viernes, 9 de septiembre de 2016

La mentira Rajoy



Antón Losada
Profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Santiago de Compostela
(El Periódico)

La mentira Rajoy
JUAN MANUEL PRATS
El exministro de Industria José Manuel Soria y el titular de Economía, Luis de Guindos.

Viernes, 9 de septiembre del 2016 
 
Pensaba titular esta columna La mentira Soria, pero tampoco conviene abusar. Además, resultaría injusto. A José Manuel Soria se le puede reprochar que mintiera sobre los papeles de Panamá y sus prácticas financieras como empresario, pero no que solicitara la canonjía del Banco Mundial. Contra el vicio de pedir está la virtud de no dar, y eso lo saben bien Mariano Rajoy y Luis De Guindos, que llevan recortando derechos a todos esos ciudadanos pedigüeños empecinados en demandar más sanidad o más becas; siempre han sabido negárselas, por responsabilidad y por España. Tampoco parece sensato anotar en el debe del exministro la sarta de trolas que intentaron colar para justificar su designación.
Entonces consideré titular la columna La mentira De Guindos; a fin de cuentas, el chiripitifláutico método de nombramiento metadigital, o las explicaciones de jurista de la Señorita Pepis sobre los derechos y deberes fundamentales de los funcionarios españoles, responden principalmente al mérito y capacidad del señor ministro. Pero tampoco parecía del todo proporcionado. De Guindos puede ir sobrado y resultar un auténtico Pepe Gotera de la función pública, pero solo sigue órdenes. Es el típico secuaz de las películas de superhéroes: malo y torpe, pero un simple recadero del Joker o Lex Luthor.
Así que, al final, pareció más adecuado obviar a los secundarios y reconocer en el titular el mérito del protagonista principal: Mariano Rajoy. Es la larga amistad con Rajoy, no con De Guindos, la que concede el deseo del exministro. Es la decisión del presidente en funciones la que ampara tanto el enchufe del nombramiento como la loca carrera de embustes para encubrirlo.
Es Rajoy quien cree que sus votantes lo perdonan todo y que los españoles tragamos cuanto nos echen porque no nos enteramos. No fue un error. Es su mentira.

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