martes, 4 de febrero de 2014

La Gürtel como modelo de Estado

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Un nuevo inocente en el caso Gürtel

EL PAÍS
Así lo percibimos los ciudadanos. El gürtelismo del Estado es la clave de este penoso historial, o sea, la aceptación "normal" de la irresponsabilidad que encabeza constitucionalmente el propio jefe del  mismo Estado. Una forma de entender la vida misma. Toda una filosofía del pelotazo construida a costa del erario público y del descabello de toda posibilidad de rehabilitación ética de las instituciones, que son, exactamente, el reflejo de sus integrantes: una pocilga. Un vertedero. 

En una 'democracia' todos deben ser iguales y ya que no se puede ser iguales ni ante la ley, ni en derechos, ni en libertades ni en impunidad, al menos -dicen los más viles del tinglado- seámoslo en irresponsabilidad, en meninfotismo moral. 'Democraticemos' la misma desvergüenza en ese impune aquí te pillo, y si no te compro -o bien porque no te dejas o bien porque no vale la pena gastar en ti ni cinco céntimos- aquí te aplasto, te amordazo y te desplumo en un plisplás. Y salga el sol por Antequera o por donde le convenga al negocio en comandita, unos robando, otros asegurando lo robado por medio de la 'legalización' del trinque y otros observando y tomando nota para que cuando llegue el momento la profesionalidad haga su función, y el chantaje y la complicidad, el hoy por ti mañana por mí, pongan en marcha la suya. 
Unos sustituyen a otros, cambia el maquillaje, pero nunca cambia nada de verdad. Porque lo único que podría cambiar todo, empezando por las personas, sería el despertar consciente y eso ni siquiera les suena, lo confunden con una terapia freudiana para locos; y ellos están cuerdísimos. Y además mandan con el permiso de sus engañados. ¿Cómo van a querer cambiar? ¿Qué ventaja les reportaría acabar con la corrupción que ni siquiera consideran corrupta, sino " lah inevitableh e incluzo nesezariah cloacah de la democrasia como lah siudadeh nesezitan arcantarillah para canalisáh lahs aguah residualeh (Felipe González en pleno gobierno ochentero, dixit)? Si la corrupción es esa "vidilla" que les pone y les asegura un estatus fijo en medio de la cochambre y el lumpen general que ellos mismos fomentan y cultivan ¿cómo prescindir de sus incentivantes recursos? 
Es cierto que los socialistas hicieron dimitir a los corruptos del psoe pillados in situ, pero no hubo una reflexión seria, no se vio la enfermedad del sistema, que ya era una epidemia, aquello fue como tomarse una aspirina en plena neumonía, evitando el antibiótico o el retrovírico que acabasen con la enfermedad de raíz que resulta demasiado rentable y vitalicia como para 'curarse' de ella. 
El responsable que permitió la situación y firmó los nombramientos y andaba poniendo las manos en el fuego por todas partes, -igual que ahora-  nunca lo asumió, y no sólo en corrupción económica y de 'favores' o financiación de partido, sino también en una corrupción terrorista de Estado, de la que nadie habla nunca o casi. Como en el caso GAL. Si Willy Brandt, el modelo y amigo que inspiró a los socialdemócratas españoles, dimitió como canciller y cabeza de su partido, "sólo" porque su secretaria personal tenía un novio del Berlín Este, -antes de la caída del muro, obviamente- y él no lo sabía...está claro que a nuestra 'casta' ideológico-gestora, - de praxis política, no hablemos, porque la liamos- le queda un trecho para dar la talla como gobernantes, pedirles una seria reflexión, un mea culpa colectivo, es como pedirles la Luna e incluso algo más difícil aún. Por dinero y poder quizás fuesen capaces de traerla a la Tierra y hacer con ella un parque temático en cualquier secarral de La Mancha, de Almería o de Los Monegros en comandita con la NASA y Adelson, al pp no se le pone nada por delante ahora que todo el tablero del ajedrez está a su disposición después del jaque mate a la ciudadanía y a la democracia verdadera. 

