lunes, 2 de diciembre de 2013

Se puede elegir


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No es país para viejos... ni para jóvenes

EL PAÍS
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La cosa parece que, en  tiempos tan crueles y torpes, va más por ser ricos o pobres, que jóvenes o viejos. Ahora mismo la pedagogía ideológica de los que dirigen el cotarro se ha saltado los listones de la edad y planea sobre el bolsillo, las posesiones y los capitales colocados en paraísos fiscales. La realidad demoscópica se empeña en medir los años de la ciudadanía, pero la realidad de la pasta es completamente ajena a los años que tengan las personas. Un joven hijo y heredero de un viejo forrado tendrá un futuro cómodo, seguro y feliz. Un viejo/a con hijos sin futuro porque los padres no han conseguido dejarles una herencia sustanciosa, tendrán que compartir su exigua pensión con  sus descendientes privados de futuro y de presente, acompañados además de parejas, descendencia y avales paterno/maternos para poder adquir una hipoteca-vivienda, que en cualquier momento puede derivar en desahucio para el hijo y para el padre/madre. 
En realidad nuestro problema real más que económico, político y gestor, es ético y de mal vivir, habiendo pensado durante años que disfrutábamos un estado de bienestar. Tenemos tal confusión y tal mogollón racional-emotivo, tal miedo a todo y una autoestima cívica tan baja, que no vemos nada más que la punta del iceberg. Las noticias nos dan datos que no hacen más que confundirnos y marearnos más todavía. Alteran nuestra percepción y nuestro equilibrio, nos quedamos perdidos en una inmensidad burocrática sin pies ni cabeza, que en cada oficina te dice una cosa distinta, que en cada diagnóstico económico va por su lado. En ese descontrol caótico que sólo produce miedo e indefensión, se diluyen los principios morales, la iniciativa personal y la lucidez. Así resulta que un país se quedará siendo realmente para "listos" y especuladores sin escrúpulos, capaces de venderse al mismo diablo para asegurarse una supervivencia verdaderamente Super. Porque no hay término medio. O te haces millonario o acabas como un homeland, aunque hayas tenido una profesión digna, un trabajo honorable y hayas vivido bastante bien. Porque al llegar a viejo y acabar tu vida laboral, te encontarás que tu pensión ha sido saqueada por la mano culpable de gobiernos ladrones de la caja social. Te encontrarás con que el plan de pensiones que te prometía una aportación mensual de 1200 euros al mes, la "crisis" de tu banco 'preferente' te la ha reducido a 400 euros mesuales que no te dan ni para pipas. Y que los hijos que podrían ayudarte en tus años de vejez, están peor que tú, porque los estudios que les diste no han bastado para mantenerse en un trabajo regular que les permitiese vivir con decencia y cotizar lo suficiente para su propia pensión futura, tienen que pagarse la vida diaria y un plan de pensiones-timo, como el tuyo, porque a ellos ya sí que no les alcanzará la pensión estatal al no cotizar nunca lo suficente por la misma inestabilidad 'flexible' de los empleos que alteran y reducen la calidad y la duración de cada trabajo servil y mal pagado a que se puede acceder. 
Es el plan amoral y desvergonzado que la oligocracia mundial, en soterrado y atroz golpe de mano, ha trazado como plan universal de 'crecimiento' para todo el Planeta, que se está convirtiendo en un campo de prisioneros global. En la granja metafórica de Orwell, pero peor, sin capacidad para reaccionar, rebelarse y desobedecer para bien. El sueño de Hitler toma cuerpo y se materializa. Y esta vez sin necesidad de armas, que como ya se vio en su día no dan los resultados mejores. La invasión, ahora, corre a cargo del mercado del dinero y todo lo demás le sigue como al Flautista de Hamelin. El dinero ha destronado al hombre que a su vez le ha dado un caché divino, le ha colocado en el lugar donde debería estar la humanidad de nuestra inteligencia y de nuestro corazón. O sea, nuestra inteligencia emocional. Y se ha usurpado no sólo el poder material, sino algo mucho peor, se ha apoderado de las mentes, las emociones y los deseos por medio del consumismo y la publicidad constante cayendo sobre la atención consciente e inconsciente. Trata de anularnos como especie. Y como un marido violador ultraja, maltrata, aterroriza y paraliza en el mismo pack, creando un estado de dependencia emocional de donde los maltratados no se atreven a salir porque creen que sería peor aún que una buena orden de alejamiento cumplida a rajatabla. En ese rifirrafe desaparece, como en Auswichzt o en Mathausen, la autoestima y la solidaridad, que son siamesas, porque si el poder tiránico consigue que no te valores, nunca estarás capacitado para cooperar con quienes valen tan poco como tú. O menos. Y por sobrevivir en la misma miseria serás capaz de cualquier bajeza, de cualquier delito, traición y atentado a los derechos, dignidad y vida de los demás, sin percibir que se atenta contra uno mismo. 
Todo ese proceso nunca nos lo cuentan los mítines de los que aspiran a representarnos, que se dividen en dos categorías: los engañados de buena voluntad y los engañadores sin escrúpulos. Entre esas dos opciones se ha repartido la bicefalia político-gestora que nos atenaza hoy, pero que está empezando, afortunadamente, a resquebrajarse y a fragmentarse gracias a la torpeza y degradación del mismo sistema, que se ha convertido en una real entropía social. 
Es un soplo de esperanza que la demoscopia ha conseguido proporcionarnos. 
Decir adiós a los rodillos parlamentarios y a las mayorías contra natura es una ventana abierta al futuro, a una sociedad que deja de obedecer patrones obsoletos y rutinas viciadas para trabajar en otro plano muy distinto y mucho más comprometido. Más personalizado, reflexivo, aterrizado y autónomo. Democrático de verdad. Solidario y mucho más consciente. Hacia la consolidación social de un país para todos. Donde los ricos y los pobres ya no sean clases en lucha y tensión constantes, porque el bienestar es el bien común, y el acumular es un un delito que acaba enfermando a todos, el bien de todos es el de cada uno y el compartir lo que se es produce la riqueza que se tiene y aumenta porque se comparte. Donde el crecimiento no es cantidad de cosas que adquirir sino calidad de vida que permite crear lo que se necesita y lo que nos hace felices y nos cohesiona como hermanos, amigos y compañeros de camino. En libertad solidaria y en armonía. Plurales y cooperadores. Originales y solidarios. Lo mismo jóvenes que viejos. La juventud y la vejez se llevan dentro no en el calendario. Hay jóvenes rígidos que ya nacieron viejos y amargados y hay viejos a los que la vida ha hecho sabios e incombustibles porque han elegido ser flexibles y lúcidos. 

