El #25S, según el periodista Tim Pool::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Las épocas difíciles lo son para quienes más sufren y para quienes tienen conciencia y pretenden un mundo mejor; sin embargo son una oportunidad de oro para la picaresca sin escrúpulos. Para los avispados que "no necesitan" ir a la escuela porque son mucho más "inteligentes" que los maestros y eso les aburre. Qué paradoja.
En realidad lo que son es mucho más pícaros y suelen padecer un bloqueo psico-emotivo que les impide tener conciencia y les acerca peligrosamente a la frialdad del sociópata. Esa circunstancia puede ser efecto de una falta de educación racional-emotiva en la familia. Quizás uno no nació ni fue concebido por amor sino por casualidad. Y por eso debió regularse a sí mismo. Quizás se le proporcionaron videojuegos y artilugios cibernéticos en las mismas cucharadas de la papilla sintética que le daban en la guardería o una madre siempre acelerada y con prisas por atender tres trabajos a la vez, que les permitiesen pagarse el coche, la gasolina, el pavo de acción de gracias, las Nike de doscientos euros y la cocacola. Y así pasito a paso se gesta el periodista self made. El Indiana Jones de la supervivencia picaresca, que disfraza de neutralidad su indiferencia privada de cualquier signo humano y su avidez por la pasta, que es, en el fondo la misma que alienta en banqueros y tiburones de las finanzas. Ellos también fueron mucho más "listos" que los premios Nobel de la economía, mucho más listos que Keynes, que Stiglitz o que Krugman ; tampoco necesitaron formarse intelectualmente, ni educar sus instintos, sino agudizarlos, aplicando la mente humana a las conductas depredadoras animales y canalizadas hacia el lucro y la avidez sin pensar en nada más que en su supervivencia y en su ego triunfante por encima de los que se han esforzado y trabajado sobre sí mismos. Por eso se arriman a las ruinas humanas, que para ellos son "una oportunidad" donde lucirse con precisión artesanal y frialdad Norman Bates fashion -lo mismo les da conseguir un Pulitzer por filmar en directo y a sangre fría, la muerte de una niña en el desierto que todas miserias del mundo a su alrededor- y cobrar un pastón por ello.
En ningún momento el tipo afirma algo que le relacione con la solidaridad ni la empatía ni la compasión, sólo que también ha cobrado de las ONGs miles de dólares, mientras sus amigos que estudiaron están en el paro y pagando aún los plazos de sus tasas académicas a trancas y barrancas. En ningún momento se plantea que sea horrible vivir en una sociedad donde eso sucede, ni como se ha llegado a ese nivel de monstruosidad ni qué podría hacer él -ya que es tan "inteligente"- para que las cosas fuesen menos terribles, al menos en su entorno. Sólo pegado a su Smartphon y a su cámara con la misma pericia del homo habilis manejando el hacha de sílex y trepando a los árboles para conseguir la pieza mejor, igual que cualquier homínido ancestral buscaba el alimento, mientras la compañera que le sigue a todas partes por instinto imitador, le sujeta los bártulos en un síndrome agudo de abducción regresiva hacia la noche de los tiempos y el machismo irredento de un superman de chabola.
Bueno, por fin, en la España de lo cutre este héroe de la cutreidad ha tenido su minuto de gloria mediática a cargo de uno de los periódicos más importantes.
Lo triste es que un diario como El País caiga en la demagogia de la noticia vacía, en el panegírico informativo de tipejos sin escrúpulos ni gota de inteligencia emocional y los intente vender como paradigmas de la profesionalidad free lance y como las lumbreras de la generación sin futuro. Está claro porqué no puede tener futuro una cosa de ese nivel. El Planeta en tales manos duraría menos que un caramelo en la puerta de una escuela. Mientras sobreviven como las hienas y los buitres: de los despojos del dolor y el sufrimiento humanos. Por las miserables y jugosas treinta monedas de todos los Judas de la especie. Y atados por las cadenas de siempre, que ellos llaman libertad y autonomía. Ni ellos podrían llegar a más ni El País a menos.
Repito el video sobre "los mediocres" que canta y toca la banda Sotaelgrau. Su mensaje tiene mucho interés antropológico. Creo que para esta noticia es la banda sonora perfecta. Quizás la forma más limpia y positiva de hacer periodismo de vanguardia por parte de una generación que no se resigna a que le quiten el futuro comprándole al alma e hipotecándole la vida a cambio de una videoconsola, de freirse las neuronas metiéndose de todo o del último grito en tecnología teledirigida como único dios contante y rampante.
La tecnología y la información están al servicio del sano desarrollo del hombre, no para ser sus controladoras y directoras mentales y "espirituales". Lo mismo que el dinero, la cultura, los partidos, las instituciones, la ciencia, el periodismo, el arte, la filosofía o la religión. Todo ello son herramientas de evolución, disciplinas constructivas, no yugos ni esclavitudes. Sólo la conciencia, el alma y el espíritu tienen capacidad para gobernar el desarrollo humano y preservarlo de la autodestrucción. La ruptura entre la psicoemocionalidad y las potencias superiores de nuestro intelecto (alma, conciencia y espíritu), nos hace mediocres y peligrosos para la propia especie.
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