viernes, 20 de diciembre de 2013

Pues mírate al espejo, Arfonzo...


El socialista ha editado un libro de 9 páginas para enviar a algunos compañeros de partido con sus "deseos de paz y bienestar".
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Tienes toda la razón al elegir esa cita camusiana, camarada Guerra. Los mediocres en el poder son una plaga bíblica. Por experiencia seguramente lo sabes y hasta puede que esa elección que pretendes usar como denuncia, sea más bien un acto fallido de tu propio subconsciente. Sólo un socialismo gestionado por mediocres ha podido derivar en "esto" que hoy sufrimos. Desde un barrido social de valores, con un González Márquez barrendero que nunca asumió su responsabilidad en la corrupción de las instituciones ni en el terrorismo de estado. Y tú, su escudero. Su "director espiritual" jugando el rol del "poli malo" al lado del poli sacamuelas, desastroso y su "bodeguiya". 
Vosotros, Rinconete y Cortadillo, a saco con el gato taoista de Lin-Biao, convirtiendo el Gobierno legítimo en la familiar  gatera del Monipodio peninsular, donde bucear en el saco de las prebendas era avalado por la mano presidencial en el fuego, desde Mariano Rubio a Aida Álvarez, a Roldán o a tu propio "hemmano" y su despacho en la Plaza de España sevillana, repartiendo favores a cambio de financiación propia y "socia-listísima". Tú mismo, usando un avión público para llegar a tiempo a los toros, de Portugal a la Maestranza, en tus vacaciones privadas. 
Los mediocres es lo que tienen en cuanto se ven desbordados por un estatus más alto del acostumbrado y se les sube el ego hasta el tupé; eso, que les falla la ética postiza, la misma que, de correprisas, improvisaron en su juventud para subirse a la carreta rociera del poder y "arreglah er mundo" a imagen y semejanza de sus carencias, baches morales, socavones deshonestos, complejos y precariedades por arreglar, sanar y eliminar. 

Nunca habéis pedido perdón a los millones de españoles que creímos en vuestro programa. No habéis pagado jamás por la irresponsabilidad de vuestra incompetencia y vuestras complicidades obscenas; en cambio lo estamos pagando los españoles. Vosotros de rositas. Después de hacer puré el Socialismo Real, jubilados de lujo y encima vendiéndonos vuestras memorias y fundaciones ad propiam gloriam, con un cinismo bestial y una pérdida de memoria absoluta, convencidos de que fuistéis los reyes del mambo y de que la corrupción brotó como los champiñones, por su cuenta, sin que vosotros tuviéseis nada que ver con aquella fungicultura; por si no lo sabes, te lo explico: para que nazcan champiñones, como pasa con la corrupción, hace falta mucho compost, o sea basura en descomposición alrededor y una penumbra viscosa que no deje pasar la luz para que no se malogre la cosecha y un alto grado de humedad calentuja, o sea, de "mojados" y "pringados" en todo, para que cunda el cultivo. De nada sirve la cita de Camus, un intelectual honesto que se avergonzaría de que alguien tan éticamente mediocre como tú le cite para escaquear su responsabilidad en el naufragio social de su país.
Si vuestra versión empírica del socialismo hubiese sido aquella de "los cien años de honradez" que usurpastéis a Pablo Iglesias, ap y el pp se hubiesen extinguido por simple evolución social,como restos y residuos tóxicos franquistas y dictatoriales inadecuados ya para un tiempo nuevo y cargado de futuro como la poesía de la ética, el logro de la justicia y el trabajo de la solidaridad. La oposición legítima hubiese sido la UCD o el CDS. Nunca un pp aznarizado, aguirrizado, con especímenes como Zaplana, Camps, Fabra, Aceves, Cospedal, Matas o Rajoy habría podido alcanzar una mayoría absoluta en las urnas. Pero ¿qué eran esas simplonas utopías comparadas con el morbo y las intrigas del poder, verdad? ¿Qué se gana con la honestidad, acaso un puesto ejecutivo en Gas Natural, en Telefónica o en Endesa o en el Consejo de Estado? No. Con la honestidad sólo se gana una conciencia lúcida, una autonomía con verdadera auctoritas y libre, una honradez vacunada por la ética a prueba de cualquier delirio de grandeza mediocre o de cualquier relumbrón publicitario del egocentrismo personal, hortera intelectivo  y tan ideológico-manipulado como manipulable. Si vuestra versión del socialismo hubiese coincidido con el Socialismo, lo primero que habríais hecho hubiese sido educar la base social, empezando por los contenidos de los libros de texto contando la Historia de España contemporánea y con testimonios de los españoles que aún vivían entonces y hubiesen podido aportar información para que el fantasma de El Pardo se enterrase adecuadamente para siempre, sobre todo creando un clima moral de transparencia y honestidad que cambiase para siempre el humus psicoemocional de los españoles. Convirtiendo las sedes de vuestro partido en verdaderas casas del pueblo acogedoras y sabias, abiertas a todos, para no perderle la pista ni olvidar que erais los gestores del bien común, no una cuadrilla de jefes y ejecutivos a su bola colocados en la estratosfera del poder olvidando que en una demos-krathia, el poder soberano reside en el pueblo y los gestores sólo son sus representantes y que si no realizan su función adecuadamente, echan a perder el proyecto y pierden la confianza de los representados para siempre y se necesitarán décadas para que se vuelva a recuperar el espíritu auténtico original y/o tal vez eso nunca suceda otra vez.
Y es que el problema único para vosotros es el mismo que el del pp: conseguir votos bastantes para llegar a la meta de vuestras ambiciones y gobernar como vosotros pensáis sin tener en cuenta, sin preguntar ni escuchar,  ni invitar jamás a los ciudadanos de cualquier tendencia a que os expliquen y asesoren por medio de plataformas, asambleas e iniciativas populares, cuáles son las necesidades reales, los problemas auténticos y el modo de solucionarlos. Porque muchos ojos normales ven más y mejor que unos pocos encerrados en despachos, viajando en coches blindados y habitando en palacetes custodiados por seguratas y policías, durante una o dos legislaturas...O sea, cuatro u ocho años. Una eternidad para la ciudadanía que debe soportar la ineficacia y los mejunjes constantes y sin respuestas concretas. La primera legislatura de Zapatero, fue lo más decente que el socialismo español ha dado a luz. Pero se fastidió en la segunda. Quizás no se debería repetir el mismo equipo de gobierno ni el mismo presidente, aunque ganase el mismo partido las elecciones. 

