miércoles, 28 de agosto de 2013

Jolín, con los portavoces...

“Las consecuencias de la República llevaron a un millón de muertos”

El portavoz adjunto del PP en el Congreso, Rafael Hernando, equipara la bandera franquista con la republicana.
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Por favor, señor Hernando, estudie Historia y deje de repetir lo que escuchó en casa y en el cole del Opus como si fuese el dogma de la Encarnación. La guerra civil no fue una "consecuencia  de la República", sino la trampa mortal que impidió  cambiar el rumbo y la incultura abisal de nuestro pobre y machacado país.

La causa de la guerra fue la no aceptación de las nuevas formas sociales y necesidades justas, por parte de una oligarquía irredenta, egoísta, sabihonda y redicha, pero inculta, ciega social e incapaz de ver detrás de lo aparente. Mediocre y ramplona. Justamente como ahora, que  está repitiendo el mismo rol. Como si los setenta y siete años de distancia no hubiesen pasado y ustedes fuesen la reencarnación de los mismos perros con los mismos collares y el mismo ladrido ,porque ni siquiera les han enseñado ni se han dado cuenta de que ya no se lleva ese modelo ni los mantras encajan con la realidad desde el fin de la segunda guerra mundial.

La derecha de entonces, como la de ahora, no quiso aceptar los votos de la mayoría democrática y se negó a cumplir las leyes, como la reforma agraria o la de educación o el nuevo código civil, que les parecían unas innovaciones escandalosas, como ahora lo ha sido la ley de la igualdad, la del aborto, la de la memoria histórica o la educación para la ciudadanía en la escuela pública, que como ahora, se deseaba laica y aconfesional. Y como no se conocían otros medios para hacerse escuchar, -tenga usted en cuenta que no había habido jamás ningún periodo de historia civilizada ni democrática en nuestra España cañí, de dar caña, of course- se dedicó al pistolerismo y a la intimidación de los líderes y responsables políticos. También brazo en alto, como ahora, al estilo nazi-falangista. Viendo enemigos por todas partes que querían quitarle sus privilegios ancestrales, su caciquismo y su enjuague connatural. Esa cerrazón creó una tensión terrible y un miedo mutuo; un rechazo y una incapacidad para dialogar, una disciplina que a los españoles nos resulta difícil y dolorosa porque la escucha es signo de madurez democrática, ética y cívica, y eso todavía hoy es casi imposible de disfrutar entre nosotros. Sólo hay que ver los programas de "debate", por llamarles de algún modo, en la tele. Y sin ir más lejos, basta como muestra el video de La 4,  en el que usted, señor Hernando, en puro paroxismo es incapaz de parar, de respirar y pensar, mirando con angustia, estrés y tensión in crescendo al periodista, como si fuese la guillotina. Porque le atenaza el miedo a que le desbaraten el argumento con preguntas a las que no sabría responder porque nunca se las ha planteado usted mismo. Sólo conoce con seguridad la idea fija y standard que llevan ustedes esculpida en genes y neuronas por generaciones. Heredada de padres a hijos como la finca andaluza, los huertos de naranjos y chufas, o la dehesa extremeña. O el pazo gallego. O la masía de CyU. Y cuando alguien les pone en un brete que hace pensar, ustedes se descomponen por la falta de costumbre. Es natural. La inteligencia y la capacidad de comprensión, además de heredarse, se aumentan o disminuyen con el entorno y ambiente educacional, que suele retroalimentarse con la genética y la inercia conductual derivada de ella. El pp es un caso de libro de psiquiatría y de psicología clínica. Se aprende mucho de él observándolo como referencia histórica e histérica, y como aviso, para no caer en lo mismo, que nadie está libre de riesgos y contagios disfuncionales, para tirar la primera piedra ; el "eshpañolishmo" agudo es un factor muy peligroso: puede degenerar en crónico y hundir lo poco que nos queda, como sociedad, de sano y lúcido.

Volviendo a la historia, lo cierto es que ni la población ni los dirigentes, nada experimentados en democracia práctica, se hacían con un método adecuado para entenderse desde las diversas posturas ideológicas con aquella derecha encastillada en su miedo y en su soberbia, por un lado y una población mayoritaria hambrienta, abandonada, analfabeta y encendida por la injusticia de su condición y las nuevas ideas democráticas y liberadoras de tabúes. 

Al fracasar cada intento de acercamiento de la izquierda, la derecha lo tuvo clarísimo, decidió rebelarse y minar la confianza de los ciudadanos en el nuevo estilo de sociedad. Lo mismo que el pp minó la confianza en el gobierno del PSOE, desde el momento en que perdió las elecciones de 2004, por el asunto de Irak-11M. Es el estilo de la casa ppera. Y del fascio en general. Mussolini, Franco, Hitler y Berlusconi han recurrido a los mismos métodos desestabilizadores para crear el caos y poder establecer "su" particular concepto del "orden"; por la vía democrática nunca lo conseguirían, por eso necesitan el factor desorden, calumnia, amenaza, desestabilización y miedo. A todo. Así imponen lo que ellos/ustedes llaman "autoridad" y el resto de ciudadanos reconocen como tiranía o dictadura. 

