Y digo yo: Ya que la cita en Reims les ha dejado en este estado, ¿qué pensaría Juana de Arco si les viese por un agujerito? A lo mejor la pobre Merkel ahora comprende lo que sintió la Doncella d'Orleans ante la cremá. Ay, Señor que cruz, Doña Angelines, hale, paciencia y a negociar lo que se pague aunque se deba lo que se cobre...
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