Es una lástima. Y bastante triste, tener que elegir entre dos partes externas que en tu conciencia son una sola. En las dos últimas legislaturas voté por ella: la izquierda unida que deseo de todo corazón. Sus ideas son las mías fundamentalmente. Mi sociedad "ideal" es la de Karl Marx, la de Sócrates, la de Kant, la Gandhi, la de Mandela y Robert Kennedy, la de Albert Camus y Ernesto Cardenal y la de Jesús de Nazaret unidos a la izquierda de Dios Padre para amar y reconvertir en humana a la hermana diestra, siempre tan tiesa y poseedora de todas las verdades, y de todos los dineros sobre todo, lo mismo que el hermano 'impecable' del hijo pródigo, plastificado y endurecido en su virtud intocable para la piedad y la compasión que superen la limosna al pobre mejor vestido y menos sucio. Yo votaba a esa mano izquierda del amor divino. Hasta que me acerqué a ella para trabajar en la sociedad y comprendí que no es el amor a la humanidad ni su confianza en ella lo que la mueve, sino "el odio de clases". El cainismo y la intolerancia que nos mata el alma y los sentimientos humanos para convertirnos en peones del fanatismo que ha hecho una religión y un dogma inamovible con sus fijaciones.
Es imposible que funcione un proyecto de mejoras para el bien común en un caldo de cultivo lleno de insidias, chismorreos miserables, rivalidades, envidia, murmuraciones, despellejes por la espalda y sonrisas a la cara, rechazo frontal a la más mínima objeción crítca aunque sea constructiva, imposiciones manipuladoras desde arriba con menosprecio de toda democracia interna. Intromisión y juego sucio en plataformas cívicas con el fin de apoderarse de ideas e iniciativas para controlarlas desde dentro. Exclusión de todo lo que no sea "puro". Un panorama oscurísimo, que más acerca a Lenin y a Stalin que al futuro sano de una humanidad plural y respetuosa donde el bien común sea la base y el resultado, que es lo que deseo para todos.
He terminado por comprender algo que no entendía: los pocos votos que nunca han permitido que esa formación llegue a la oposición y al gobierno; no me lo explicaba conociendo su estupendo programa de gestión política. La actitud combativa y violenta sin necesidad y excluyente en todos los proyectos, de todo elemento innovador "sospechoso" de ser socialista o demasiado independiente y dialogante, me ha terminado por convencer de que ese camino no lleva a ningún sitio, es un callejón sin salida, que nunca podrá alcanzar un quorum general, porque es mentira en realidad ya en su misma definición: izquierda unida ¿qué significa? ¿unida a quién y a quiénes, si rechaza a toda la izquierda que no se somete a su disciplina de partido rígido y petrificado? Incapaz de cooperar con otra izquierda aunque sí lo haga, paradójicamente, ¡con el pp! pero no porque lo entienda y lo respete, sino para impedir que gobierne el psoe...por odio visceral puro y duro, aunque los ciudadanos se lleven la peor parte de tales asociaciones contra natura. Está lejísimos de la ciudadanía real, la desprecia si no está afiliada o es devota de su historia. Sale a la calle aprovechando el descontento y la indignación, sólo a gritar su rollo, a insultar y amenazar constantemente con un machismo que espanta ("si nos tocan las pensiones les cortamos...lo que rima" y no son las razones precisamente, "si esto no se arregla guerra, guerra, guerra", "esto pasa por no haber guillotinado nunca a nadie"); vive de segregar adrenalina contra todo, sin saber que esa hormona agota las defensas y la resistencia del sistema nervioso, además de producir confusión mental, pero es adicta a tal sustancia suprarrenal y tanto como a lo que sólo ella convoca y maneja para apoderarse de los motivos y la rabia en exclusiva, no para estar al lado de los demás sean quienes sean en su problema, sino para fagocitar lo que pueda en votos y militantes.
No me extraña que no quiera asociarse con Podemos ni con nadie que proceda del 15-M y no haya cambiado el diálogo asambleario por la posición de "¡firmes, ar!", porque la libertad de opinión y el diálogo se le atragantan y los debates entre partes distintas entre sí, le parecen una innecesaria pérdida de tiempo, lo que suele demostrar cerrándose en banda y ninguneando con excusas irrisorias. Y es una pena que programas tan coherentes y bien pensados no cuenten con la mediación y los recursos dialógicos del entendimiento y del respeto práctico por la diversidad, por criterios que no son sólo el propio y que una soberbia ideológica de tal calibre, que sólo encuentra algo igual en la curia católica, nos prive de una gran riqueza operativa y estructurada.Ya lo dijo Boff hace muchos años en su libro Iglesia, carisma y poder, donde explica las similitudes funcionales indiscutibles entre el Vaticano y el Kremlin.
A pesar de ese mundo turbio, y aunque ya no les vote más si no hay cambios importantes, sigo asistiendo a cualquier movida ciudadana que salga de su iniciativa, como voy a cualquier otra, porque me he propuesto ir a todo lo que implique solidaridad con mi prójimo maltratado sea del color que sea. Y sigo pensando que me duele muchísimo renunciar al sueño de una sociedad de izquierdas a la antigua usanza, pero que sin democracia interna, sin acogida al otro cuando su mundo no coincide con el mío, sin consultar las decisiones importantes con las asambleas y sin ver un palmo más allá de la dictadura "del pueblo", -que luego se apunta al consumismo, al despilfarro insolidario, al chanchullo y a todos los vicios del capitalismo, pero con puño en alto y cantando a las barricadas- Todas las dictaduras son horribles. Las "del pueblo" también, porque un pueblo que madurando se ha hecho libre y cívico, no necesita ser dictador de nadie ni andar trampeando y viendo enemigos hasta debajo de las sillas.
De momento, Podemos . Y esperamos seguir pudiendo cada vez más, porque he visto y comprobado en la práctica de cada desahucio impedido, de cada iniciativa solidaria, de cada empeño que se logra y consigue triunfar sobre la mugre del borreguismo, de la resignación y del miedo, que el amor desinteresado y generoso por los seres humanos, cuando se une de verdad a la causa de todos, sin barreras ni divisiones, limpio, claro y directo, con escucha y entendimiento, consigue lo que se propone. Hasta organizarse y funcionar divinamente. Y SÍ SE PUEDE!
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