martes, 30 de octubre de 2012

Para viejos esquilmados y re-pagantes, of course. España siempre ha sido tan retro...


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Pues va a ser que como siempre, nuestro amigo mañanero, Don Iñaki, da en el centro de la diana clarividente y avisa sobre el papelón que se presenta ante Mariano Manospodadoras y el concepto recortable "quitaynopongas" robocob,  que tiene como programa(?) de gobierno(¡?). España entera está con el alma en vilo y viendo lo que hay, puesta en lo peor. Zafia, automatizada, hueca y bamboleante en su puedo y no quiero o no quiero aunque pueda, la timba que nos maneja vidas laborales, haciendas y retribuciones, presenta una economía de talla anoréxica, o sea , una 36, para unas dimensiones de talla 48. Es decir, un imposible físico, químico y metafísico. Un aporía irresoluble. No se pueden servir a dos señores sin traicionar a uno de ellos, dice Jesús de Nazareth, que al parecer y leer, conocía el percal humano mucho mejor que los que tratan de gestionarle el Evangelio en valija diplomática. Es decir, si sirves a la ciudadanía que te ha votado para salir de un agujero negro, no puedes en absoluto servir al mismo tiempo a los creadores de ese agujero, o sea, tienes que decirles que no, que no puedes ir contra los que te han llevado al poder para que defiendas y les cubras los derechos humanos más básicos, frente a cualquier invasor o atacante. Si sirves ciegamente a los creadores del agujero negro e incluso perteneces y estás en manos de los grupos especuladores que han creado el caos de las negruras, no estás en condiciones de ser fiel a tu base electoral. Y si además resulta, que no se tiene ni puñetera idea de  "gobernar como dios manda ni de hacer lo que hay que hacer",  el hecho de que se siga ejerciendo un cargo que desborda y demuestra la propia incapacidad gestora y resolutiva es un verdadero peligro, no sólo para la democracia y la economía, sino para la supervivencia de una población cada vez más numerosa, en estado precario y casi mendicante. Si Rajoy tocase las pensiones, no sólo habría traicionado al señor más importante que debería servir, sino que firmaría para siempre el decreto de extinción y la razón de ser de su cargo y de su partido. 
En la escala de valores políticos ese grupo ignorante, garrulo e inhumano de orcos y gremlims con el caché cotizable de teleñecos, quedaría erradicado por siempre de cualquier posibilidad de retorno. 
O Mariano cambia de ruta ya y se enfrenta a la banca "amiga" y a los defraudadores de la "familia" y deja claras las cuentas en rojo y vacías y desde ese punto comienza a subirles impuestos, despojarlas de lo robado (dineros, sueldos y recompensas escandalosos y casas rapiñadas) y a pedirles cuentas, no sólo numéricas, sino penales, o tendrá que dimitir sin dilación y por procedimiento urgentísimo. 
Como el sector político mayoritario en el Parlamento, al parecer y la jefatura del Estado, con el mismo oficio y beneficio, corporativamente , no parecen estar por la labor, mucho nos tememos que deberán ser la ciudadanía, el poder Judicial y las fuerzas del orden, quienes fuercen a los piratas, con la Ley, la Lógica, el Civismo y la Constitución en la mano, a abandonar la isla del tesoro, ya que una vez esquilmados los cofres, no queda nada más con qué arramblar y no tiene sentido que  sigan la marcha hacia el abismo, como flautistas de Hamelin, con el pueblo arrastrado, engañado y pisoteado.
No es una subversión, ni un golpe bananero. Es la recuperación de la dignidad y de los derechos humanos. La salida airosa y más noble sería la intervención del Jefe del Estado dando por finalizada la legislatura y disolviendo las cámaras. Nombrar un gobierno de emergencia y hacer un referéndum que reforme el Estado y lo acomode a las circunstancias actuales. Que cada uno cargue con las responsabilidades que corresponden a cargo que ha querido asumir libremente y que si no lo hace así, rinda cuentas a los gobernados y a las instituciones del Estado, como la Jefatura del mismo y el Poder Judicial, que son y deben ser apolíticas y sostenedoras del bien común por encima de intereses de cualquier tipo, especialmente religiosos, económicos e ideologías partidistas.

Claro que para eso se necesita un Jefe de Estado y un Poder Judicial a la altura de tal desafío. ¿Lo están? Los acontecimientos, hasta ahora no lo han confirmado. Ojalá lo hagan.

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