Es imprescindible escuchar y servir al pueblo por medio del bien común, y no gobernar sólo para el triunfo de unas ideas y expectativas partidistas, y de unos egos candidatos, que tantas veces pasan por no tener en cuenta que la verdadera política la hacen los ciudadanos en la calle, en la escuela, en el trabajo, en los deportes,en las empresas, negocios, bancos y en los servicios, en las oficinas, en los transportes...y que vosotros sólo sois portavoces y gestores de asuntos generales a los que no se puede alcanzar ni organizar en masa. Por eso sois delegados, no marajás ni sátrapas. Sois servidores contratados por la ciudadanía en las urnas, que son el contrato, cuyas cláusulas consisten en que gestionéis las cuestiones más globales a cambio de un salario que pagan nuestros impuestos. Por lo tanto, a un gobernante democrático, debe quedarle muy claro donde reside el poder: en quienes le han contratado para que les gestione asuntos vitales. Y si no cumple, el contrato debe quedar anulado por el mismo acto de incumplimiento. Como ocurriría si los contratantes dejasen de pagar los impuestos que mantienen el sistema de gestión. Todo eso el socialismo del dúo Gonzaguerra no lo rozó ni por el forro. Al contrario, convirtió España en una especie de califato sui generis al servicio de intereses, más cerca del lucro y el enjuague indecente que del cometido gestor ético y honesto de un gobierno verdaderamente socialista.

Para que ese partido recupere la confianza de los ex-representados, tendría que hacer primero limpieza general en la granja del camuflaje. Que ni Guerra ni González ni cualquiera de moral tan particular, tuviese nada que decir si no es pedir perdón, asumir responsabilidades y ponerse a un lado en silencio y dejar de añadir miseria y malos recuerdos a la porquería actual que domina el panorama indecente en esta desgraciada legislatura, cuyas secuelas va a costar Dios y ayuda superar en la economía, en las leyes, en las instituciones en la sociedad y en el alma comunitaria de los españoles.No se puede ser socialista y pretender que España siga siendo un reino en vez de una república federal ibérica. Ni que este país siga manteniendo el marrón del concordato de súbdito vaticano, siendo un Estado democrático, laico y aconfesional. No se puede ser socialista y apoyar una monarquía no votada libremente y corrupta hasta la corona. No se puede ser socialista y mantener a los corruptos que arruinaron el socialismo como autoridades "morales y políticas". No se puede ser socialista y no entender el derecho de las autonomías a plantearse libremente su relación con el Estado Central cuando éste está podrido, utiliza el poder que el pueblo le ha concedido al servicio de los intereses particulares y corruptos, cuando es un fraude y una cueva de ladrones amparados en leyes ad propium negotium con el resultado de ruina general y monopolio del dinero público para regalarlo a bolsillos privados de toda vergüenza mientras se destruye empleo, salud, cultura, economía y cualquier ramalazo de decencia.

Así que, Alfonso Guerra, si sólo hablas o escribes para señalar malamente con el dedo aquello a lo que cooperaste a crear con tus métodos y los de tu cómplice, y de lo que nunca te has arrepentido en público, mejor que dejes en paz a Camus, no uses como envoltorio de tus regalitos navideños su excelencia ética, te preguntes si de verdad lo tuyo y lo de tu amigo Felipe fue un gobierno socialista  real y recuerdes que cuando lo único que se puede aportar es "lo de siempre", el silencio es mucho más elegante. Mucho más respetuoso con el prójimo, con la realidad. Y hasta con uno mismo.

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