viernes, 14 de febrero de 2014

Deshumanizados.com; "la marca" de la desvergüenza

La Guardia Civil sí usó antidisturbios desde un barco y el disparo de pelotas no fue reglamentario

El reglamento de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado determina que las pelotas de goma no pueden utilizarse a menos de 50 metros de las personas salvo en casos extremos
El ministro asegura que dejaron de disparar al agua cuando los inmigrantes estaban a 25 metros de los agentes
Las nueve muertes confirmadas se han producido por ahogamiento y en una avalancha dentro del mar
En contra de lo afirmado por el ministro en el Congreso, las imágenes demuestran que la Guardia Civil sí usó material antidisturbios no solo desde tierra sino también desde el agua. ( eldiario.es/Alejandro López)
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 Se parte el alma al leer esta atrocidad. ¿Cómo es posible que el gobierno de un país europeo occidental. "Civilizado". Respetable. Mínimamente "cristiano", según su ferviente catolicismo, al menos, pueda permitir, justificar y bendecir el homicidio de los pobres del mundo como si se tratase de una desinsectación en la trinchera de sus fronteras ...en otro país y en otro continente? 

Se parte el alma cuando se observan los rostros del Presidente, Vicepresidenta, ministros y diputados del pp. También se parte el alma cuando el resto del hemiciclo permanece sentado en sus escaños a ver qué pasa, sin salir del Congreso para vomitar y no entrar hasta que esto  dimita, con una denuncia de todas las fuerzas políticas ante Estrasburgo, La Haya y la ONU. Se parte el alma cuando los ciudadanos comprenden que están pagando de su bolsillo recortado a una caterva de personajes inhumanos,  de títeres huecos, de panesinsal, de monigotes teledirigidos en un videojuego hecho por y para cretinos, incapaces de reaccionar y decir basta. Aunque no sean mayoría absoluta ni relativa; ya no es cuestión de cantidades, sino de conciencia sí o conciencia no. Sólo porque se supone que son seres humanos y representan a millones de seres humanos que están materialmente hechos trizas, no sólo por lo que esos millones de ciudadanos están soportando bajo la dictadura del dinero, sino también con el "IVA" vergonzante de una violencia y una carencia total de ética, de inteligencia, de escrúpulos, de la más elemental compasión y de humanidad, que espanta. 

Estas señorías, que ya no saben si representan a alguien o sólo a su partido contra todos los demás, que seguramente tienen perros o gatos o pájaros enjaulados a los que cuidan con esmero y con mimo, pero que ante la muerte de un extracomunitario ni se inmutan,-¿para qué, si la vida  de la gente vale solamente lo que tenga disponible para la compra-venta del poder?- estas señorías sólo son sombras inertes, sumisas e interesadas en mantener su escaño hasta por encima de lo que el escaño significa. Sólo porque cobran y no tienen que trabajar de verdad. Porque les pagamos no sólo para que aprieten un botón en nuestro nombre y no al aire que manden sus partidos, sino para que sean la voz y el grito de nuestra conciencia social, de nuestra humanidad. Muy pocos españoles, de cualquier ideología, -sólo locos o monstruos- ante un caso como éste, habrían matado a ningún ser humano.

De todas formas ya es hora de revisar porqué sólo nos impacta el horror cuando lo sufrimos tan directamente, con la crudeza y el reportaje de lo próximo y que no nos espante en el día a día saber que nuestro país ha participado directamente en las masacres de Irak, de Afganistán o de Libia y que está dispuesto a participar en cualquier otra, ya que, gracias al dúo Gonzaguerra, forma parte de la OTAN. Y de que el propio ministro de Defensa sea fabricante y vendedor de armas letales y nadie parezca darse por enterado, y que los votantes del pp no pidan cuentas a sus voceros gobernantes. Debe ser por esa doble moralina hipócrita con que los rituales y dogmas religiosos, pero prácticamemte ateos, tapan y mantienen vivas las raíces del primitivismo y la crueldad. 
De momento aún no hemos escuchado a ningún representante oficial religioso apuntar directamente al núcleo de este crimen ni plantar cara a un gobierno que tolera, tapa y ordena tales atrocidades, mientras va a misa y a las celebraciones litúrgicas, como tampoco les hemos oído condenar la tragedia de los recortes a los discapacitados ni denunciar los desahucios ni el latrocinio de la banca, con el mismo furor escandalizado que usan contra el aborto.