Si se lee este artículo que sigue, sobre la entrevista de Évole al especulador sin escrúpulos que se exhibe en ella, se verá muy bien qué tipo de país está diseñando el pp y sus sosias euro-yankies. Y qué jóvenes tan viejos y sin más horizonte que el dinero sin límites, convertido en la más dura de las drogas, aspiran a prevalecer sobre el resto de humanos normales, con un desprecio, una arrogancia y una brutalidad alucinantes.  Habrá sorpresas de la misma vida, que frustrarán esos planes diabólicos y dementes, antiecológicos, que sólo llevan a la extinción, como sucede a las células cancerosas, creciendo infinita e insosteniblemente hacia la nada. La humanidad está entrando en un ciclo donde el crecimiento ya no es expansivo. De hecho el Planeta ya no es un misterio para descubridores de mundos nuevos, sino  la 'aldea global' de que hablaba McLuhan, ahora ya todo está descubierto y es limitado en el espacio y en las posibilidades. Ahora el hombre tiene que descubrir su crecimiento interior, como sucede con la misma cronología de la edad. Nuestro cuerpo no crece eternamente, sólo al principio de la vida. Luego se estabiliza y crece en inteligencia, trabajo, ideas, descubrimientos y experiencias, dependiendo su salud y fuerza del trato y forma de vida que le damos, de como nos alimentamos, trabajamos, descansamos, nos relacionamos y gestionamos nuestras emociones y nuestra mente, nuestros ideales y utopías, nuestros disgustos, dependencias, afinidades, sacrificios y elecciones. A la especie le sucede igual. El no percibirlo sería un suicidio, pero afortunadamente hay muchos que despiertan, lo ven y eligen el cambio de horizonte y de mundo. Esperemos que la masa crítica permita que la balanza se incline por la vida y su potencial. Y descubramos el sexto continente que nos falta : el universo interior.


Así repasó Jordi Évole en 'Salvados' cómo se pone 'España en venta'

1/12/2013 - 21:43 - Ecoteuve.es | 
Jordi Évole
El programa 'Salvados' de LaSexta, dirigido por Jordi Évole, repasó este domingo el estado de las inversiones extranjeras en nuestro país bajo el título 'España en venta'.
En primer lugar, Évole habló con el analista Javier Flores, que aseguró que "España es un lugar donde los inversores encuentran cosas a precio razonable". "Está llegando dinero procedente de muchos países y con muchos inversores, pero es una inversión estrictamente financiera. Estimamos que son 25.000 millones los que han llegado como inversión extranjera directa, y se están duplicando las cifras del año pasado, siendo esto sólo la punta del iceberg, por lo que va a llegar mucha más inversión en los próximos años", razona.
"Sobre todo llega dinero procedente de fondos de inversión internacionales. Todos tienen en España una oficina de representación o apoderados. Entre estos asesores está el hijo del expresidente Aznar, o el hermano de Esperanza Aguirre", comenta.
"La inversión no sirve para generar más puestos de trabajo. Es estrictamente financiera, podríamos decir especulativa. Es sólo un primer paso y es bueno que llegue, pero hay que conseguir que sea proyectiva", concluye.
Posteriormente, Évole habló con el economista Jordi Llopis, que repasó los casos particulares de empresas como Famosa o Panrico, con sus problemas económicos y su decadencia, tras lo cual conversó con los trabajadores de esta última empresa para analizar de cerca los aspectos prácticos de esta situación.
El presentador del programa entrevistó al experto Ismael Clemente, encargado de buscar y gestionar operaciones para fondos de inversión, que reconoce que para estas empresas "salir en televisión suele ser jugar para perder, o como mucho para empatar".
"Las burbujas se huelen y las ves todos los días. Coger en el momento más bajo del ciclo y vender en el más alto es prácticamente imposible, y si te sale es de churro. Nosotros somos como los canarios en las minas, los que cantamos cuando hay grisú. Y ahora en España vemos que ha empezado hace nada un interés por tomar posiciones", relata.
"Puede que el volumen total de operaciones en los próximos cinco años alcance 20.000 millones. Eso generará liquidez, y eso es bueno", añade, antes de asegurar que "en España se llama empresario al que no lo es y se llama especulador al que no lo es. Los fondos de inversión no son especuladores, son inversores".

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