La fractura social era un hecho. Como siempre y hasta entonces venía sucediendo en España, pero esta vez, el pueblo ya aplastado históricamente, se negó a aceptar de nuevo la tiranía de otro golpe militar. Y apoyó al Gobierno legítimo elegido en las urnas. No fue la República la que inició el baño de sangre sino los "salvadores" de su modo de entender "la patria" de todos, que ellos pensaban como suya en propiedad. Tal que el cortijo de papá.
El alzamiento en armas de una minoría contra una mayoría absoluta, con la previa desestabilización terrorista por parte de sus "juventudes" es una traición al país. Y una absoluta falta de respeto y de adaptación al momento histórico.

Cuando faltan razones inteligentes que convenzan se recurre a las armas que matan, silencian y amedrentan. Y eso fue lo que hizo la derecha con Franco como director de la maniobra, que primero se unió a los generales republicanos, para hacerse con su confianza y después les mandó al otro barrio sin contemplaciones, cuando vio que Mola y Sanjurjo pretendían que una vez normalizada la situación política, continuase la República elegida en las urnas por una mayoría ciudadana. Así el general gallego se hizo con el poder absoluto, apoyado por una minoría más que relativa, oligárquica, y sobre una mayoría absoluta pero agredida y desorientada, sometida a bombardeos criminales y de entrenamiento por la Legión Condor y por las brigadas fascistas de la Italia de Mussolini y del conde Ciano. Con un gobierno republicano que no deseaba la guerra sino que estaba desconcertado y desfondado y necesitaba que aquel disparate terminase cuanto antes. Al contrario que Franco, que hizo un plan de exterminio a largo plazo, que consistió en arrasar España para matar toda aspiración de libertad, derechos y democracia, que eran los enemigos encarnizados del joven sin escrúpulos y ambicioso general. Esto lo comentó varias veces él mismo e incluso lo escribió en alguna carta a sus subordinados más cercanos, como si hubiese descubierto la pólvora y el genio de la estrategia.
Sólo a un país medio muerto y aterrorizado, se le puede lavar el cerebro para siempre llenando de miedo irracional el inconsciente colectivo. Reduciéndolo a la simple acción-reacción animal para sobrevivir. Y sobre ello construir "un nuevo orden" de marionetas teledirigidas y avergonzadas por pensar algo distinto de la masa adepta. Era tristísimo escuchar a los "arrepentidos" forzosos, reconocer suspirando, con un hilo de voz y los ojos húmedos mirando al vacío, que "se habían equivocado"...de bando...Éso era el objetivo final del tirano. El mismo que el de Stalin, cuando los condenados a muerte por disidencia, lloraban de arrepentimiento y alaban al monstruo mientras morían felices por haber descubierto su error y poder arrepentirse para dar ejemplo.

Pudo terminar la guerra a finales del 36, porque el Gobierno republicano estaba sin recursos y por eso recibió la ayuda de las brigadas internacionales y de la Unión Soviética y se llevó a los niños cuyas familias querían salvarles del hambre, la enfermedad y el exterminio. Madrid se hubiese rendido en dos meses, fue cercada y bombardeada sin piedad, la gente se moría por la calle de hambre y de sed. Lo mismo oacurrió en Bilbao o en Extremadura, donde se asesinaba hasta a los tontos del pueblo si les descubrían un moretón en un hombro, porque eso significaba, según ellos, que habían estado disparando contra "el bien" desde la trinchera del "mal". Pero el gallego empecinado en no dejar piedra sobre piedra, decidió no avanzar hacia Madrid directamente, desde Andalucía, sino rodear por Extremadura -dejándola como la palma dela mano- hacia Salamanca y dejar que las zonas rebeldes de la Mancha y Madrid se castigasen y desgastasen por completo; para ello dejó morir a los refugiados en el Alcázar de Toledo como animales abandonados y dinamitados por las tropas leales a la República, como también se negó al canje de José Antonio Primo de Rivera, por el hijo de Largo Caballero, dejándole morir; daba la "casualidad" que José Antonio estaba completamente en contra de aquel levantamiento convertido en masacre fratricida y así lo manifestó en varias cartas al Presidente de la República y al ministerio de la Guerra, como se llamaba entonces el Ministerio de Defensa.

