La conjuntivitis
La conjuntivitis, inflamación de la conjuntiva ocular, es un motivo de consulta muy frecuente en Atención Primaria a cualquier edad y podemos tratarla tanto con medicamentos convencionales como con medicamentos homeopáticos, estos últimos especialmente útiles en pediatría ya que a nadie escapa la dificultad de poner un colirio a un niño.
Distintas pueden ser las causas que pueden llevar a la conjuntivis. La alergia y la infección son las más frecuentes aunque pueden intervenir otros factores que den lugar a irritación conjuntival tales como la exposición solar prolongada, el sobreesfuerzo visual, los traumatismos, el humo del tabaco, el aire acondicionado, etc.
La elección del tratamiento apropiado para la conjuntivis es importante a la hora de no empeorar el proceso, por ejemplo, una conjuntivitis vírica o un glaucoma (hipertensión ocular) puede verse empeorada por el hecho de utilizar por nuestra cuenta un colirio de corticoides. De hecho no nos dispensarán en las farmacias un colirio si no disponemos de la pertinente receta.
En primavera y verano tiene especial incidencia la llamada conjuntivitis de las piscinas, pero:
¿Por qué se nos ponen los ojos rojos en las piscinas?
Todos queremos que al bañarnos el agua de la piscina y sus paredes estén impecables, pero esto tiene un precio en salud. El mantenimiento de las piscinas en condiciones relativamente adecuadas para el baño implica tener que incorporar al agua una serie de sustancias que garanticen no solo la ausencia de gérmenes sino también el que no aparezcan hongos o algas, el que las partículas en superficie bajen al fondo, etcétera.
Sin ir más lejos, pude observar hace unos años en una gran superficie un producto para el mantenimiento con ¡¡10 efectos¡¡, a saber: desinfectante, algicida, floculante, estabilizante, bactericida, clarificante, mantenedor de pH, abrillantador, anti calcáreo y fungicida. Difícil es que nuestros ojos no se vean afectados por alguno de ellos, sobre todo los más pequeños que pasan tantas horas en el agua.
El síntoma más característico y que nos pone en alerta es el ojo rojo, que obedece a la dilatación de los vasos sanguíneos que irrigan la conjuntiva por la irritación producida por los productos químicos. El picor, quemazón, lagrimeo y/o la sensación de tener un cuerpo extraño, son síntomas que acompañan el enrojecimiento conjuntival. No suele haber secreciones, lo que junto al antecedente del baño en piscina más o menos repetido, muestra la diferencia a priori de una conjuntivitis infecciosa.
¿Cómo tratar la conjuntivitis irritativa?
A pesar de los múltiples remedios caseros conocidos por todos, no todos ellos son recomendables. Como anécdota refiero el caso de un paciente que me comentaba que cuando sus hijos tenían conjuntivitis ¡¡les abría los párpados y les escurría un limón¡¡
También es un clásico el uso de infusiones de manzanilla, pero tampoco es recomendable por varias razones:
- No es lo mismo tomar una infusión por boca que aplicarla en los ojos. La manzanilla en general aumenta las secreciones, por lo que si bien puede ser útil a nivel digestivo, no lo es en la conjuntivitis.
- No es una solución estéril.
- En la infusión pueden quedar partículas de la planta tales como pólenes, que alteren negativamente la flora ocular o incluso produzcan reacciones alérgicas en personas sensibles.
- No parece haber evidencia científica que aconseje su uso sistemático, en qué cantidad, a qué temperatura y durante cuánto tiempo.
Lo primero a tener en cuenta es una adecuada higiene ocular con suero fisiológico o preparados al uso que podemos encontrar en la farmacia. Es importante lavar las manos antes y después de la higiene ocular y utilizar gasas estériles (una para cada ojo) para evitar empeorar el problema con una infección.
No son aconsejables los colirios vasoconstrictores, porque aunque en apariencia eliminen el ojo rojo y favorezcan el color blanco, comprimen los capilares sanguíneos pudiendo desencadenar un efecto rebote si se usan de manera repetida durante más de tres días. En cualquier caso, no tratan la causa, sólo ponen un parche con cierto riesgo si los utilizamos más de lo debido.
Los medicamentos homeopáticos para tratar la conjuntivitis son una buena opción sobre todo en los niños o cuando nos resulte incómodo o difícil ponernos un colirio. Medicamentos como ACONITUM, BELLADONA, EUPHRASIA, PHYTOLACCA o FERRUM PHOSPHORICUM pueden ser de gran utilidad para aliviar los síntomas de las conjuntivitis catarrales por virus o aquellas producidas por el baño en el mar o las piscinas.
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