¿Acaso tiene sentido emperrarse en proteger fetos sin alma mientras se abandona y se destruye a los seres que ya han nacido? ¿Qué pretenden con ese afán porque nazcan chiquillos, para luego olvidarlos, desentenderse de ellos, dejarles sin escuela pública y llevarlos a redil para abusar de su indefensión hasta llegar a decir como aquel obispo de Canarias que "hay críos que están  pidiendo que se abuse de ellos"?

Es un desastre que nuestra sociedad esté tan acostumbrada  e insensibilizada ante este imperialismo de la desvergüenza, sin comprender que es el mismo caldo de cultivo y el mismo hilo conductor el que mata inmigrantes en el mar o los destroza con las cuchillas en las fronteras, que el que quita los derechos y libertades, arruina la economía de las familias para enriquecer a su "casta" caciquil, mantiene un régimen bananero de privilegios simulando una democracia en diferido y manipula las leyes hasta ajustarlas a su negocio particular. Un régimen donde no existe justicia, ni igualdad ni compasión, donde la honestidad y la transparencia son torpeza para el negocio y falta de habilidades sociales y donde la decencia es un defecto gravísimo que impide prosperar y hacer dinero, ergo, trepar por el rocódromo del chanchullo que da el poder. 

Ninguna desgracia está aislada de las demás. No son compartimentos estancos, sino un tejido tramado con los mismos hilos y las mismas manos. 
Sólo nosotros, los ciudadanos, lo podemos cambiar, no sólo cambiando de partido al votar, sino despertando, formándonos, dialogando, preguntando, leyendo más que viendo tertulias de cacatúas televisivas a sueldo, participando activamente en el barrio, en los plenos del ayuntamiento, en las manifestaciones de protesta, en las huelgas generales y parciales, apoyando solidariamente las reivindicaciones justas aunque no nos afecten directamente, si no se paran los abusos y se solucionan las injusticias, acabarán por afectar a todos, como ahora está sucediendo cada día con más crudeza, descaro y cinismo, por parte de los que dicen gobernar, pero sólo saben oprimir y exprimirnos.

Mirad las pelis de Michael Moor, leed los libros de Chomsky, J. Pigem, José Luis Sampedro, Karl Marx, Ángel Gabilondo, Adela Cortina, José Martí, Raimon Panikkar, la autobiografía de Gandhi...no sólo novelas, sino libros sobre la economía sencilla y la ética. Reuníos para comentarlos y si estáis en el paro, con más razón, aprovechad ese tiempo para crecer inventando juntos. No nos resignemos a esta cutrez, por favor. Hay que despertarse porque nadie va hacer nuestra tarea si no la hacemos nosotros. No esperemos a que pase algo  o que alguien nos salve del naufragio, porque no pasa nada si nos resignamos y todos los "salvadores" cobran por "salvar";  hay que aprender a nadar en equipo. A ser generosos. A confiar unos en otros, más allá de "lodeshiempre". Y crear espacios de vida donde el dinero esté al servicio del hombre y el trabajo digno sea el mayor valor junto con derechos y libertades ganadas co-responsablemente unidos en el bien común. La solidaridad de los pobres conscientes es la fuente de su riqueza, contra la que el capital se estrella, precisamente porque no tienen nada que perder y les queda todo por ganar. Y porque el valor de un hombre no lo puede comprar nada inferior a él. Y menos el dinero. 
Se trata de superar el miedo como esquema frustrador del desarrollo evolutivo. Y eso sólo se puede hacer juntos porque donde uno se vendría abajo, los demás iguales le sostienen. Por algo el lema de la revolución no es la violencia ni la revancha, ni la guerra, ni el odio ni la envidia ni la división; es libertad, igualdad y fraternidad. Y no es sólo cosa de compatriotas o compis de ideología, sino de toda la humanidad. No lo olvidemos.

                                      

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               






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