La Generalitat valenciana dice que estudia pedir responsabilidades al arquitecto favorito del PP.
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Érase Jauja la más esplendorosa
nación de las Españas
le llamaban Valencia por costumbre
pero era mucho más que una valencia
que una tabla periódica,
que fórmula cosida en un guarismo;
fue la releche, en fin, de aquel imperio
de buñuelos de viento y de verbena
fraguado en el parné y en la per-nada.
Valencia se inventó como una hoguera
para quemarse en ella como símbolo.
Una iluste fregona de diseño
una go-go fundida en calatravas
hortera, jactaciosa y pizpireta,
con sus copas de estirpe americana
y devociones rancias como una tapadera
al bies en sus pucheros de carmina burana
Rimbombante y crujiente. Descocada,
que lo mismo se liga a Belzebú
para sacar tajada
que le besa la mano a San Vicente
y se acoge a una virgen que la ampara
mientras hace el agosto
trufada de retrete portátil
si la visita un papa.
Valencia la chistosa, la risueña,
la cínica, la "lista", la pija, la pringada
en su "ciudad artística" cañí
que un día torrencial se empapó
entera
en las lluvias intensas de un otoño cerril
y vio como flotaban violines en el foso
con una inundación inesperada
de la orquesta a remojo
metáfora de música gentil
nada más estrenarse entusiasmada
esa misma techumbre rebelde
y respondona
que bajo los calores del estío
se encogió como pasa de Corinto,
blandamente
convulsa entre pladur
y pegamentos varios
en vez de estar compuesta y bien trabada
en mejores mixturas y cementos
con vocación de muro solidario
y hoy -¡qué infausta jornada!-
nos amanece calva y sin sombrero
al pairo de los vientos:
Se le ha volado el techo
de su simbología chapucera y febril
sin poder evitarlo. Será, pues, el destino...
El agua y el calor la han conjurado
y, mano a mano, a medias la han cocido
previamente
y el viento, como siempre,
irreflexivo, le ha dado la puntilla,
irreverente.
Sic transit gloria mundi
ha murmurado
el mismo Calatrava
en el rol de un Felipe II anonadado
ante el pufo vencido
de su invencible armada
mientras que la cubierta alzaba el vuelo
cual gaviota de corte peperil:
"Yo construí el Palau de Artes y Ciencias
-ha dicho entre ampuloso y abatido
el ilustre paisano-
como símbolo y canto a la grandeza
de quienes me llenaron el bolsillo
con prodigalidad inusitada
y así desparramé genio y talento
para que se aplaudiera y se alabase
el poder de la pela y de mi ingenio,
pero no imaginé ni por asomo -asegura
asombrado el tal 'Vitrubio'-
que esta joya impagable debiera batallar
en sin par duelo
contra los traicioneros elementos
primero con el agua de un diluvio
después con los calores alevosos
del tórrido verano
y ¡ahora, en el invierno, con el viento!
No es meteorología, voto a Bríos,
el arte fastuoso que estudia un arquitecto.
Culpa será el fiasco
de algún despreocupado meteosat.
A mí que me registren la plomada
la regla y el compás,
que impecables mantengo
e impolutos están"
Lo truculento de tan bizarra escena
es que no existe ya la posibilidad
de un Canal Nou que ejerza de cadena
transmisora de otra triste noticia
traducida sin duda al bengalí
por aquella costumbre inveterada
de no dar pormenores de la pifia
y cantando aleluyas al Consell
tan honesto en gestión, con tal pericia
que lo arruinó también
como ya viene siendo habitual
en negocios de turbios capitales
y tanta mano negra de retén.
Valencia la chulesca y devotísima
que seguirá aceptando la misma fotocopia
por el original y el gato por la liebre,
súbdita de la mugre y del enjuague
mientras el valenciano, untado
en all i pebre,
siempre tan comprensivo y en la inopia,
envilecido calle, acepte y pague.
Ains!
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Mejorando lo ppresente. Esa alcaldesa de Madrid, siempre sensible, humanitaria y un modelo de solidaridad...