Cuando el Juez Garzón quiso desmantelar la Gürtel, intuyendo lo que había detrás, gobernaban los socialistas, pero ellos, siempre tan prudentes y tolerantes, no movieron pestaña para facilitar la investigación ni proteger la independencia del magistrado. Pasaron de puntillas y sin hacer ruido sobre "el respeto" a una justicia que se comportó con la omertà de una banda mafiosa. No hicieron nada. ¿Por qué?, porque si movían prenda saldrían de las catacumbas los baúles cargados de la basura rancia sin revisar. Y ahí nació el mantra amenazante que tapona el buen gobierno y la decencia de las instituciones: Y tú mahs. 

Para que se produjese ese acto de refundación de la decencia que hoy sugiere Iñaki en el video-foro, el psoe, que debería ser el ejemplo ético más notorio, porque al pp no se le puede pedir lo que no puede dar, algo que ni siquiera  entiende, debería hacer un cambio radical y sentando un precedente ejemplar, conseguir que Felipe González confiese públicamente las pifias estrepitosas y silenciadas, que él y sus cómplices de entonces pidiesen perdón a los ciudadanos y a los miembros de su partido y a continuación renunciasen a llamarse socialistas porque se han dado cuenta de que no merecen ni ese nombre ni ese carnet. Que dejasen de aparecer como paradigmas 'históricos' porque han gobernado muchos años, sin comprender los daños éticos y políticos que hicieron pensando ser una maravilla, porque una mayoría absoluta de votantes que jamás supieron qué es el socialismo les daban millones de votos a cambio de comparar el nuevo régimen precario, pero mucho mejor que lo que conocían, con la dictadura tan reciente. Deberían pedir perdón, sí, por haber seguido llamándose lo que nunca fueron: socialistas de verdad, algo imposible cuando se arrincona el mensaje de Marx acusándolo de obsoleto y se van haciendo chapuzas con buena voluntad social a base de subvenciones, pero sin un rumbo que certificase la laicidad y aconfesionalidad del Estado, ni la aspiración social a convertirse en una república federal, que acabe con la ruina insostenible de las autonomías y con el anacronismo ruinoso de una monarquía ortopédica, ilegítima, impuesta como una férula, por el chantaje del miedo "orgánico-franquista" de la ultraderecha, y sin una pedagogía social y profunda, que orientase la decencia y la ética de todos, y mientras tanto económicamente, sin pensar ni dar forma a otras alternativas, alegremente, se echaban en brazos del más devastador euro-neoliberalismo, que en sí mismo es ya corrupción por su servidumbre al oligopolio del capital globalizado, y que ahora nos tiene secuestrados con una deuda pública provocada por las deudas privadas de la misma banca que ha expoliado el patrimonio de la ciudadanía con el fraude, primero, y con la plaga de los desahucios como remate, y encima, rescatada por el mismo Estado que está arruinando de común acuerdo con un sistema de gobierno que se lo pone en bandeja, porque saca tajada del enjuague.

Si el psoe de Patxi López, de Madina, de Susana Díaz, de Soraya Rodríguez, de Jesús Ros, de Luna, de Ángel Gabilondo, de Pepe Segovia y de tantos estupendos socialistas convencidos y con el corazón a la altura de la cabeza y la lucidez a la altura de la ética, consiguiesen algo así, entonces se acabaría para siempre el mantra diabólico del 'y tú másh', se disolvería el tapón de porquería que atasca el desagüe y se habría recuperado la fuerza moral de los cien años de honradez del viejo Pablo Iglesias, del viejo Marcelino Camacho y del viejo Nicolás Redondo, hombres ejemplares que se dejaron la piel y la vida en el empeño utópico imprescindible por un mundo mejor. Ese gesto y esa acción pondrían las cosas en su sitio y se recuperaría la fuerza moral, la auctoritas ética que dejaría en evidencia la bajísima catadura del pp, que jamás haría algo así, porque acabarían en la cárcel todos los miembros ejecutivos de ese partido y esa misma evidencia del negacionismo y la opacidad sería su rápido final, como ya lo está siendo pero a cámara lenta y con daños terribles colaterales para los ciudadanos españoles, y el empujón para refundarse también, después de revisar los archivos, albaranes, shobres y facturas impagadas a la Justicia, ante la luz implacable de la evidencia real. 

