OPINIÓN
La pandemia enriquece todavía más a los ricos y ha llegado la hora de que paguen más impuestos
Vivimos un momento excepcional en la historia de Estados Unidos:
una crisis de salud pública, la peor crisis económica desde la Gran
Depresión, la amenaza del cambio climático y un presidente que dirige
nuestro país hacia el autoritarismo.
En este contexto de crisis múltiples, estamos prestando poca
atención a otra realidad muy preocupante: el obsceno nivel de
desigualdad de ingresos y riqueza que existe en nuestro país y el hecho
de que, durante la pandemia, esta desigualdad se está agravando mucho
más.
Mientras que decenas de millones de estadounidenses lidian con
una situación económica desesperada (desempleo, pérdida de cobertura
médica, desahucios, hambre), los más ricos se están haciendo mucho más
ricos. Comparto tres cifras que deberían sacudir a todos los
estadounidenses:
13.000 millones de dólares. Esta es la cantidad que Jeff Bezos (fundador de Amazon), el hombre más rico del mundo, ganó en un solo día.
Mientras tanto, su conglomerado de empresas niega a los trabajadores la
baja por enfermedad, la indemnización por riesgos y no garantiza un
lugar de trabajo seguro a cientos de miles de trabajadores.
21.000 millones de dólares. Esta es la cifra
que la familia Walton, la familia más rica del país (propietaria de los
establecimientos Walmart) ganó en las últimas 20 semanas. Mientras, los
contribuyentes estadounidenses siguen subvencionando los salarios de
miseria de Walmart, el mayor empleador privado del país.
731.000 millones de dólares. Eso es lo que
aumentó la riqueza de 467 multimillonarios desde que la Reserva Federal
comenzó a tomar medidas de emergencia para reforzar el mercado de
valores en marzo.
Por increíble que parezca, gracias a la rebaja fiscal del
presidente Trump a los ricos firmada hace unos años, los
multimillonarios ahora pagan una tasa impositiva efectiva más baja que
los maestros, las enfermeras, los bomberos o los camioneros.
El espectacular aumento de la riqueza que han obtenido los
multimillonarios durante la pandemia se produce en un momento en que 92
millones de estadounidenses no tienen seguro, o tienen uno que no les da
una cobertura adecuada, y decenas de millones de estadounidenses se
enfrentan a desahucios o ejecuciones hipotecarias.
En un contexto en el que muchos de nuestros conciudadanos
atraviesan dificultades económicas, es moralmente obsceno que unos
cuantos multimillonarios -el 0,0001% más rico del país- utilicen una
pandemia mundial como una oportunidad para obtener beneficios
escandalosos después de un rescate de facto de la Reserva Federal.
Ha llegado el momento de cambiar nuestras prioridades
nacionales. En lugar de permitir que los multimillonarios se enriquezcan
todavía más, el Congreso debe defender a las familias trabajadoras. Un
buen punto de partida sería gravar las elevadas ganancias que los
multimillonarios han obtenido durante la pandemia y usar ese dinero para
garantizar el derecho a la atención médica mientras dure esta crisis de
salud pública.
Según Americans for Tax Fairness (Estadounidenses a Favor de un
Sistema Impositivo Justo), si se impusiera en Estados Unidos un impuesto
del 60% sobre las ganancias de riqueza a tan sólo 467 multimillonarios,
se recaudarían más de 420.000 millones de dólares. Con este dinero
Medicare podría cubrir todos los gastos de salud de todo el país,
incluyendo los medicamentos recetados, durante todo un año.
Piénsenlo. Al imponer un impuesto del 60% sobre las ganancias de
riqueza de sólo 467 multimillonarios, Medicare podría garantizar una
atención sanitaria a todo el país y nadie, independientemente de su
cobertura, tendría que pagar ninguna factura médica de bolsillo en los
próximos 12 meses. Esto es lo que se conseguiría con la propuesta de ley
Make Billionaires Pay Act I (Haz que los Multimillonarios Paguen) que
he presentado con los senadores Ed Markey y Kirsten Gillibrand.
Con esta ley, nadie que sea diagnosticado con cáncer tendría que
pedir dinero a desconocidos en GoFundMe. Nadie con diabetes moriría por
no poder pagar su insulina. Nadie con síntomas de coronavirus tendría
miedo de ir al médico por el coste, y se arriesgaría a infectar a sus
vecinos, colegas, familiares o amigos.
Mientras la lucha por Medicare para Todos continúa, por lo menos
durante los próximos 12 meses, todos los estadounidenses podrían
recibir la atención médica que necesitan durante esta crisis de salud
pública. Y todo podría ser pagado por un impuesto de un 60% sobre las
principales fortunas que los más ricos del país han acumulado durante
esta terrible pandemia.
Entiendo que a algunas personas un impuesto del 60% les parezca
un aumento de impuestos muy pronunciado. Bueno, déjeme aliviar esas
preocupaciones. Incluso después de pagar el impuesto, estos 467
multimillonarios seguirán ganando 310.000 millones de dólares. Confíe en
mí. Sus familias sobrevivirán.
Como país, hace mucho tiempo que deberíamos haber abordado la
grotesca brecha de desigualdad de ingresos y riqueza. En mi opinión, no
podemos seguir tolerando que las tres personas más ricas de Estados
Unidos posean más riqueza que el 50% de la población, que el 1% superior
posea más riqueza que el 92% de la población y que el 45% de todos los
nuevos ingresos vayan al 1%.
En un momento de enorme dolor y sufrimiento económico, tenemos
que tomar una decisión. Podemos seguir permitiendo que los muy ricos se
hagan mucho más ricos mientras que la mayoría de los demás se hacen más
pobres. O podemos gravar las ganancias de unos pocos multimillonarios
durante la pandemia para mejorar la salud y el bienestar de decenas de
millones de estadounidenses.
Ha llegado el momento de que el Congreso actúe en nombre de la
clase trabajadora que está sufriendo como jamás lo ha hecho antes, no de
la clase multimillonaria, a quien le va fenomenalmente bien y nunca se
ha visto en otra igual. Hacer pagar a los multimillonarios la expansión
de la cobertura de Medicare a todos los ciudadanos durante una
emergencia de salud pública es un buen punto de partida.
Traducido por Emma Reverter
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