sanitario español entre los mejores del mundo (la última de la agencia Bloomberg en 2013, que nos sitúa como el 5º mas eficiente del mundo y el 1º de Europa).
El quinto punto es el papel de los médicos en las movilizaciones, que ha sido una gran sorpresa y las ha favorecido notablemente por lo siguientes motivos:
Los médicos en general son un grupo social poco organizado y generalmente muy difícil de movilizar porque, erróneamente, se ven como una élite social y sanitaria, si bien llevan muchos años sufriendo las mismas condiciones del resto de los trabajadores, es decir, empleos mal retribuidos, contratos precarios, inestabilidad laboral, etc, a lo que se suma la incompetencia de los gestores politizados y con escasa cualificación. Esto ha creado un descontento crónico que favorecido el estallido.
Los médicos siguen siendo vistos ante la sociedad como un grupo de gran prestigio profesional, rodeado de un halo de poderes casi taumatúrgicos. Aunque en la relación entre los médicos y sus pacientes se ha producido una evolución hacia una mayor autonomía de estos, la realidad es que sigue existiendo una gran dependencia en muchos casos y por eso las posiciones de los médicos sobre el sistema sanitario tienen una gran influencia sobre la ciudadanía.
Los médicos pertenecen generalmente a la clase media o media alta, y que estos grupos sociales se enfrenten de manera tan contundente a un gobierno del PP no es habitual y le da a la movilización un plus añadido de legitimidad, recuérdese que muchos decían “yo he votado toda mi vida al PP”, de manera que escenificaban la frustración que las políticas de recortes indiscriminados y de privatizaciones estaba generando entre sus electores.
Finalmente hay que decir que la actitud del gobierno de la Comunidad de Madrid ha favorecido el conflicto con su prepotencia y desprecio hacia el diálogo.
No hay que ser ilusos, la privatización va a continuar aunque sea a paso de tortuga. La gran victoria de la Marea Blanca no es sólo la paralización de las privatizaciones, sino sobre todo que se ha logrado la hegemonía contra la privatización, o lo que es lo mismo, la inmensa mayoría de la población y de los profesionales están convencidos de que las privatizaciones no están justificadas y son lesivas para la Sanidad Pública.
¿Pueden las experiencias de la Marea Blanca generalizarse? Por supuesto que puede extenderse a la Sanidad de otras CCAA, pero respecto a otros sectores, la respuesta es complicada porque las características de la Sanidad son muy peculiares. Con estas limitaciones los aspectos que parecen haber jugado un papel determinante son: lograr movilizaciones unitarias; luego la sostenibilidad de las movilizaciones y la flexibilidad de las mismas; la importancia de la repercusión mediática, y el cuarto y fundamental es conseguir la adhesión y complicidad de la ciudadanía.
Conseguir una victoria no es frecuente, por eso conviene disfrutarla, pero sin olvidar que la política del PP de deterioro y privatización de la Sanidad Pública sigue presente y que sólo desaparecerá cuando se les desaloje del gobierno central y de las CCAA.
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