Al principio ya existía la Palabra,
y la Palabra se dirigía a Dios
porque la Palabra era Dios.
Mediante ella se hizo todo;
sin ella nada de lo de lo que exisite
se hubiera hecho.
Ella contenía vida
y esa vida era la luz del hombre;
esa luz brilla en las tinieblas
y las tinieblas no la han comprendido .
(Prólogo al Evangelio de Juan, 1-5)
Según parece tanto Blas de Otero, el poeta, como Agua Viva y Paco Ibáñez, los músicos y juglares, sí comprendieron el mensaje. Que lo disfrutéis sin prejuicios, como se disfruta la sorpresa de la lluvia inesperada en medio de un verano tórrido al fin de una era disparatada e insostenible. Nos queda la Palabra.
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