Mientras algo así no suceda en los partidos 'imputados' por el fatídico "y tú másh", seguiremos cada día soportando indecencias inevitables como la de hoy con Cascos como protagonista de una trapishonda mash, en un Estado de derechos torcidos, donde la solución a una Jefatura del Estado, protésica, apuntalada y en ruinas, consiste simplemente en profesionalizar el caché couchè de reinas y princesas herederas, con un sueldo millonario para que vayan ahorrando por lo que pueda pasar en un futuro, quizás más presente  de lo que les gustaría a sus malestades. Y desde luego, todo el pack real, a costa de despidos, de congelaciones de sueldos, de la noinversión del Estado en la mejora del problema, a costa de escuelas públicas en barracones, de repagos y requetepagos, de la pérdida de viviendas sin posible dación en pago, que deberán seguir pagándose hasta desde el más allá, porque en el más acá se han quedado a cero los recursos. 

Si el Jefe del Estado representase y apreciase a los españoles no habría firmado ni un sólo real decreto para damnificarles ni habría aceptado un horror 'legal' como el que se nos está imponiendo, pero no ha dicho ni pío, ni se le ha visto acudir a parar ningún desahucio ni ofrecer sus palacios varios para acoger a las familias sin hogar, a pesar de que esos palacios los pagan los españoles. Son propiedad de la ciudadanía que gentilmente permite a los reyes ocuparlos en usufructo, mientras trabajen para servir al pueblo que les mantiene. Pero servir al pueblo no es vivir como un marajá a costa de su ruina, yéndose de farra cuando debería estar pendiente de sus obligaciones por humanidad solidaria y verdadera nobleza, compartiendo los problemas, las dificultades, las aspiraciones más justas, su dolor y sus tareas, viviendo  con modestia y acudiendo como uno más, a la llamada humanitaria de los buenos sentimientos, de la compasión y la responsabilidad de Estado hacia el bien común. Y cuando los poderes estatales no cumplen sus funciones básicas, se corrompen y se contaminan juntos, tener el valor y la responsabilidad de convocarlos y recordarles su deber y proteger a sus conciudadanos del poder usado como mafia clientelista y prebenda de lujo. Eso debería ser un Jefe de Estado. Si hay que disolver parlamentos tóxicos, se disuelven, si hay que nombrar un gobierno de crisis formado por los más capacitados en emergencias sociales y económicas, porque el equipo que gobierna ni da una, pues se hace sin miedo y con responsabilidad de estadista, que para eso se le paga. Así que un Estado sin jefe competente, ni lúcido ni ético, sólo es el corredor de la muerte para la democracia, la igualdad y la justicia. Tal caput capitum  fuera de tiesto y de contexto no puede ser árbitro de la misma calamidad que es cómplice de su ineficacia y de sus abusos.

Esos deberes, sí que son los imprescindibles, mucho más que los del FMI y el rating de marras, -es más, haciéndolos bien, es casi imposible tener que hacer los del FMI,- pero en esta escuela estatal del trinque monipodio nadie los quiere hacer. Todo son excusas; como aprendices de gobernantes son muy torpes, perezosos, lentos en comprender, irresponsables, muy vagos, parlanchines, caóticos, superficiales, prepotentes, pendencieros entre sí y muy desvergonzados aceptando sueldos altísimos sacados de exprimir a los más pobres. Por eso suspenden constantemente en Educación Ciudadana, en Ética y en Dignidad. Por eso nadie, salvo ellos y sus beneficiados, quiere este Estado gürteliforme, tal y como está. Por eso Cataluña se quiere cambiar de escuela. Y el resto de españoles también.

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