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Érase Jauja la más esplendorosa
nación de las Españas
le llamaban Valencia por costumbre
pero era mucho más que una valencia
que una tabla periódica,
que fórmula cosida en un guarismo;
fue la releche, en fin, de aquel imperio
de buñuelos de viento y de verbena
fraguado en el parné y en la per-nada.
Valencia se inventó como una hoguera
para quemarse en ella como símbolo.
Una iluste fregona de diseño
una go-go fundida en calatravas
hortera, jactaciosa y pizpireta,
con sus copas de estirpe americana
y devociones rancias como una tapadera
al bies en sus pucheros de carmina burana
Rimbombante y crujiente. Descocada,
que lo mismo se liga a Belzebú
para sacar tajada
que le besa la mano a San Vicente
y se acoge a una virgen que la ampara
mientras hace el agosto
trufada de retrete portátil
si la visita un papa.
Valencia la chistosa, la risueña,
la cínica, la "lista", la pija, la pringada
en su "ciudad artística" cañí
que un día torrencial se empapó
entera
en las lluvias intensas de un otoño cerril
y vio como flotaban violines en el foso
con una inundación inesperada
de la orquesta a remojo
metáfora de música gentil
nada más estrenarse entusiasmada
esa misma techumbre rebelde
y respondona
que bajo los calores del estío
se encogió como pasa de Corinto,
blandamente
convulsa entre pladur
y pegamentos varios
en vez de estar compuesta y bien trabada
en mejores mixturas y cementos
con vocación de muro solidario
y hoy -¡qué infausta jornada!-
nos amanece calva y sin sombrero
al pairo de los vientos:
Se le ha volado el techo
de su simbología chapucera y febril
sin poder evitarlo. Será, pues, el destino...
El agua y el calor la han conjurado
y, mano a mano, a medias la han cocido
previamente
y el viento, como siempre,
irreflexivo, le ha dado la puntilla,
irreverente.
Sic transit gloria mundi
ha murmurado
el mismo Calatrava
en el rol de un Felipe II anonadado
ante el pufo vencido
de su invencible armada
mientras que la cubierta alzaba el vuelo
cual gaviota de corte peperil:
"Yo construí el Palau de Artes y Ciencias
-ha dicho entre ampuloso y abatido
el ilustre paisano-
como símbolo y canto a la grandeza
de quienes me llenaron el bolsillo
con prodigalidad inusitada
y así desparramé genio y talento
para que se aplaudiera y se alabase
el poder de la pela y de mi ingenio,
pero no imaginé ni por asomo -asegura
asombrado el tal 'Vitrubio'-
que esta joya impagable debiera batallar
en sin par duelo
contra los traicioneros elementos
primero con el agua de un diluvio
después con los calores alevosos
del tórrido verano
y ¡ahora, en el invierno, con el viento!
No es meteorología, voto a Bríos,
el arte fastuoso que estudia un arquitecto.
Culpa será el fiasco
de algún despreocupado meteosat.
A mí que me registren la plomada
la regla y el compás,
que impecables mantengo
e impolutos están"
Lo truculento de tan bizarra escena
es que no existe ya la posibilidad
de un Canal Nou que ejerza de cadena
transmisora de otra triste noticia
traducida sin duda al bengalí
por aquella costumbre inveterada
de no dar pormenores de la pifia
y cantando aleluyas al Consell
tan honesto en gestión, con tal pericia
que lo arruinó también
como ya viene siendo habitual
en negocios de turbios capitales
y tanta mano negra de retén.
Valencia la chulesca y devotísima
que seguirá aceptando la misma fotocopia
por el original y el gato por la liebre,
súbdita de la mugre y del enjuague
mientras el valenciano, untado
en all i pebre,
siempre tan comprensivo y en la inopia,
envilecido calle, acepte y pague.
Ains!
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Mejorando lo ppresente. Esa alcaldesa de Madrid, siempre sensible, humanitaria y un modelo de solidaridad...
Comentarios: 39
| SHANGAY LILY
Activistas del 15-M del madrileño barrio de Tetuán consiguen
parar en la calle el intento de desahuciar el local que utilizan para
repartir comida entre los más desfavorecidos.
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