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La situación de un país es gravísima cuando los ciudadanos de a pie y algunos que trabajan en los medios, empiezan a ver mucho más claro y diáfano que los gobernantes. Cuando la reflexión privada es mucho más lúcida y real que la pública. Cuando el ciudadano es el que distingue entre delito y justicia, pero los gobernantes ni lo intentan, porque están ahogados en demagogia populista y caciquil.En el núcleo de la corrupción más infame. En afán de lucro y de poder que les hace sacrificar a los pueblos como si fuesen corderos. Con su lana se visten y con su sangre y su carne se alimentan. Como son tan católicos han dado la vuelta a la tortilla eucarística e intentan acabar con los corderos de Dios, para aumentar el pecado del mundo que es esa ex-política desvergonzada, sin escrúpulos ni inteligencia. Están haciendo de España una réplica real de Jurasic Park. Empezando en las Cortes, siguiendo por el Tribunal Supremo, pasando por Botswana y terminando en el Plioceno, que es la etapa que precedió al paleolítico inferior. Cuando los homínidos aún andaban arrastrándose y el homo erectus aún no existía. Pero no lo van a conseguir. Antes despertará la conciencia de la inmensa mayoría y esta etapa de pesadilla terminará siempre. La condición animal, cerril e inútil de los gobernantes, se verá reducida, por sí misma, a un esqueleto gigantesco y fragilísimo, que conservaremos en cualquier museo paleontológico, para no olvidar nunca mais el peligro que supone olvidar la historia y permitir que lobos totalitarios y feroces lleguen a las instituciones cubiertos con piel de oveja. Están malditos por su propia voluntad y por el modo en que actúan. Se derrumban como un castillo de naipes o de arena, que la marea de la historia borra limpiamente al subir de nivel la conciencia de los hombres.
Requiem por el pp y la indecencia suicida.
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