España se convirtió en el campo experimental de un loco genocida y megalómano, que la dejó como un cementerio, creyéndose un héroe bendecido por diosh, como Aznar y su sueño paranoico, con ese millón de muertos al que hace alusión el portavoz ppero de turno. Desoyendo las ofertas de armisticio, de final de las hostilidades y yendo a su puñetera bola, hasta que no quedó, literalmente, títere con cabeza.
Y no paró la cosa ahí, sino que una vez publicado el final del crimen con este comunicado:"En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado.El Generalísimo Franco.Burgos 1º abril 1939",comenzó el progrom y  el apartheid;  continuó la masacre de los fusilamientos de juicio sumarísimo por ojeriza,por envidias rastreras, por lindes de las tierras, por miseria y calumnias, por rencor personal; cualquier facha, pseudofacha o falangista de nuevo cuño para salvar el pellejo, tenía la potestad de ir personalmente a casa de sus antagonistas ideológicos y llevarlos al paredón para quedarse con sus casas y bienes. Y eso durante años de "paz". A las mujeres de "rojos" o "rojas" por sí mismas, o sea, capaces de pensar en las diferencias entre tiranía y libertad, o entre justicia y opresión, se las obligaba a beber aceite de ricino, se las rapaba al cero y se las encarcelaba con sus hijos pequeños, por ser viudas y huérfanos de "rojo". A los maestros "rojos" se les castigaba y deportaba a las zonas más alejadas de su tierra de origen. Se les llamaba "los postergados" y eran miles. En el pueblo donde mi madre ejerció cinco años como maestra, ya casi en el Valle de Alcudia, era la única titular por oposición y plaza normal. El resto de profesores eran bastante mayores y venían de Levante, de Madrid, de Zaragoza y Barbastro, de Castilla la Vieja y de Santander. Todo esto lo vi y lo viví bien de cerca en mi infancia, y eso que en mi casa eran de derechas de toda la vida, de rosario y comunión diaria. Nada sospechosos de rojez. Y hasta con muerto heroico de falange.

Como muy bien apuntaba José María Gironella en su trilogía, (Los cipreses creen en Dios, Un millón de muertos y Ha estallado la paz) no fue sólo un millón de muertos, fueron muchos más, porque además de muerte física está la muerte de la esperanza, la muerte de la dignidad de todo hijo de Dios o sea , de todo ser humano. La muerte como asesinato del alma por los que dicen creer en ese Dios al que ignoran en realidad porque desconocen la compasión y la justicia y donde deberían llevar el amor que dicen conocer por el catecismo, llevan un talonario de cheques, un rosario de mentiras argumentales y un ego enfermo de dimensiones catedralicias. Cruel y capaz de las mayores barbaridades justificadas bajo palio eclesial y dogma fanático. A piñón fijo.

En cuanto al tema de las banderas y los símbolos, hay que aclarar algunas cosas. La bandera republicana, nació del pueblo, representa la voluntad de todos,  la bandera franquista es la prolongación de la monarquía secular que nunca elegimos y siempre se nos impuso sin preguntarnos y que a su vez se prolongó en símbolo de una dictadura asesina y castradora social para terminar donde empezó, en el mismo enjuague monárquico que tampoco se ha elegido, sino que ha venido impuesto por la voluntad del dictador, pactado por los pusilánimes "padres" de la transición, y que nuestros hijos y nietos no tienen porqué seguir soportando ya que no les han preguntado aún si quieren o no el mismo régimen que convierte a los españoles en emigrantes y exiliados culturales e ideológicos. Igual que en la dictadura. Como es el caso de tres de mis hijos y mis nietos en Alemania, huyendo de la quema ppera, para poder trabajar dignamente con la preparación que recibieron en una España democrática y con libres oportunidades y con becas estupendas y enseñanza pública, que gracias al estado de igualdad que estableció el Presidente Suárez y la Constitución, les permitieron estudiar brillantemente y con un nivel estupendo.  Siendo ocho hermanos, con el plan de Wert y Rajoy, es posible que no hubiesen podido pasar de la escuela primaria. Gracias a Dios les tocó el "derroche" social  del CDS y del PSOE, con el paréntesis de Aznar de por medio. Los que aún no se han ido están soportando un sistema atroz de trabajo y de derechos. No sé hasta cuando aguantarán. Me pregunto si es que España deberá quedarse sólo con los retrasados culturales, con los ineptos que gobiernan y con los incapaces que les obedecen y aplauden. Y así ser la perfecta criada de hotel turístico gobernada por el brazo en alto y envuelta en el sudario rojo y gualda del analfabetismo histórico, político, ético y social. Por no decir cultural y espiritual. La cultura no es sólo la noticia del conocimiento, sino la profundización y asimilación de él. Y el espíritu no es la rutina religiosa, sino la práctica normal de la bondad inteligente y la lucidez que la acompaña.

Sería muy interesante que los miembros del pp que deben hablar en público dispusieran de la suficiente cultura histórica y honestidad intelectual; más que nada para no hacer el ridículo y no funcionar desde el tópico heredado. Además de estudiar sólo derecho y carreras técnicas, a un servidor público que trabaja de representante institucional le convendría leer algo más que el ABC o la Razón.

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