miércoles, 31 de octubre de 2012

Inexplicable

¿Qué haría un gobierno democrático y elegido libremente por los ciudadanos, si de repente, una invasión enemiga entrase a saco en el País, se apoderase del Palacio Real, del Congreso, del Palacio de la Presidencia de Gobierno, del Banco Nacional, de los medios de comunicación y comenzase a dictar leyes desposeyendo a los ciudadanos de sus derechos, amenazando a cualquiera que piense algo que haga pensar a otros, haciendo mobbing a los incómodos por trabajadores, inteligentes y eficaces y promocionando a los más torpes e inútiles, y por eso, manejables, imponiendo normas draconianas para esclavizar a los ciudadanos, se recortasen los sueldos, suprimiesen los servicios públicos cediéndolos a empresas privadas amigas o propiedad directa  de los invasores, se subiesen los impuestos a los parados y se premiase con desgravaciones fiscales a los evasores y ladrones bancarios? 

a) Si obedeciese a pies juntillas los dictados de los invasores ¿sería un gobierno legítimo? ¿sería el verdadero representante de esos votantes que confiaron en él para que evitase la invasión?

b) Si mientras los invasores se cepillan directamente los recursos y hacen imposibles las soluciones, ¿qué deberían hacer ese gobierno y ese jefe del Estado?

c) Si el único recurso que quedase para defender los derechos fuese el Poder Judicial ¿qué tendría éste que hacer para paliar la situación?

d) Si entre pitos y flautas ningún poder, de los tres básicos: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, fuese capaz de hacer nada mientras el País se derrumba, ¿qué deberían hacer las personas involucradas en esos poderes? ¿Seguir cobrando cada mes lo que el invasor les destine como sueldo y hacer la vista gorda como si todo fuese normal? ¿Renunciar a sus cargos públicos, dimitir y ponerse al servicio de los movimientos ciudadanos resistentes a la invasión?

Ahí quedan estas preguntas. Piensa, reflexiona, despierta y actúa pensando en el bien común, no te bloquees sólo en tu problema por muy grave que sea.  Todos formamos un mismo tejido humano. Todos somos útiles de muchas maneras. El espacio que no llenan los decentes lo acaban ocupando los indecentes. Que tu preocupación por sobrevivir no te lleve a que te aplasten, te aíslen ni a que te inutilicen con el miedo y la amenaza. Ésa es su estrategia. Y la nuestra, liberarnos de ella y de ellos. No sólo con indignación, sino aprendiendo a canalizarla; el bien propio y aislado es un bien falso, porque es limitado y acaba por volverse contra uno mismo, segregándole de la vida porque se olvida del bien global y si arruina a los consumidores de sus productos ¿quién se los comprará?; no se puede ser feliz y pleno en un mundo lleno de horrores y degradación sin acabar fatal a medio y largo plazo. La contaminación y la enfermedad ya están aseguradas en el propio egoísmo. En cambio el bien común es también el bien propio, enriquece a todos, es prosperidad para todos y equilibrio para todos. Es salud a corto, a medio y a largo plazo. Y además, produce un bienestar interno que los segregadores por sus propios intereses y apegos, no disfrutan jamás.

Sólo el bien común basado en el equilibrio entre el Planeta y la humanidad, puede garantizar el bienestar y evitar que un invasor por muy poderoso que sea, domine un pueblo y a sus ciudadanos.

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